San Germán. Tres pares de ojos azules iluminan los días de Christopher Torres Montalvo por los pasados ocho meses.

El hombre podrá desconocer qué le deparará el futuro. Pero lo que sabe es que en la actualidad teme cargar a las trillizas Andrea, Diana y Emily a la vez, trabaja cada día enfocado en que desea comprarle una casa a cada una de sus hijas y se aferra a su sortija de matrimonio en momentos de nerviosismo, a la hora de recargar fuerzas o tan sólo para recordar a ese amor que ya no está presente.

La historia de Torres Montalvo se dio a conocer en marzo pasado, cuando a 40 días de haber dado a luz a las trillizas, su esposa, Beatriz Pérez Illa, falleció a causa de complicaciones generadas durante el parto.

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Un ejército de familiares, amigos y profesionales que Beatriz contactó durante el proceso del embarazo para ayudar en el cuido de las niñas son los que han colaborado para que este padre eche hacia adelante esperanzado en que podrá sobreponerse al tan doloroso proceso de perder a su esposa.

Torres Montalvo lloró, lanzó varios suspiros de esos que estremecen el alma, entrelazó sus manos y las apretaba tan fuerte que la piel se enrojecía, así como sucumbió a rodar su aro matrimonial para darse fuerzas a la hora de relatar a Primera Hora cómo han sido sus días al enfrentarse a la paternidad sin la persona que eligió para ser su compañera de vida.

Según contó, sus días son de “mucho corre y corre”. Sin embargo, se le vio cómo su sonrisa transformaba cuando se reencontraba con sus hijas en el Early Head Start del municipio de San Germán con motivo de este reportaje. Las niñas le correspondieron risueñas.

“Ellas son un motivo, son mi vida, esperanza. Me recuerda mucho a su mamá, las tres tienen la personalidad de ella”, dijo.

De inmediato, aceptó que no podía continuar describiendo la importancia que tienen las trillizas en su vida en medio de todos los procesos por los que atraviesa.

Así evolucionan las pequeñas, quienes conmovieron a Puerto Rico.

“Con la pérdida de Bea, pues, me encuentro… No siempre, pero muchas veces, me encuentro, pues, pensativo en lo que lo que sucedió y estoy buscando ayuda, ya sea de un psicólogo o de amigos o familia, que tengo un círculo bien grande de apoyo que me brindan mucho, mucha ayuda”, sostuvo, al describir cómo han sido estos pasados ocho meses.

Torres Montalvo reconoció que vivió “momentos difíciles”, luego de que las trillizas nacieron el 29 de enero pasado. Vio cómo su esposa luchaba por sobrevivir, tras las complicaciones del parto que afectaron sus riñones, hígado y pulmones. Seis semanas después falleció, no sin antes conocer a sus niñas.

El hombre admitió que es una “persona indecisa” y que sucumbió, de inmediato, en ese estado al enfrentar la enfermedad y el fallecimiento de su amada. Contó que fue su cuñada, Mirella Pérez, quien lo ayudó a reaccionar, a tomar acción en pro del bienestar de sus hijas y a organizarse para emprender la lucha sin su Beatriz.

Beatriz Pérez Illa
Beatriz Pérez Illa (Captura)

Su día a día

Aunque el padre dijo tener mucha ayuda en la crianza de las niñas, que lloran o piden comida al unísono, su secreto para triunfar en este rol es Beatriz.

“Para lidiar con esas situaciones, que cuando empieza a llorar una, la otra empieza a llorar, después las tres son con un coro, yo siempre tengo en mente qué haría Bea”, dijo lloroso.

Ella era una mujer bien paciente, especialmente conmigo, y yo siempre tengo eso en mente, qué haría ella en situaciones así, difíciles. (Raspa su garganta). Es difícil, pero se puede. Ella, cariñosamente, le daría mucho amor, una a una, situación por situación. Ella tomaría la ternura, la paciencia de calmarla una a una. Así ella era. Ella era un ser bien paciente, bien querida, bien amada y bien estructurada, organizada en esa cuestión de tener todo en su lugar. Si necesita pañal, ahí está el pañal. Está ‘ready’. Ella era súper estructurada”.

Ahora es Torres Montalvo quien siempre está “ready”. Pero, aceptó que fue su madre, quien viajó desde Florida para estar a su lado, quien impuso horarios y rutinas para que todo cayera en su sitio y se le hiciera más fácil el cuido de las tres pequeñas.

Dijo que todos los quehaceres que tiene que organizar y estar al pendiente, aun cuando reciba ayuda, le permite mantenerse ocupado y no quedarse estancado en pensamientos.

Las niñas son todo sonrisas cuando están junto a su padre.
Las niñas son todo sonrisas cuando están junto a su padre. (Carlos Rivera Giusti)

También le ha ayudado regresar hace tres meses a su trabajo como ayudante del oftalmólogo Alberto Guardiola, en la clínica West Eye Specialists de San Germán. Mientras, le ha dado más sentido de estabilidad el que las niñas comenzaron en agosto pasado en el Early Head Start. Este fue un servicio que ya Beatriz ya había buscado cuando se encontraba embarazada.

“Yo tengo en mente que a lo mejor esto me pasó a mí, pero lo más seguro ha pasado a otras personas y no soy el único. No estoy solo en ese sentido, y eso me brinda un poco de paz. A veces Dios nos da estos caminos fuertes y ocurrencias que a lo mejor no nos esperábamos, pero no hay que solamente seguir, hay que aguantar, hay que retomar las cosas y cogerlo como es. No puedes decir: ‘Ay, ¿por qué me pasó esto a mí? Hay que moverse hacia adelante con esa mentalidad de que no eres el único que le ha pasado esto. (Suspira). Es difícil, pero hay que recordarse cada vez, tienes que recordarte cada día que no eres el único que está pasando por esto”, manifestó.

Aceptó, de paso, que el tiempo será su mejor aliado en todo este proceso que atraviesa.

“Son momentos bien difíciles, que, aunque se sientan imposibles, se sientan fuertes, el tiempo cambia todo. Y hay que darle tiempo”, expresó.

Su enfoque está en que sus tres hijas sean felices, tengan un buen desarrollo y enseñarles a enfrentar momentos en los que sus compañeros de clases, por ejemplo, les cuestionen por qué su mamá no está.

“Va a ser un poquito fuerte, pero siempre van a tener amor”, aseguró.

Para sí mismo, Torres Montalvo se dijo que en su lucha también se vale estar triste. Es que reconoce atraviesa por momentos que jamás pensó tener que enfrentar, por “un duelo bien, bien este inesperado”. Pero, para ser más fuerte, ha buscado la ayuda de un psicólogo.

Estoy canalizando mis sentimientos y tratando de tener paz en ese sentido”, señaló, al comentar que le ha ayudado empezar su día haciendo ejercicios.

El proceso de perder a su esposa ha sido sumamente duro para Christopher Torres.
El proceso de perder a su esposa ha sido sumamente duro para Christopher Torres. (Carlos Rivera Giusti)

Añadió que, “si las cosas pudieran ser diferentes, pues lo aceptaría. Pero, ahora mismo, las cosas son tales como son. Pues, como te diré, realmente las cosas tienden a pasar y está en ti cómo tú lo aceptas, cómo tú lo realices, cómo tú lo sobrevives. Si te echas para atrás, si dices que esto es imposible, será imposible. Pero todo está en ti, todo está en cómo tú te sientes, cómo tú lo aceptas”.

Torres Montalvo también quiere que sus hijas conozcan a Beatriz. Por ello, se encarga de guardar todos los recuerdos, fotos y vídeos, así como todas las cosas que le gustaban, como ciertos libros, para que sepan cómo era su madre.

“Lo que quiero es que aprendan de su mamá, de cómo era como persona. Y como padre pienso brindarle todas las herramientas que ellas necesiten para ellas poder encaminarle un futuro más estable. Quiero implementar esos valores que mi papá me implementó a mí. Lo voy a hacer por ellas”, puntualizó.

También busca que sus hijas “se desarrollen bien y que sean profesionales, ya sea como estilistas o doctor. Después que sean felices en lo que vayan a hacer, cualquier cosa que vayan a hacer, que sean felices”.

Las niñas van a estar muy bien

Durante el tiempo de la entrevista, las criaturas se mantuvieron risueñas y mostraron lo fotogénicas que son. Comieron calabaza majada y bebieron su leche. Papá colaboró en este último paso del almuerzo con tanto gusto, pues una de ellas jugaba con su barba y trataba de capturar sus espejuelos.

¿Cómo las reconoces?, se le preguntó ante el parecido que presentan estas pequeñas de ojos azules.

“Diana tiene una venita”, señaló, tocando el área de su nariz.

Añadió que “la más pequeña es Andrea, y Emely, (a quien llama con cariño Ema), es más grande”.

Las pequeñas tienen sus preferencias

Las niñas, después de haber pasado por un periodo en la unidad de cuidado intensivo neonatal (NICU) han requerido terapias físicas. Es por ello también que las maestras del Early Head Start, Zuleika Sanabria Delgado y Eileen Vázquez, se han enfocado en el desarrollo del motor grueso y motor fino.

Si de algo estoy segura, es que a esas niñas no les hace falta amor. Ellas tienen un papá muy amoroso, unas abuelas, unas tías que les dan ese amor y aquí nosotras siempre estamos apoyando, ofreciendo amor, cariño, manteniendo ese apego. Algo que nos comentaron de mamá es que le gustaba mucho Selena y, de vez en cuando, aunque aquí cantamos canciones educativas, pero de vez en cuando, cuando tratamos individualmente con las nenas, tratamos de cantarle una cancioncita de esas que mamá escuchaba para que ellas siempre tengan presente eso”, comentó Sanabria Delgado.

Ya conocen cómo a las niñas les gusta estar siempre acompañadas entre sí; que, si se les separa, lloran, y que les gusta estar siempre de la misma posición.

Mientras, la directora del centro, Cristina Córdova Carr, comentó que en el Early Head Start están pendientes al desarrollo cognitivo y emocional de los niños, en donde se les enseñaría también a lidiar con el proceso de entender que mamá no está presente. Auguró que las niñas saldrán de allí encaminadas al preescolar, siendo independientes en procesos como comer, vestirse o ir al baño.

“Las niñas van a estar muy bien y yo creo que aquí les estamos dando todo el apoyo y las herramientas para que ellas puedan salir hacia adelante”, afirmó.

Si desean ayudar a esta familia, puede comunicarse con el Early Head Start de San Germán al 787-892-3732, a las extensiones 2700 o 2701. Artículos como ropa o juguetes de estímulo para los bebés son ejemplo de donaciones que se pudieran realizar.