Paquito Rodríguez: Obrero del básquet boricua
En sus 66 años de vida, ha sido maestro de algunos de los mejores jugadores nacionales en las pasadas décadas.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
PUBLICIDAD
Pocas personas en Puerto Rico han visto más baloncesto en su vida que Jorge Francisco Rodríguez Jiménez.
Y no sólo por ser un amante del deporte, sino porque ha trabajado toda su vida para su desarrollo entre los jóvenes.
“Paquito”, apodo con el que le conocen todos, lleva más de 50 años ligado al deporte. Ha sido desde atleta en varias disciplinas en su adolescencia y juventud hasta instructor de baloncesto en categorías menores, dirigente a nivel superior, estadístico, narrador y comentarista y actual secretario de la Federación de Baloncesto, entre muchos otros sombreros que con gusto se ha puesto en pro del baloncesto, la juventud y el deporte.
En sus 66 años de vida, ha sido maestro de algunos de los mejores jugadores nacionales en las pasadas décadas, pues según dice, no hay nada que le llene más que tener la oportunidad de transmitir a niños y jóvenes sus conocimientos.
“Ser educador es lo que disfruté, viví, y sigo haciendo. Me llena de regocijo cada vez que me encuentro con uno de los estudiantes que anda con sus hijos y le dicen: ‘Éste fue mi maestro’. Creo que algo sembré”, sostiene con cierta modestia.
Paquito vio la luz del mundo por primera vez el 5 de noviembre de 1945 en Río Piedras, pero es oriundo de Canóvanas, donde creció, se formó como ser humano y echó raíces.
En sus años de adolescencia jugó béisbol y baloncesto hasta que, en 1965, vio que sus oportunidades en el deporte del tabloncillo estaban limitadas por la presencia de otros jugadores de mayor edad y experiencia que jugaban con a él.
“En Canóvanas jugaban todos juntos. No había equipos por edades. Generalmente ponían a jugar a los veteranos. Decían que uno era prospecto, pero no lo ponían a jugar. Ahí comencé a hacer, junto al profesor Romualdo Rodríguez, programas de baloncesto de categorías menores por edades. Tuvimos un programa bien exitoso”, recuerda.
Y fue en ese programa de categorías menores en el “Paquito” que encontró sus dos grandes pasiones: la enseñanza y el deporte. A través de su programa de baloncesto, desarrolló muchos jugadores que más tarde incursionaron en el Superior Nacional (BSN), como Jorge Rivera, Luis “Tin” Dávila, Luis Berríos, Jorge y Diego Meléndez, Juan “Polito” Hiraldo, Daniel Carrillo y Roberto “Cachegüa” Medina, entre muchos otros.
De todos sus pupilos, ninguno llegó más alto, ni le tocó más de cerca las emociones, que Ramón Ramos. El joven canovanense se desarrolló en las categorías menores de su pueblo, estudió en la Universidad de Seton Hall, donde gozó de una exitosa carrera en la NCAA bajo la tutela del entrenador P. J. Carlesimo y, en 1989, fue firmado por los Trail Blazers de Portland en la NBA.
“Recuerdo que me lo llevaron cuando tenía 14 años. Yo siempre les hacía a los muchachos unas pruebas fuertes para medir resistencia, interés, aptitudes, etcétera. En una, Ramón se cansó, hincó la rodilla. Yo le pregunté si estaba cansado y me dijo: ‘Sí, pero dame un momentito que voy pa’ encima otra vez’”, recuerda Rodríguez.
Sin embargo, el 16 de diciembre de 1989, la vida de Ramos cambió para siempre, al sufrir un accidente automovilístico que tronchó lo que se proyectaba como una brillante carrera en el baloncesto profesional. La noticia marcó a Rodríguez profundamente.
“Es de esas ocasiones en las que uno, sin derecho alguno, le pregunta a Dios: “¿Por qué?”. Un muchacho como Ramón, sano, limpio y puro… que había tenido un gran año en la NCAA y en la Selección porque ese mismo año ‘mató’ en México en un Preolímpico que ‘Piculín’ (Ortiz) no pudo ir. Ramón ayudó a ganar la medalla de oro. Y también ese año lo firmaron en la NBA”, señala Rodríguez con visible emoción.
El dolor que le causó el accidente de Ramos fue tal que le costó mucho tiempo superarlo aun después de que el joven canastero salió de su estado comatoso y regresó a Puerto Rico con su familia.
“Cuando Ramón vino a Puerto Rico, le organizaron un recibimiento en su barrio La Central de Canóvanas y yo no quise ir. No estaba preparado para ver a Ramón y no lo vi hasta mucho tiempo después que le dedicaron un torneo en el colegio María Auxiliadora… Cuando Ramón y yo nos encontramos de frente, él dijo: “¡Paquito!”, nos abrazamos, yo le dije: ‘¡Ramón Ramos, el más grande!’ Y él me contestó: ‘No, el más grande es Paquito Rodríguez’. Eso fue bien impresionante, bien dramático... Él riéndose de la forma que siempre lo hace y yo a llorar”.
El amor de “Paquito” por su pueblo de Canóvanas es tal, que en 1976 se unió a un grupo de compueblanos para, entre todos, mudar la franquicia de los Santos de San Juan a Canóvanas. “Nosotros éramos 10 pelaos que tuvimos que hacer un préstamo personal cada uno por 2,500 pesos para tener petty cash suficiente para empezar a correr la franquicia, incluyendo a Tuto (Marchand, entonces apoderado de San Juan) y, Humberto (Torres, co apoderado)”, cuenta.
Los Indios de Canóvanas debutaron en la temporada de 1977 del Baloncesto Superior bajo la dirección de Lou Rossini y con “Paquito” como parte de su cuerpo técnico. Pero, el 9 de junio de 1977, Rossini tuvo que salir de la Isla por compromisos y le tocó a Rodríguez debutar como dirigente en el BSN.
“Me tocó dirigir un juego en Ponce. ‘Tuto’ viajó conmigo y de camino a Ponce me dijo: ‘Te voy a decir par de cositas por si te sirve de algo. Primero, hace diez años que Canóvanas no gana en Ponce y lo segundo, a Charlie Bermúdez -que era el caballo del equipo- le tienen una musiquita que no hay juego en Ponce que no pierda la chaveta y lo boten del juego’. Ése era el pronóstico del tiempo. Pero gané por dos puntos… y botaron a Charlie Bermúdez”, rememora entre risas.
Rodríguez es secretario ejecutivo de la Federación de Baloncesto desde 1982 y entre sus funciones dentro de la organización está la recopilación de estadísticas, así como organizar los torneos de las categorías menores que se juegan en toda la nación. Además, forma parte del panel del programa deportivo radial La Descarga Original, que se transmite por Radio Isla (1320 AM) de lunes a sábado al mediodía.
Pero, su tiempo de servicio, según expresó, está llegando a su fin. Rodríguez reveló que no aspirará a la reelección en las próximas elecciones de la FBPR y poco a poco se retirará de las actividades que lo unen al deporte debido a complicaciones de salud.
“Ya creo que me voy. Primero porque creo que hay que pasar el batón y, segundo, que estoy muy afectado de salud. Tengo problemas de asma bronquial. Todavía tengo el deseo de hacer muchas cosas, pero el cuerpo no me lo permite mucho”, dice con resignación.
Lo que sí preocupa a Rodríguez es la falta de taller para los jóvenes que están jugando baloncesto en categorías infantiles y juveniles, y que no encontrarán un equipo para seguir creciendo como baloncelistas a nivel adulto.
“Me preocupa que hayan pocas plazas para el talento nativo. Que apenas hayan ocho equipos (en el BSN) cuando en un momento hubo 18. Esos nenes que están en categorías menores dan la vida por jugar en el Baloncesto Superior Nacional. Ése es su sueño, pero no hay plazas”.
Luego de más de medio siglo ligado al deporte, a “Paquito” Rodríguez no le queda otro sentimiento que no sea de satisfacción por lo que ha sido una vida plena.
“Yo le agradezco al deporte, y a las personas que hayan intervenido, el que le haya podido servir a la patria a través del deporte”, sentenció.