A las 8:00 de la noche del miércoles, Carmen Reyes y Reinaldo Hernández observaron cómo todo lo que habían adquirido por los pasados 17 años se perdía por el paso del huracán Irma. 

El matrimonio, residente del barrio Camarones de Guaynabo, decidió refugiarse en casa de unos vecinos. Desde allí, observaron cuando las ráfagas y vientos del huracán categoría 5 despegó el techo de zinc de su residencia.

La impotencia era enorme, dice Reinaldo, pues les era imposible salir del hogar para intentar rescatar sus pertenencias debido al mal tiempo. 

“Mira, yo todavía estoy temblando”, añadió Reinaldo, de 62 años, mientras mostraba sus manos que tiritaban. 

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La noche fue larga para ambos, durmieron poco. Al día siguiente, la imagen de su casa inundada y devastada fue un duro golpe. Carmen lo describió como si el corazón le hubiese dado un vuelco. 

“Yo no lo creía. Uno como que se quiere quedar ahí. Esa es la casa de uno”, contó el hombre.

Según narraron, la casa tenía agua que le llegaba casi a los talones. Había en todas partes: el cuarto, en la sala, en la cocina. El matrimonio lo perdió todo: ropa, microondas, los “matress” y el televisor. 

“Eso fue un desastre”, soltó Carmen. 

De acuerdo con lo que contó Reinaldo, él estaba confiado en que -como el techo estaba clavado- aguantaría el embiste del poderoso fenómeno natural. Pero no fue así.

Sin embargo, ellos se sienten tranquilos por estar con vida. También, por la ayuda recibida de parte de sus vecinos y del municipio.

“Se han portado muy bien con nosotros”, expuso Reinaldo, quien trabaja en un comedor escolar. 

“Han venido desde el alcalde, la esposa, hasta legisladores. Se han portado de maravilla. No tendría vida para pagarles todo lo que han hecho”, dijo Carmen con una sonrisa en su rostro. 

La directora interina del Departamento de la Familia se comprometió en conseguirle un hogar. (josekarlo.pagan@gfrmedia.com)
La directora interina del Departamento de la Familia se comprometió en conseguirle un hogar. (josekarlo.pagan@gfrmedia.com)

El alcalde de Guaynabo, Ángel Pérez, se personó a la residencia afectada, en la tarde del jueves, para conocer de primera mano la tragedia. Junto a él, otros políticos también asistieron. Pérez ordenó su desalojo, así como el inicio del trámite para conseguirle un nuevo hogar. 

“Vivían en unas condiciones infrahumanas”, confesó Pérez.

“Todo se filtraba, se mojaba. Se veía a través de los zincs. Eran condiciones no apropiadas”, detalló la directora interina del Departamento de la Familia, Ivette Rosario. 

A eso de las seis de la tarde del jueves, la pareja fue finalmente removida del hogar y trasladada al Centro de Actividades y Servicios Múltiples del barrio Hato Nuevo, en Guaynabo. Allí pernoctarían y se alimentarían. 

Zona Urbana se dirigió al lugar y pudo constatar cómo recibieron primeros auxilios. Según el grupo de Emergencias Médicas del municipio, ambos se encontraban muy bien de salud. 

“¿Ustedes saben todo lo que yo he pasado? Ustedes no se imaginan. Yo estoy exhausta. No puedo con mi alma”, expresó Carmen mientras le verificaban el pulso. 

A pesar de que la pareja tiene tres hijas, ninguna se presenció ni a la residencia, ni al centro. 

“La mayor llamó para saber cómo estábamos”, indicó la guaynabeña. Carmen añadió que otra de las descendientes no pudo llegar al lugar por problemas de salud. 

Aunque no pudo precisar una fecha, la directora interina del Departamento de la Familia, insistió que será prioridad conseguir una vivienda para el matrimonio. 

“Nosotros queremos ayudarles”, dijo Rosario, quien se comprometió a conseguir una vivienda pública lo más pronto posible. 

Áreas de Guaynabo no tendrán luz por meses

A pesar de que las brigadas del municipio de Guaynabo trabajaron diligentemente por habilitar las carreteras del municipio, no tienen el control de la energía eléctrica de sus compueblanos. 

Según su alcalde, “algunos sectores van a tener que esperar uno o dos meses sin servicio”, en su mayoría, barrios en la zona rural. 

“Yo esperaría que no, todo va a depender de cuándo empiecen a trabajar”, dijo Pérez.

Asimismo, resaltó que el municipio está completamnete sin servicio de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) “porque algunas de las plantas necesitan energía eléctrica”. 

Ante esta situación precaria, Pérez culpó la frágil estructura de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) e insitió que “en ese aspecto no estamos preparados” para fenómenos naturales como Irma.

“Hay que aprender. Cuando pase toda esta situación fiscal, hay que invertir en infraestructura”, recomendó.

Las áreas rurales de Guaynabo fueron las más afectadas. 

Además, comunicó que todas las vías de su pueblo, de una manera u otra, quedaron intransitable por los árboles caídos. Sin embargo, el jueves envió personal para que habilitaran el paso. 

Pérez resaltó la labor de sus empleados que laboraron por más de 12 horas duarante el huracán.

“Guaynabo sí está preparado”, soltó.

Iniciativas preventivas cumplieron su propósito

Por otro lado, Pérez resaltó que las medidas de prevención fueron efectivas ya que Guaynabo no sufrió ningún tipo de inundaciones.

“No se inundó El Alamo, Amelia, Vietnam, San Patricio ni Garden Hills como ocurrió en eventos anteriores. La campaña de limpieza de quebradas y alcantarillas que realizamos previo al paso del huracán Irma funcionó”, expresó.