Numerosas iglesias anticipan que no abrirán sus puertas por el momento
Buscarán “el mejor momento para comenzar a reunirnos físicamente, es en nuestra libertad y en completo amor al prójimo”.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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El Concilio de Iglesias de Puerto Rico, que agrupa una decena de congregaciones religiosas en el país, anticipó que no contempla abrir próximamente sus templos y planteó dudas con los datos que provee el gobierno sobre el avance del coronavirus.
“En nuestras denominaciones seguiremos dialogando con nuestras congregaciones, parroquias, misiones, ministerios y organizaciones para mirar el mejor momento para comenzar a reunirnos físicamente, es en nuestra libertad y en completo amor al prójimo", expresó el grupo en una carta, atribuida al reverendo firmadas por el reverendo Felipe Lozada Montañez, presidente de la Junta de Directores del Concilio de Iglesias de Puerto Rico. “Que se hagan más pruebas, se publique la data y se dialoguen”, sostuvo.
El concilio incluye la Iglesia Cristiana Discípulos de Cristo; Iglesias Bautistas de Puerto Rico (ABC); Sínodo Presbiteriano Boriquén (PCUSA); Iglesia Metodista de Puerto Rico; Iglesia Evangélica Unida de Puerto Rico; Iglesia Los Hermanos (BC); Iglesia Episcopal, Diócesis de Puerto Rico (TEC); Sínodo del Caribe (ELCA); Union Church of San Juan; y 2nd Union Church of Guaynabo.
“Entendemos que todavía no es el momento para comenzar a volver a una “vieja normalidad”, nos tenemos que preparar para una “nueva normalidad”. Como Iglesia siempre hemos estado dispuestos al diálogo, el cual hemos indicado en diversas comunicaciones a los/as gobernantes, desde el inicio de sus mandatos, en las distintas administraciones. Hemos, como Concilio, participado en eventos que piden Justicia para el Pueblo y lo seguiremos haciendo. Al no contar con una cantidad suficiente de pruebas no se tiene una estadística confiable, una que nos permita visualizar el camino a seguir, de ese modo las proyecciones presentadas no tienen una confianza aceptable”, indicaron.
No se precisa cuándo los feligreses de estas congregaciones podrán regresar a sus templos. En la carta se destaca que continuará el proceso de oración y el uso de medios de comunicación.
“Somos cuidadosos y valoramos la vida de cada persona, sobre las cuestiones materiales y la economía; porque la gente es primero”, agrega el documento.
A continuación, el texto íntegro:
El Concilio de Iglesias de Puerto Rico ha estado muy atento a la situación en que nos mantiene el COVID-19, desde antes de la declaración de la Cuarentena. Desde que la misma fue notificada en el mes de diciembre 2019 por las autoridades de la República Popular de China y la Organización Mundial de la Salud, adscrita a la ONU. En cada una de nuestras denominaciones hemos mantenido comunicaciones y nos hemos preparado para respaldar los esfuerzos del gobierno y las comunidades, ese es, y seguirá siendo, nuestro acompañamiento. Como denominaciones de Ley y Evangelio somos obedientes a todo lo que propenda al bienestar del pueblo, en especial la vida. Nos hemos adaptado a las condiciones que imponen las Órdenes Ejecutivas promulgadas.
Desde un inicio hemos indicado que habríamos de mantener los templos y facilidades cerrados, que nos adaptaríamos a los decretos y que seguiríamos en la disposición de ayudar al gobierno, que hemos estado dispuestos al diálogo abierto y transparente. En nuestras denominaciones hemos estado dialogando sobre la forma y manera en que habremos de volver a encontrarnos físicamente, porque espiritualmente nunca hemos dejado de hacerlo, nos hemos demostrado que somos Iglesia desde donde nos encontremos, en este momento desde cada casa, desde cada familia y el uso de la tecnología para llevar mensaje de acompañamiento, esperanza, ánimo y fortaleza, siempre desde el amor.
Somos cuidadosos y valoramos la vida de cada persona, sobre las cuestiones materiales y la economía; porque la gente es primero. Leemos en Juan 14:6a “Jesús le contestó: Yo soy el camino, la verdad y la vida.” En ese verso se resume nuestra actitud ante cada momento de desastre y dificultad social, confiamos en la Palabra de Dios, expresada por el ejemplo de Jesús. Porque Él es nuestro camino, que transita por las calles y senderos de Puerto Rico, hoy estamos en las comunidades en cada una de las casas. Todo ello lo hacemos en obediencia al Evangelio, que fue la misma razón que nos condujo en nuestro acompañamiento de la lucha del pueblo para lograr que la marina saliera de Vieques, y antes de Culebra. Somos el mismo Concilio que valoramos la vida de toda persona, que está al lado de los justos reclamos del pueblo, en defensa de los derechos la gente y siempre en disposición de un diálogo que ayude a fortalecer los derechos humanos y en defensa de la sociedad. Es nuestro compromiso histórico, el que mantenemos y seguiremos reforzando. Entendemos que todavía no es el momento para comenzar a volver a una “vieja normalidad”, nos tenemos que preparar para una “nueva normalidad”. Como Iglesia siempre hemos estado dispuestos al diálogo, el cual hemos indicado en diversas comunicaciones a los/as gobernantes, desde el inicio de sus mandatos, en las distintas administraciones. Hemos, como Concilio, participado en eventos que piden Justicia para el Pueblo y lo seguiremos haciendo.
Al no contar con una cantidad suficiente de pruebas no se tiene una estadística confiable, una que nos permita visualizar el camino a seguir, de ese modo las proyecciones presentadas no tienen una confianza aceptable. Como iglesias nacidas de los movimientos reformados, evangélicos y de firmeza en el Evangelio sabemos transformarnos, cambiar, pero siempre en respuesta al Evangelio. Vivimos el Evangelio que ama y nos indica el camino a seguir hablando la verdad, con data suficiente y unas acciones gubernamentales que se ganen la confianza del pueblo. Que se hagan más pruebas, se publique la data y se dialoguen. En nuestras denominaciones seguiremos dialogando con nuestras congregaciones, parroquias, misiones, ministerios y organizaciones para mirar el mejor momento para comenzar a reunirnos físicamente, es en nuestra libertad y en completo amor al prójimo. Ya estamos escribiendo protocolos dialogados y acordados, se están visualizando distintos escenarios y el reforzar nuestros medios de comunicación. No hemos dejado de ser Iglesia, al contrario, nos hemos demostrado que seguimos siendo Iglesia.
Volvemos a indicar que estamos dispuestos a dialogar para llegar a pensar al país colocando la seguridad, salubridad y confianza primero. Estamos seguros que la economía ha de resurgir, siempre y cuando se considere la defensa de la vida primero, que se le asegure a la clase trabajadora su seguridad, incluyendo justos salarios y compensaciones. Desde hace años el Concilio de Iglesias ha propuesto que se instaure un Plan de Salud Universal, uno que se logre en conversación con todos los sectores y fortalecido con lo que tenemos y tendremos; también se tiene que fortalecer los servicios públicos, educación excelente, sistema energético renovable, etc. Entendemos que todavía se pueden hacer ajustes en cómo se utiliza el dinero que proviene de las contribuciones que la sociedad paga.
Seguiremos orando por el gobierno, por el Pueblo y por toda aquella persona que está en la línea del frente, combatiendo el COVID-19 y porque toda la sociedad se sienta segura. Seguiremos esperando por el diálogo transparente, uno que cuente a todos los sectores, sin excepción alguna. Seguimos activos amorosamente por la fe que nos es regalada.