Los plátanos forman parte de nuestra vida y de nuestra dieta.

Nos los comemos verdes o maduros, fritos, majados, sancochados….y hasta con la mancha que deja la cáscara dicen que nacemos.

Pues sepa que en la Estación Experimental Agrícola de la Universidad de Puerto Rico están laborando para tratar de hacer nuestras plantas de plátanos más resistentes a los hongos que las atacan.

Y cuando hablamos de ‘nuestras’ no piense que son todas iguales. Hay al menos siete variedades de plátanos que se están estudiando y se cultivan en Puerto Rico.

Pero, la principal es la maricongo, que es la que se cultiva en un 90 a 95% en nuestro país. Esa variedad se da de lo más bien en nuestras tierras y tiene la particularidad de que al freirlo hace que los tostones y las arañitas sean más crujientes. Además es preferida por los agricultores ya que un racimo tiene entre 45 y 60 frutos.

“Maricongo es nuestra variedad por excelencia. La planta lo mejor que tiene es que produce uniformemente y tiene una buena calidad de plátano que es esencial y eso ese ha mantenido”, explicó Orlando González, quien labora hace siete años en la estación experimental ubicada en Isabela.

Otra variedades son Maiden, Congo 300, Fiha 21, Harinton, Lacknau y Cuerno de Arce.

De todas esas la que más se está evaluando por su potencial de producir más cantidades es la Fiha 21, que puede tener entre 70 a 75 plátanos por racimo.

“Ha sido una variedad genuina, con buen potencial. Es tolerante a la enfermedad de mayor importancia en el plátano que es la sigatoka negra que viene siendo un hongo en la hoja. Lamentablemente como no todo es perfecto, es susceptible a un virus. Y es mejor bregar con la sigatoka que tenemos prácticas culturales para combatirla, vienen unos químicos y la podemos manejar bien, que tener un virus en el campo y que tengamos una epidemia”, afirmó el experto en horticultura e investigación genética.

Ante esa situación hay un equipo de trabajo que busca tratar de sacar semillas de esa variedad pero que estén sanas y robustas para seguir multiplicándola y ver si se logra hacerla eventualmente más resistente al virus.

Esta variedad, además de dar más frutos por racimo suele ser más blandita y es la que se usa para los platanutres y también es buena para los mofongos.  

El cuerno de arce es el más grandote y ancho, que rinde para más. Sin embargo hay agricultores que no lo prefieren porque cada racimo produce entre 15 o 20 frutos y a la hora de venderlo es más complicado.

En el caso del Lacknau se sugiere más para los amarillos porque en su versión verde no es tan sabrosa. Se recomienda además que los agricultores puedan hacerse empresarios cultivando esa variedad para congelar y vender en bolsas. 

“Eso es lo que queremos, que la producción de plátanos en Puerto Rico se continue, que no tengamos que comprar marcas  de afuera, que no tengamos que estar importando de Costa Rica  sino que la produccion se haga aquí y que haya un valor añadido Es lo que estamos impulsando ahora mismo”, afirmó González.

“Hay mucho trabajo tenemos que seguir ayudando a nuestros agricultores para que se mantenga la producción de plátanos y mantengamos nuestras raíces”, señaló.