El terrible periodo de sequía que ha afectado a la Isla desde principios de año plantea la discusión de la importancia de las colosales construcciones conocidas como las represas y sus embalses de agua.

En Puerto Rico, actualmente existen más de una treintena de embalses, algunos propiedad de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) y de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), y otros, como el de Cerrillos, establecido en el municipio de Ponce, que es administrado por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA).

Aunque algunos son destinados para el uso recreativo, riego agrícola o como sistemas de control de inundaciones, la gran mayoría sirve para el almacenamiento y futuro tratamiento y distribución de agua potable. De hecho, según un informe realizado por la Oficina del Plan de Aguas del DRNA, los embalses representan un 70 por ciento “de toda el agua potable que se produce en la Isla”.

Sin embargo, algo que muchos no conocen es que lograr conceptualizar y construir una de estas estructuras es algo que toma años de trabajo y cientos de millones de dólares para convertir los planos en una realidad.

Una represa es una barrera que se construye en algún cuerpo de agua principal, como los ríos que discurren a través de la Isla, con el fin de obstruir su curso normal y dirigir las escorrentías hasta el lugar determinado (embalse). Estos gigantescos obstáculos son comúnmente levantados en hormigón.

La toma decisión para la creación de un embalse comienza al identificar la necesidad de abasto de agua que pueda tener una comunidad en particular, según dijo la directora de Infraestructura de la AAA, la ingeniera Lynnette Ramírez Rivera.

“Luego de eso, desde el punto de vista de planificación, se identifican las características del terreno, las condiciones de los suelos, ya que si vamos a construir una represa necesitamos asegurarnos de que el suelo sea el adecuado”, indicó.

A esto se le añaden otras consideraciones inherentes, como el impacto que recibirá la flora y la fauna, la probabilidad de que se produzcan hallazgos de importancia arqueológica, así como la posible expropiación de viviendas o lugares comerciales.

Claro, que uno de los elementos más importantes a tomar en consideración es que exista suficiente caudal para justificar la creación del embalse.

Costosas inversiones

En el 2010, la AAA inauguró su más reciente sistema de embalse en el municipio de Naguabo con una capacidad de almacenaje de 1.5 millones de galones de aguas crudas y sirve a más de 200 mil abonados de los pueblos de Naguabo, Humacao, Yabucoa y Las Piedras, y también a residentes de las islas municipios de Vieques y Culebra.

La construcción de dicho proyecto fue de aproximadamente $107 millones, sin tomar en cuenta los costos de planificación y diseño y otros gastos indirectos, que podrían llevar la suma a unos $170 millones.

“Son proyectos sumamente costosos, que siempre sobrepasan los cientos de millones de dólares, y que requieren de mucha planificación”, sostuvo la ingeniera.

Otra cuantiosa cifra es la cantidad de años que toma poder desarrollar y completar una de estas obras.

“En construcción solamente, estamos hablando de un aproximado de cinco años. Hay que tomar en consideración que una vez se construye, se necesita un tiempo de llenado del embalse y eso es algo que varía de acuerdo a la lluvia que caiga durante ese periodo”, dijo, al señalar que en promedio puede tardar entre seis meses a un año y medio.

Destacó, además que existen diferentes tipos de construcciones de embalses y utilizó como ejemplo el del Río Blanco, en Naguabo, que fue desarrollado fuera del cauce del río. Esto, según dijo, les permite un mayor control del flujo y la cantidad de agua.

“Cuando tenemos un embalse en el mismo cauce del río, cuando llueve le llega mucha agua con alta turbidez. En cambio, cuando construimos embalses fuera del cauce del río, nosotros podemos cerrar la entrada del embalse, esperar a que pase el evento y una vez pasa, volvemos y abrimos la válvula y así nos aseguramos que el agua sea de más alta calidad”, puntualizó.