Obispo de Arecibo pide repique de campanas para orar por pandemia de coronavirus
Monseñor Daniel Fernández Torres llamó a tener una comunión espiritual ante la cancelación de las misas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Ante la imposibilidad de celebrar misas hasta el 30 de marzo debido a la orden ejecutiva gubernamental de aislamiento social a causa del coronavirus, el obispo de Arecibo, Monseñor Daniel Fernández Torres, pidió a todos los sacerdotes que se encuentren en los templos que hagan sonar las campanas todos los días a las 12 del mediodía, como una invitación a que los fieles desde sus casas eleven el espíritu en oración.
En el comunicado enviado a todos los sacerdotes de la Diócesis de Arecibo, Fernández les explicó que “dadas las restricciones impuestas por el gobierno como medidas preventivas, el sonar de nuestras campanas podrán ser oportunidad para elevar nuestra mente y nuestro corazón a Dios. Que su repique nos invite a la oración y a renovar nuestra fe en Dios. También será ocasión para hacer una comunión espiritual. Servirá además para recordar a nuestro pueblo que la Iglesia está viva y presente en medio de la crisis que vivimos”.
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Que su repique nos invite a la oración y a renovar nuestra fe en Dios. También será ocasión para hacer una comunión espiritual. Servirá además para recordar a nuestro pueblo que la Iglesia está viva y presente en medio de la crisis que vivimos”.
-Monseñor Daniel Fernández Torres
De igual modo, el Obispo invitó a todos los católicos a que las 12 del mediodía, aún cuando no sea posible escuchar el repique de las campanas, eleven la siguiente oración:
"Oh, Cristo, todopoderoso gobernante, como una vez calmaste la tormenta en el mar al despertar en la barca del sueño de tu naturaleza humana, así acudas ahora con tu benigna ayuda a las necesidades de tu pueblo, y derrames sobre esta campana el rocío del Espíritu Santo.
Siempre que suene, huya el enemigo del bien, que el pueblo cristiano escuche la llamada a la fe, que aterrorice al imperio de Satán, que tu pueblo se fortalezca al ser llamado a unirse al Señor y que el Espíritu Santo esté con los fieles igual que se deleitaba de estar con David cuando tocaba su arpa.
Y al igual que una vez el trueno en el aire ahuyentó una horda de enemigos, cuando Samuel sacrificaba un cordero lactante como holocausto al Rey eterno, así cuando el repique de esta campana resuene en las nubes traiga una legión de ángeles que vigile la asamblea de tu Iglesia, los primeros frutos de los fieles y aspiren a tu protección eterna en su cuerpo y espíritu.
Pedimos esto a través de ti, Señor Jesucristo, que vives y reinas con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos.
Amén".