Para Erick Muñiz fue frustrante que sus años de experiencia y entrenamiento en situaciones de emergencia no pudieran emplearse al servicio del pueblo tras el huracán María.

Una vez el fenómeno atmosférico devastara a Puerto Rico el 20 de septiembre del 2017, el policía retirado de 43 años acudió a la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias a ofrecerse como voluntario. Aunque pudo contribuir en ese proceso post huracán, tanto él como otros en su posición se dieron cuenta que la agencia no cuenta con un plan para atender el voluntariado y aprovechar la pericia y experiencia de esos recursos.

“Cuando (el huracán) María, ‘Ted’ (Teudi Monti), otro de los muchachos expolicía y yo, nos pusimos de acuerdo para ir de voluntarios a Manejo de Emergencias y fuimos y dimos la mano. Pero hablando nosotros en una reunión, nos dimos cuenta de que no solo en Quebradillas, sino que en Puerto Rico en general, no hay un plan para el voluntariado”, sostuvo.

Explicó que, aunque había personas con experiencia y adiestramiento en áreas como seguridad, salud, rescate y muchas más, fueron relegados a tareas como la remoción de escombros o limpieza de áreas públicas.

“Como no hay un plan, no es culpa de ellos. ¿Qué es lo que te van a decir?, ‘vete a recoger la plaza, las hojitas por ahí…’ Que está bien, no está mal. El trabajo que te pongan, tú lo haces, pero le pudieron haber sacado más provecho (a los voluntarios)”, sostuvo Muñiz.

“Tienes un personal abriendo caminos en un sitio donde no se ha ido en una semana, que tú no sabes cuántas casas te vas a encontrar y tienes un paramédico limpiando la plaza en vez de tenerlo ahí, por si te encuentras con un caso médico”, mencionó como ejemplo.

PASE está preparado para manejar emergencias.
PASE está preparado para manejar emergencias. (XAVIER GARCIA)

Con esto en mente, una vez pasó la emergencia, Muñiz y otro grupo de ciudadanos con experiencias similares decidieron fundar la organización Piratas Aliados al Servicio de la Emergencia (PASE).

Se trata de una organización de voluntarios con sede en Quebradillas, pero que brinda servicios a toda la Isla antes, durante y después de una emergencia. La entidad se dio a la tarea de reclutar voluntarios, identificarlos, catalogarlos y organizarlos en grupos para activarlos durante una situación de emergencia.

PASE cuenta con 60 voluntarios activos y más de 140 listos para ser movilizados en el momento en que sean necesarios. Entre los recursos disponibles hay expolicías, veteranos de las Fuerzas Armadas, paramédicos, enfermeros, terapistas ocupacionales, cocineros, maestros, amas de casa, electricistas y muchos más.

“Nos organizamos y decidimos empezar un grupo, convocamos a dos o tres y poco a poco el grupo fue creciendo y fue creciendo”, narró. “En el primer año nada más, pasamos de ser como ocho, a más de 50 personas”, añadió Wendymar Deliz.

La efectividad de una organización con voluntarios identificados por áreas de especialidad y adiestrados para la emergencia, tuvo la oportunidad de ponerse a prueba poco después de su creación, cuando la zona sur de la Isla fue afectada por un terremoto de 6.4 grados de magnitud en la escala Saffir-Simpson, en enero del 2020.

Durante esa emergencia, PASE fue una de muchas organizaciones que sirvió como enlace para identificar afectados, recursos disponibles y trasladar parte de lo que fue la primera ayuda a la zona de impacto.

“Lo menos que nosotros esperábamos era que vinieran más huracanes, que vinieran los terremotos, que viniera la pandemia y nos cayó todo. Te puedo decir que cuando vinieron los terremotos, el terremoto fue a las 4:45 de la mañana y ya a las 5:00 (a.m.) yo tenía llamadas de FEMA para bajar para el sur. Nosotros llevamos mercancía para allá. Camiones, comida, casetas. Hicimos un llamado a la diáspora y logramos repartir por allá más de 1,200 casetas”, recordó Muñiz.

Atención en la mitigación costera

Además de tener voluntarios disponibles en caso de una emergencia mayor, PASE mantiene un rol activo en la comunidad, ofreciendo Adiestramientos del Programa de Equipos Comunitarios de Respuesta a Emergencias (CERT), adiestramientos en escuelas sobre protocolo de emergencias, planes de desalojo y todo lo que tenga que ver con mitigación costera.

María Vázquez, veterana del Ejército de Estados Unidos, explicó que en una Isla la mitigación costera “es nuestro fuerte día a día, semana a semana, todo el año y es lo más que nos preocupa”.

De acuerdo con los miembros de PASE, Puerto Rico no tiene ni educación acuática, ni seguridad acuática. Recordó que 42 de los 78 municipios de la Isla cuentan con acceso al mar, pero la mayoría de sus playas no tienen rotulación ni salvavidas, por considerarse no aptas para bañistas.

A través de programas de mitigación costera que han sido implementados mediante propuestas en varios municipios, sin entrar al agua, PASE orienta a los bañistas sobre los peligros que pueden enfrentar en la playa que visitan y cómo disfrutar de manera segura en el agua.

“El 70% de los casos que salva un salvavidas, se salvan en la arena, sin mojarse”, afirmó Vázquez.

Uno de los municipios donde PASE pudo implementar un plan de mitigación costera en colaboración con las autoridades municipales fue en el pueblo de Isabela, donde en Semana Santa del 2021, los voluntarios intervinieron con 1,200 bañistas que fueron rescatados de las aguas de la playa Jobos. Considerada como una de las playas con mayor incidencia de ahogados en Puerto Rico, durante ese periodo no se registró ningún deceso en la zona, lo que llevó al Municipio a extender la propuesta.

Tras una campaña de rotulación, educación a bañistas, durante los meses de junio a septiembre, las situaciones en las que fue necesario rescatar a bañistas se redujeron a poco más de 300 y no se reportaron ahogamientos durante esa temporada de verano.