Arecibo. Dolido y sin explicaciones para los feligreses católicos dijo estar el obispo emérito de Mayagüez, Álvaro Corrada del Río, quien este miércoles salió de su retiro para aceptar el llamado del papa Francisco de administrar de la Diócesis de Arecibo en lo que selecciona al que sustituirá al destituido obispo de Arecibo, Daniel Fernández Torres.

Dijo que “con mucho amor” acoge el llamado, “porque aprecio mucho a monseñor Daniel”.

El monseñor explicó que, cuando se le encomendó la tarea de administrar a la Diócesis de Arecibo, no se le establecieron las razones para remover a Fernández Torres como obispo. Dijo que tampoco se las tenían que dar. Por tal razón, dijo que “no le puedo decir a la gente que acepte una decisión que yo mismo no entiendo”.

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“Yo estoy muy dolido”, aceptó Corrada del Río cuando fue entrevistado por Primera Hora en la sede de la Diócesis.

“Yo sé que el monseñor Daniel no cometió ningún crimen, ni ha hecho nada malo. Por eso, yo me pregunto las razones. Pero, a mí se me pidió que administrara. Por eso es que estoy dolido y triste, porque yo a él lo aprecio mucho… No sé, verdad, si la decisión esta de la vacunación (contra el COVID-19) u otras razones que son las que dan son suficientes para la determinación. Pero, la determinación yo la acepto”.

No obstante, estableció que “por obediencia” aceptó administrar la Diócesis. Estableció que podría estar en el cargo alrededor de un año, en lo que se selecciona al nuevo obispo.

Triste Fernández Torres

Tras acoger la encomienda, Corrada del Río, quien es hermano del fenecido juez del Tribunal Supremo, Baltasar Corrada del Río, se reunió este miércoles con los sacerdotes y el destituido obispo en la sede de la Diócesis para iniciar el proceso de transición.

Comentó que Fernández Torres “está muy triste”, pero que acepta “en obediencia” la decisión papal.

Además, dijo que el religioso se tomará unos días de descanso y luego continuaría ofreciendo misas en la Diócesis o en la catedral de Arecibo.

Fernández Torres fue removido del cargo de obispo de Arecibo en la mañana de este miércoles, tras negarse a renunciar. Se le imputó no ser obediente a las normas impuestas por el Papa ni tener comunión con el resto de los obispos boricuas.

La determinación provoca que Fernández Torres sea el primer obispo en Puerto Rico que es destituido del cargo por una razón que no sea haber cumplido con la edad canónica para ocupar el cargo, que son 75 años.

Reaccionan los obispos

Dos de los líderes de la Iglesia Católica en Puerto Rico reaccionaron de forma escueta a la decisión del papa Francisco. En esencia, pidieron oración por el monseñor Fernández Torres.

El arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves, indicó en declaraciones escritas que la determinación fue una “noticia dolorosa”.

“Por ello, animo a todo el pueblo, especialmente, al clero, religiosas y religiosos de Arecibo, a acompañar al obispo Daniel con sus oraciones y cariño en esta situación particularmente difícil”, dijo.

El arzobispo aludió a que se trató de comunicar vía telefónica con el monseñor, pero le fue imposible. Reveló que le envió un texto que leía: “Daniel… Sé que estás pasando por un momento muy doloroso. Te acompaño con mis oraciones y sentimientos fraternales”.

A González Nieves se le ha achacado el haber llevado la queja al papa Francisco sobre el comportamiento de Fernández Torres. Pero, de inmediato, este no respondió a tales alegatos.

Por su parte, el obispo de Ponce y portavoz de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña, Rubén Antonio González Medina, emitió una carta en la que también invitó a “orar por nuestro hermano… y la amada Diócesis de Arecibo”.

“Por deferencia y respeto a los procesos canónicos internos de la Iglesia, estas serán las únicas expresiones oficiales que se harán sobre este asunto, al momento”, informó.

Apoyo desde Argentina

Mientras, el monseñor Héctor Aguer, arzobispo emérito de La Plata, Argentina, ofreció su respaldo a Fernández Torres al catalogarlo como “víctima del avance implacable del progresismo que impone la Santa Sede”. Además, indicó que su caso es un “ejemplo clarísimo de cómo la Iglesia marcha al revés de lo que debe ser su misión”.

“El obispo de Arecibo, Puerto Rico, monseñor Daniel Fernández Torres, ha sido depuesto de su Diócesis por defender la objeción de conciencia, ante la ridícula ‘obligación moral’ de vacunarse, impuesta por la Santa Sede. La Iglesia actual ya no se ocupa ni de Dios, ni del mandato de Cristo de evangelizar, sino solamente de imponer ‘nuevos paradigmas’, y de adherir a los principios de un nuevo orden mundial, ajeno a la ley natural y a la revelación cristiana. El caso de monseñor Fernández Torres es un ejemplo clarísimo de cómo la Iglesia marcha al revés de lo que debe ser su misión...”, dice Aguer en expresiones recogidas en el portal infocatolica.com

Afirmó que orará por Fernández Torres y por los feligreses de la Diócesis. “Rezo, también, para que esta medida injusta, y draconiana, no lleve a la destrucción de tantas iniciativas verdaderamente católicas que allí surgieron y se desarrollaron. Quiera Dios que los demás obispos de Puerto Rico adviertan que se debe obedecer a Dios antes que a los hombres (Hechos 5, 29), aunque estos hombres vivan en el Vaticano”.