¡No se meta en playas peligrosas!
En un mar supuestamente calmado pueden darse las temibles corrientes de resaca, por lo que es importante que se quede en balnearios.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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Peligrosas muchas de las playas del país, sobre todo las de la zona norte de la Isla.
Los puertorriqueños que esta Semana Santa deseen bañarse en el mar deben evitar las zonas con marejadas fuertes, que se encuentran principalmente en el norte, en el Atlántico.
Si llega a la playa y siente resaca, no se meta. Ese tipo de corriente engaña a los bañistas, porque se halla en zonas donde el agua se ve más calmada, pero las olas rompen directamente en la orilla. Eso hace mucho más vulnerables a los bañistas que, por lo general, prefieren nadar en un mar supuestamente más quieto.
El programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico, en un estudio sobre los ahogamientos en las playas de Puerto Rico (1999-2010), identificó 16 playas con alta incidencia de resacas, entre ellas las playas de Piñones, Palmas del Mar, Ballena y el balneario La Monserrate.
Una de las playas más peligrosas de Puerto Rico es Jobos, de Isabela. En esa playa, según Sea Grant, predominan las corrientes topográficas, que son las que se dan donde hay estructuras costeras tales como formaciones rocosas, muelles y rompeolas, entre otros.
“A pesar de que Jobos tiene una alta incidencia de muertes por asfixia por submersión, muchos ahogamientos son evitados por surfistas y visitantes que arriesgan sus vidas y que colaboran como rescatistas en estas playas”, se señala en el análisis de Sea Grant.
Nino Correa, director de la División de Búsqueda y Rescate de la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (Aemead), denunció que se supone que todas las playas peligrosas estén rotuladas como tal, pero no todas lo están por el robo de los avisos. “Se están robando los rótulos, no importa si son de madera, metal o PVC”, dijo.
Las muertes por asfixia en sumersión son las que menos estudian en la Isla. En Puerto Rico, anualmente, se ahogan un promedio de 30 personas, principalmente hombres jóvenes.
“Aquí siempre la temperatura es agradable y, antes de ir a la playa, la gente no está pendiente al informe del tiempo. La peligrosidad de las playas aumenta según aumenta el tamaño del oleaje”, explicó Ruperto Chaparro, director de Sea Grant. “Cuando este aumenta y se retira el agua que está de más, se forma la corriente de resaca”, señaló.
La segunda zona con más ahogamientos de la Isla es la oeste, la tercera el este y la cuarta el sur.
Además, destaca que sobre el 75% de los que mueren se ahogan por la tarde.
Los municipios con mayor incidencia de ahogamientos son San Juan, Arecibo, Loíza, Isabela, Aguadilla y Luquillo.
Sea Grant hizo otra advertencia importante: tomar clases de natación no necesariamente salva vidas. En ocasiones, las corrientes pueden alcanzar unas velocidades que hasta el mejor nadador no las puede sobrepasar.
La Junta de Calidad Ambiental (JCA) aseguró, por otra parte, que las playas de Puerto Rico no están contaminadas. La agencia midió la presencia de coliformes fecales y esterococos y encontró parámetros normales en las 25 playas que muestreó.
En un muestreo anterior, cinco habían excedido ambos parámetros. Se ordenó, de inmediato, otro estudio y se confirmó que no había ningún problema.
“Las familias puertorriqueñas podrán disfrutar de las playas durante la Semana Santa”, expresó la presidenta de la JCA, Laura M. Vélez.
Por su parte, Correa advirtió ayer que los bañistas tienen que tener cuidado también en lagos y piscinas, que estas últimas a veces son más peligrosas que la playa si no se supervisa adecuadamente a los niños. “En las playas, a veces lo que no ven los padres lo ven otros bañistas”, dijo.