No te tires a lo loco a explorar
Evita el riesgo, pues los sistemas de cuevas y ríos en la Isla tienen sus particularidades.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 años.
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Son laberintos naturales que, indudablemente, invitan a la exploración por su imponente belleza. Sin embargo, los espacios que componen el sistema de cuevas y cavernas en la Isla muchas veces se transforma en un abrir y cerrar de ojos, poniendo en riesgo la seguridad de sus visitantes.
Las lluvias inesperadas, sumadas a la inexperiencia y la falta de equipo adecuado, son elementos que ponen en peligro a los exploradores de estas cavidades.
En Puerto Rico, existen unas 2,000 cuevas, de las cuales se han explorado cerca de 415, según estimados hechos por geólogos, espeleólogos y exploradores. El inventario del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) incluye 211 cuevas, pero se han explorado otras 104 que todavía no se han documentado.
El fundador de Tanamá Tours, Roberto Bonilla, quien es uno de los pioneros en el ecoturismo en la Isla, detalló que uno de los sistemas de cavernas más peligrosos de Puerto Rico está en el barrio Ángeles en Utuado; de los pocos lugares en el mundo que tiene un río con dos cuencas distintas y dos ríos subterráneos separados, que son el Tanamá -localizado a la derecha- y el río Camuy -a la izquierda.
El experto narró la experiencia que vivió en la década de 1970, cuando visitó, junto a 11 atletas de un equipo de pequeñas ligas, el río Tanamá.
“Salimos del parque de pequeñas ligas, me fui a las cuevas de Tanamá porque uno de los chiquitos cumplía años; hubo un agotamiento físico porque antes no había caminos. Salimos porque comenzó a tronar, ya para esa época tenía 25 años y la experiencia me decía que no podía llegar al segundo túnel. Si yo hubiera bajado, hubiera habido la madre de las desgracias”, recordó Bonilla.
El perito llamó la atención al peligro que representan los golpes de agua en las cavernas, como ocurrió recientemente en Tailandia, donde un equipo de fútbol quedó atrapado por un periodo de 18 días hasta que fueron rescatados en una misión heroica que se completó ayer.
“Nos cogió la noche, habíamos penetrado bastante adentro, pero ahí en el carso resuena de manera espantosa la tormenta eléctrica que nos encontramos de camino. Fue tan recia que sabía que había una grieta, unos abrigos rocosos y ahí nos metimos. Eso fue lo mismo que le pasó al equipo de Tailandia, pero como sobrevivieron fue una película”, narró Bonilla.
También resaltó que la situación de emergencia que tuvo repercusiones a nivel mundial le ha provocado muchas cancelaciones, no solo a su compañía, sino a otras que también ofrecen sus excursiones en la zona.
“Déjeme decirle que el río Camuy lo hemos respetado desde pequeños, por los malos ratos, los sustos y las perdidas que nos dimos cuando pequeños; ese es uno de los lugares más peligrosos del mundo, inexplorado todavía. Decía el jíbaro que vivía aquí en el barrio Ángeles: ‘el que entra, no sale’ y le tenían sus nombres, le decían ‘hoyo malo’, ‘el galillo del diablo’… eso mete miedo”, comentó Bonilla, quien es guía y entrenador bien riguroso.
Esos dos ríos “inhóspitos” han cobrado un gran atractivo turístico en los pasados años debido a las redes sociales, convirtiéndose en una tentación para los desconocidos que ignoran los peligros de las imponentes bellezas naturales, por lo que es indispensable que se le dé conocimiento a los residentes o guías locales del área de exploración a la que se va a adentrar, para facilitar su localización en medio de una emergencia, ya que son quienes conocen los atajos.
A juicio del experto, una de las mayores dificultades que confrontan es que estos aficionados no se encuentran en una condición física óptima, entran sin radios de comunicación ni encendedores a prueba de agua; no están conectados a los canales que emiten boletines sobre las condiciones del tiempo, no tienen un equipo de primeros auxilios y suministros para comer y muchas veces entran a explorar solos, sin notificarle a nadie que se encuentran en el lugar.
“En esos radios de hoy día le suena la alarma cuando vienen los malos tiempos, si no los tienen y no tienen condición física para atreverse a adentrarse en lugares tan peligrosos e inhóspitos, tienen que llevar una buena mochila con suficiente picadera para poder soportar una travesía tan larga… y unos bastones que ayude a que no se lastimen los tobillos. Sacar a una persona con los tobillos rotos de allá adentro vale un imperio”, puntualizó.
También recomienda el uso de rollos de cinta para marcar el camino a la altura del hombro, ya que en el sistema de cuevas el Sistema de Posicionamiento Global no tiene alcance.
Al momento de los rescates, los guías de la zona son los primeros en la línea de emergencia, ya que tienen sus estaciones bien ubicadas, tubos flotantes para colaborar con las unidades y son quienes conocen la ruta más rápida de acceso, agregó.
Demasiado arriesgado
Julio Rodríguez, expresidente y afiliado a la Sociedad Espeleológica de Puerto Rico, advirtió que todas las cuevas tienen sus retos y no hay que desafiarlos.
Una de las cuevas más peligrosas es la de Aguas Buenas, que conecta con una parte de Caguas y de Cidra, ya que tiene todos los riesgos, incluyendo ser de múltiples niveles, numerosos laberintos o pasillos que confluyen. Además, no resulta segura por los golpes inesperados de agua que la amenazan, porque es pequeña la cuenca del río Cagüitas .
Otro sistema con el que hay que tener precaución, dijo Rodríguez, es el del río Encantado, que va desde el barrio Frontón en Ciales, recorre el sur de Florida y da una vuelta de 90 grados hasta Manatí.
Ese cuerpo de agua es muy frío, pasa por una cueva subterránea, así que requiere de buceo, y hay que usar técnicas verticales o de escalar. A su juicio, tiene todas las dificultades que podría tener una cueva.
Rodríguez indicó, además, que el río Chico entre Isabela y Aguadilla es un sistema sumamente peligroso, porque solo tiene una entrada y una salida, hay gateadas largas y un salón de aire con poco oxígeno debido a la fermentación del material orgánico, como el guano.
Aunque es uno de los más conocidos, es en el sistema de cuevas del río Camuy donde más personas, incluyendo exploradores adiestrados, han perecido. A pesar de que el experto no pudo dar una cifra de víctimas, explicó que el riesgo en ese lugar es mayor, porque es una de las rutas más accesibles. Incluso, indicó que allí es donde nació la espeleología en Puerto Rico, que es la ciencia que estudia el origen y la formación de las cavernas y las cavidades subterráneas naturales, así como su flora y su fauna.
“El sistema de cuevas del río Camuy es uno de los más peligrosos donde han muerto más personas en Puerto Rico, porque es el más accesible y con poco flujo de agua, pero un pie cúbico por segundo la hace mortal. Hay riesgo de colapso de rocas y tiene 18 entradas”, apuntó Rodríguez.
En el área del Bosque Nacional de El Yunque hay un sistema de cuevas volcánicas compuestas por grandes peñones que forman cavidades naturales entre ellos. Son profundas y llevan a tener cientos de pies de altura, no hay piso y se tiene que caminar de roca en roca.
“Representan situaciones muy peligrosas para explorarlo. Los espeleólogos la han declarado fuera de límites”, aseveró Rodríguez.
También sentenció que en Puerto Rico el buceo en cuevas no está permitido, solo se puede hacer en cavidades que quepan dos personas o más, con ventilación, que tengan iluminación natural y que se puedan ver de todos lados las entradas.
“El buceo en cuevas es considerado como el deporte más peligroso de todos los que existen”, ilustró.
Otro riesgo es escalar en cavernas si no se tiene el entrenamiento adecuado.
Las cavidades, según indicó, son consideradas lugares sensibles y peligrosas, porque tienen recursos naturales y antropológicos muy valiosos que deben ser protegidos. Por tal razón, aunque los mapas de estos sistemas están disponibles, los espeleólogos son muy celosos con su divulgación para evitar que se les ocasionen daños.
MEDIDAS PREVENTIVAS ANTES DE LA EXPLORACIÓN:
-Planifica la aventura.
-Cuadra un itinerario con día y hora de salida.
-Monitorea el clima.
-Monitorea los cuerpos de agua.
-Cuadra con dos personas una llamada de confirmación de salidas.
DURANTE EL RECORRIDO:
-Aplícate el double check.
-Redundancia en la seguridad.
-Amplio margen de seguridad a tu favor. Siempre estar localizado (mapa y gps).
-Tener medios de comunicación en el exterior y en el interior.
-Ir con alguien que conozca el lugar.
-No te pares a menos de cinco pies de los bordes. Usa el calzado adecuado.
-Evita contacto o exposición con las rocas y el agua.
PLANIFICA BIEN
-Define propósitos y objetivo específico. Recopila información de participantes: Nombre y localización.
-Reconoce el área, disponer de topográficos y contactos en el área.
-Determinar las dificultades.
-Establecer el grupo de acuerdo a destrezas requeridas.
-Definir la actividad especifica a realizar, funciones, equipo y establecer la logística.
-Ten a la mano calendario, itinerario y horarios.
-Tramita los permisos necesarios.
-Verifica el hospejade y la transportación
-Alimentos.
-Navegación.
-Comunicaciones.
-Recurso médico.
-Recursos de apoyo y rescate.
-Salida.
Fuente: Sociedad Espeleológica de PR