No hay un plan de manejo de árboles
Director de Instituto de Dasonomía Tropical explica por qué se cayó tanto árbol de raíz con “los vientitos” del huracán Irma.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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“Estos árboles que aprenden con la lluvia a no mojarse los pies aún cuando el agua les suba a la cintura…”, Clemente Soto Vélez / Roy Brown
El huracán Irma tumbó árboles a diestra y siniestra en Puerto Rico, particularmente, en el área metropolitana de San Juan.
A muchos de ellos, el ciclón -que no nos azotó con toda su furia, sino con vientos de tormenta tropical-, los arrancó de cuajo. Muchos de estos árboles y ramas se enredaron en los cables del tendido eléctrico o los cables eléctricos se engancharon en las copas de los árboles, agravando los problemas con el cableado, que han dejado a oscuras a miles de familias en la capital.
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El director del Instituto de Dasonomía Tropical, del Servicio Federal de Bosques, Ariel Lugo dijo que “todo eso se puede mitigar” con un plan de manejo preventivo, pero no lo hay.
“Un punto importantísimo es si el árbol es el enemigo o no”, subrayó el ecólogo en entrevista con Primera Hora. “En la ciudad necesitamos árboles porque dan fresco, le bajan la temperatura a la ciudad y por eso, es necesario tener árboles. Pero, como no hay manejo, como nadie se preocupa dónde los ponen y qué especie ubican, se crea el conflicto entre el árbol y nuestra Autoridad de Energía Eléctrica (AEE)”, sostuvo Lugo.
El funcionario indicó también que la AEE “no es consecuente” con la poda de los árboles. “La Autoridad odia los árboles porque los árboles le tumban las líneas y es que los árboles que se siembran debajo de las líneas deben ser de especies que no crezcan altas. No se puede poner un árbol que va a crecer 20 metros debajo de la línea que está a 10 metros de altura, si no va a haber la poda preventiva y la poda preventiva no existe en este país”, afirmó.
“Se crea el conflicto innecesario y eso puede llevar a los ciudadanos a concluir que no quieren los árboles porque quieren la energía más, pero cuando viene el calor, todo el mundo necesita la sombra”, añadió.
Dijo que un estudio de 2012 del profesor Pablo Méndez, de la Universidad de Puerto Rico (UPR), reveló que por 40 días la temperatura en San Juan no bajó de 86 grados y alcanzó un máximo de 100 grados. “Incluso, otro estudio de Méndez tiene una imagen de San Juan con la temperatura de todas las superficies y la más caliente (se registró) en la Avenida Baldorioty de 145 grados”, sostuvo Lugo.
Subrayó que la ciudadanía debe estar consciente de que los árboles y la vegetación son importantes en la ciudad para evitar “las islas de calor”. Sin embargo, hay que seleccionar las especies correctamente para los lugares correctos.
Destacó que San Juan tiene una alta densidad de árboles, pero la mayor parte ha llegado naturalmente o por plantaciones independientes de personas, que lo hacen de buena fe y quizás no tienen el conocimiento de poner las especies correctas.
Dijo que en el pasado, San Juan, contaba con un dasónomo. “Es una persona que conocía de árboles y manejaba los árboles de la ciudad. Eso hace más de 10 años. Eso se abandonó”, lamentó Lugo.
El ecólogo hizo un llamado a las autoridades pertinentes a promover un manejo profesional de la vegetación de San Juan ya que, por un lado, es importante para refrescar la ciudad y evitar el conflicto con la AEE y que los árboles se caigan con “un vientito” de tormenta.
Incluso, dijo que muchas ramas se desprendieron, pero no cayeron. “El trabajo preventivo es sacarlas ahora, antes de que caigan”, sostuvo.
Manifestó que los árboles con copa grande van a caer primero porque la copa “es como una veleta y el viento lo tumba”.
Señaló que en la ciudad también hay muchos árboles donde el espacio que se les ha dado para crecer es muy poco y se pueden ver entre las aceras y la calle, sin espacio suficiente para establecer una base sólida.
Destacó además, que muchas áreas en la ciudad son relleno y el árbol tiene “poco sustrato”, o de donde agarrarse.
“Muchas veces en la ciudad les cortan las raíces a los árboles para evitar que levanten las aceras y eso también los debilita cuando llega el huracán", explicó Lugo.
Aseguró que cada especie tiene su lugar. Por ejemplo, mencionó que la Caoba, que se siembra mucho a lo largo de aceras, no se debe sembrar en estos lugares porque las va a levantar. Se debe sembrar en un sitio donde haya espacio al igual que la Ceiba.
Lugo dijo que el Instituto puede recomendar las especies idóneas para cada lugar. Los interesados pueden escribirle a: Instituto Internacional de Dasonomía Tropical, del Servicio Forestal Federal Calle Ceiba 1201, Jardín Botánico Sur, San Juan, Puerto Rico, 00926