Cabo Rojo.- Tres décadas pescando y vendiendo ostiones.

Comenzó a los ocho años a vender ostiones con su padre, frente al Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), y desde entonces lleva 32 años dedicado a la pesca y venta de este fruto del mar, los últimos 14 desde el corazón del sector turístico Joyuda de Cabo Rojo.

Su nombre es Efraín Acosta Lozada, pero todos lo conocen como Pancho, el que vende ostiones y almejas. El humilde pescador del sector Puerto Real de Cabo Rojo sale todos los fines de semana a pescar en los mangles del área suroeste, en busca del producto que luego vende a la orilla de la carretera de Joyuda.

‘‘Los viernes madrugo, tengo un botecito en Boquerón, me monto en él para estar dos o tres horas en los mangles. Luego regreso, descanso una hora y vuelvo a la carga, a vender. Traigo ostiones y almejas frescas’’, explicó.

Ésa es la vida de Pancho los fines de semana. Luego del madrugón y la pesca del día, coloca las ostras en una mesa para la venta, que comienza a las once de la mañana y dura hasta las nueve de la noche o antes, si se acaba el producto.

“Aquí viene gente de República Dominicana, de Orlando, Florida, de Nueva York...’, narró Pancho, quien asegura que el reguetonero Don Omar y otros artistas se han detenido en su kiosco para probar sus famosos ostiones.

Su cliente más fiel es Julio Perichi, que opera un hotel y parador a poca distancia del lugar.

“El alcalde de Aguadilla (Carlos Méndez Martínez) vino aquí, me preguntó si alquilaban esa casita que está aquí de frente y se comió varias docenas de ostiones, pero ha venido mucha gente famosa, lo que pasa es que uno no los conoce o no se identifican’’, dijo Pancho.

Con el sudor de su frente ha criado tres hijos que ya tienen 19, 21 y 22 años, pero parece que ninguno se ha interesado por continuar el oficio de ostionero que Pancho aprendió de su padre, que falleció el año pasado luego de más de cinco décadas vendiendo ostiones.

‘‘Creo que está difícil que mis hijos sigan en esto, porque yo desde los ocho años ayudaba a mi papá’’, admitió.

La docena de ostiones está a $4.00 con todo y el IVU. Durante la visita de PRIMERA HORA al kiosco de Pancho llegó Rafael Crespín, un salvadoreño que reside en Queens, Nueva York.

“Me dijeron que aquí había ostiones y a la verdad que son mucho más frescos y deliciosos, no comparan en sabor a los que hay en Nueva York’’, expresó, mientras saboreaba el fruto de las costas boricuas.