Fajardo. Hace poco más de 11 años, a la vida de Diego Otero Valentín llegaban unos gemelitos para hacerle compañía junto a su esposa Karyam Báez y su hija mayor, Karina Andrea. Pero un diagnóstico inesperado pareció iniciar el calvario que recorre desde entonces.

“Nos dieron el diagnóstico de que uno de los nenes (el varoncito, Diego Andrés) venía con espina bífida e hidrocefalia y te preparan mentalmente para el peor de los casos. Te dan la alternativa del aborto, pero ya que era un parto gemelar y la nena (Karina Isabel) venía bien, pues (su esposa, Karyam) decidió tenerlos”, recordó Otero Valentín. 

Simultáneamente, el cáncer tocó a la puerta de la familia, afectando la salud de la madre en medio de su embarazo.

“Al poco tiempo, a mi esposa se le va deformando un seno y le hacen la biopsia y sale positivo a cáncer de mama. Le dan otra vez la alternativa del aborto para darle las quimio, pero ella decidió por los nenes... (el cáncer) se le metastizó al hígado, huesos y pulmones. Después que tuvo a los gemelos me duró cuatro años...”, compartió el padre, quien enviudó en el 2011.

Dos años antes de la partida de Karyam, ya el jefe de familia había abandonado su trabajo para asistir al niño. 

“Llevo nueve años sin trabajar, cuidándolo... Tiene epilepsia, convulsiones, apnea, asma, tuvo traqueotomía, tiene gastro. Se cateteriza cada cuatro horas para que vacíe la vejiga y eso tiene que ser fiel para evitar que dañe riñones… Tiene un nivel de retraso, que ahora mismo tiene (la capacidad de un niño de) alrededor de tres años... No me habla, no camina, no come”, relató el progenitor de 42 años de edad.

A raíz de la muerte de su esposa, y las múltiples hospitalizaciones de Dieguito, su padre le cedió la crianza de sus dos hijas a la abuela materna. 

“Tuve que dejarlas con la abuela, ya que el nene -cuando tenía las cirugías- me vi hasta dos meses corridos en el hospital. Lo han operado 17 veces y lo han revivido en seis ocasiones. Las nenas necesitan atención y por esa razón yo me hice cargo full del nene, y la abuela materna se hizo cargo de las nenas. Pero son etapas que tú pierdes y que no van a regresar, y eso es duro. Tienes que bregar con tu mente para no bloquearte, bloquear todo lo malo y seguir positivo”, confesó Otero Valentín. 

Aun así, la carga sobre sus hombros sigue siendo gigante, pues el cuidado de Dieguito es extenuante. Y ahora la salud del papá se ve afectada. 

“A él lo ven 10 especialistas en el (Hospital) Pediátrico y cuando entra el bombardeo de citas hay que viajar constantemente a Centro Médico. Además, al estar más grande, su retraso va progresando y va creando unas habilidades que complican el cuido. El peso lo siento en mi espalda, tengo escoliosis, discos herniados, por la repetición de tantos años”, se desahoga.

El único relevo para este cuidador es cuando su hijo está en la escuela con un grupo especial, donde hay una maestra preparada para atenderlo.

“Con él no tengo a nadie de la familia inmediata que me asista, que me releve para poder moverme con más libertad. Por eso, ese tiempo en la escuela es mi todo, mi respiro, mi descanso, mi relevo y ahí yo aprovecho para hacer todas las cosas de pagar los billes, hacer compra, porque con él es bien difícil”, relató el padre. 

Según Otero Valentín, los médicos le han solicitado una enfermera, pero el plan médico no la aprueba porque el niño tendría que estar encamado con un ventilador. A su vez, la situación económica no le permite sufragar esos gastos, al estar al cuidado del menor, sin trabajar, solo depende del ingreso del seguro social que recibe el niño tras la muerte de su madre. 

Para colaborar con esta familia, puede llamar al 787-409-9920 o aportar a este número a través de ATH Móvil. También reciben ayuda en la cuenta Camino Por Dieguito del Banco Popular (111-820618), PayPal (PayPal.me/caminopordieguito) y GoFundMe/caminopordieguito