Papo Guácaros Place: chinchorro de tradición y buen sabor en Dorado
El lugar es muy famoso por los cuajitos.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
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¡Aquí se chinchorrea desde el 1965!
Papo Guácaro’s Place es uno de los establecimientos con mayor tradición y arraigo en Dorado y, sin duda, se ha convertido en una de las paradas obligadas al visitar este municipio. La especialidad del local son los cuajitos, pero, con los años, su menú criollo se ha ampliado ofreciendo desde pollo asado, costillas, lechón, morcillas; diferentes tipos de arroz, pasteles, verduras, frituras, chicharrón y pastelillos.
El inicio de las operaciones del popular chinchorro, se remonta a los años 40 cuando Juan López López, conocido por sus allegados como “Guácaro”, abrió sus puertas enfocado en la venta de dulces y ron caña.
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“Fue mi tío, Juan López López él que empezó vendiendo dulces en 1940. Según nos cuentan, Guácaro no quiso ir a la escuela y mi mamá dice que mi papá lo mandó a limpiar y a sembrar matas de plátano y de guineos y él no quiso. Entonces, la hermana de mi abuelo le prestó unas tablas de bacalao para hacer su negocito y empezó a vender dulces y ron caña, y por ahí siguió”, contó Edwin Rivera, quien asumió las riendas del negocio familiar en el 1992 y, recientemente, pasó la operación a manos de sus hijos Jessica y Luis E. Rivera.
Sin embargo, no fue hasta el 1965 que López López le dio un giro a su negocio para ofrecer chicharrón, morcilla y bebidas. “Cuando yo era pequeño, de 10 a 12 años, yo brillaba zapatos en este lugar. Entonces por las tardes yo le limpiaba el negocio y me pasaba aquí”, recordó Rivera.
Casi 30 años más tarde, Guácaro decidió poner el negocio en manos de su sobrino.
“Cuando él vino a buscarme yo estaba trabajando con las ambulancias en el Centro de Salud de Dorado y él quería que yo me quedara con el negocio de él. Yo le dije que cómo me iba a quedar con su negocio porque él tenía cuatro hijos y yo no podía echar 16 años en el gobierno por la borda porque yo era supervisor. Pero, él me dijo que al otro día venía con un abogado”, contó Rivera.
“Entonces hablé en mi trabajo y me dijeron que trabajara con ellos de noche y corriera el negocio de día a ver cómo me iba. Empecé poco a poco haciéndole arreglos al negocio, era de madera y dos puertitas y fui agrandándolo. Entonces empecé a duplicar las ventas. Ya a los 9 meses no quería trabajar en las ambulancias”, relató el comerciante, quien ya tiene 64 años y administró el negocio 31 años.
En medio de esos cambios y resurgir del negocio, Rivera comenzó a ampliar también su menú, lo que marcó otra etapa de crecimiento.
“Ya él (Guacaro) tenía cuajos, empecé a meterle chicharrón, morcillas, alcapurrias, pollo asado, frituras y almuerzos. De dos empleados, con lo que yo empecé, ya a los nueve meses, tenía nueve empleados. En un año y medio ya tenía 15 empleados. Fue una cosa tan grande que nunca pensé que este negocio iba a cambiar mi vida. Dejé el gobierno, dejé mi profesión y hemos triplicado las ventas”, mencionó Rivera.
Según el comerciante, quien hoy día cuenta con 33 empleados y un negocio sólido, el secreto del respaldo del público es que toda la comida la trabajan de cero en casa, además de que su ubicación es céntrica en la zona norte. “Todo lo hacemos aquí, las chuletas, la carne de guisar, se compran los lomos, las alcapurrias y los pastelillos, todo se hace aquí. Aparte, nuestro negocio colinda con la autopista, con el pueblo de Toa Alta, con toda la Isla. Por eso aquí vienen muchos clubes de Jeep, de motoras, las guaguas de chinchorreo que a veces atendemos entre 20 y 30 guaguas los domingos”, comentó Rivera.
De hecho, el recién retirado comerciante afirma sentirse satisfecho por haber logrado concretar la visión de su fallecido tío.
“Este es ya es un lugar de tradición, yo le logré a mi tío lo que él quería, él quería mantener su negocio. Recientemente le pasé el negocio a mis hijos, pero ya tengo hasta una nieta que a veces trabaja en sus vacaciones de la universidad. Así que espero que esta tradición continúe en la familia y que sigan manteniendo vivo el legado de mi tío Guácaro”, destacó. Papo Guácaro’s Place opera los siete días de la semana en horario de 7:00 a.m. a 8:00 p.m. Para detalles adicionales, pueden visitar sus redes como Papo Guacaros Place.