Ni un solo granito de arroz
Según fuentes, de vuelta a la Isla las autoridades del Servicio de Aduanas no permitieron la entrada de una muestra de las semillas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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El intento de la administración de Alejandro García Padilla por dar un paso de avance en la agricultura local y desarrollar un proyecto de siembra de arroz, alimento indispensable en la mesa de los puertorriqueños, dio su primer traspié cuando chocó de frente con las políticas y controles del Departamento de Agricultura federal (USDA por sus siglas en inglés).
Así fue cómo una delegación que salió con una buena dosis de candidez en ruta hacia la República Dominicana se dio su vueltita por el hermano país, pero regresó sin un grano de arroz. Según fuentes, de vuelta a la Isla las autoridades del Servicio de Aduanas no permitieron la entrada de una muestra de las semillas, cosa que funcionarios negaron que haya ocurrido.
Lo que no pudieron negar es que la cooperación de Quisqueya en el proyecto piloto de arroz en el Valle de Lajas, iniciativa estrella de la pretendida “seguridad alimentaria”, sí se vino abajo por la prohibición de USDA, que impidió la importación de semillas desde la vecina nación caribeña.
“Las semillas dominicanas fueron recomendadas por agrónomos de ese país, que es autosuficiente en producción de arroz, porque están aclimatadas a las inclemencias del tiempo y a las condiciones del terreno en el Caribe”, reveló el ex secretario de Agricultura, Luis Rivero Cubano, ahora director del Fondo de Innovación y Desarrollo Agrícola (FIDA), encargado de la compra de semillas en Agricultura.
Estos esfuerzos se insertan en el álgido afán mundial en el que los países buscan su soberanía alimentaria. En el entorno global, hasta hace poco el juego agrícola estaba dividido entre países productores y países consumidores.
En tiempo reciente, el plan político a nivel mundial ha ido cambiando. Los países ya no solo defienden su soberanía territorial o política, también buscan asegurar sus abastos energéticos y alimentarios.
Pero en el caso local parece que más de un funcionario de gabinete tenía la ingenua impresión de que el Gobierno local tenía mano libre para decidir qué semillas se siembran en nuestro suelo isleño. En lo que parece una secuela de otras quijotescas peripecias internacionales en busca de petróleo, como los viajes a Dubai y Venezuela de García Padilla cuando fue secretario de Asuntos del Consumidor, esta vez miembros de su gabinete brincaron el charco para tratar infructuosamente de traer la materia prima del manjar boricua preferido.
La recomendación del uso de las semillas dominicanas se dio durante la visita que hizo la delegación del gobierno local entre el 7 y 8 de mayo, encabezada por el secretario del Departamento de Estado, David Bernier, y en la que estuvieron la secretaria de Agricultura, Myrna Comas y Rivero Cubano. Pero este trío no anduvo solo buscando soluciones creativas a los problemas del país.
A ellos les acompañaron también el director ejecutivo de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), Juan Alicea; el director de la Compañía de Fomento Industrial, Antonio Medina; el director de la Compañía de Comercio y Exportación, Francisco Chévere; y el director de la Autoridad de Tierras, Salvador Ramírez.
Los alegados “acuerdos” alcanzados con el gobierno dominicano los divulgó Bernier en una conferencia de prensa que realizó en la Fortaleza el 9 de mayo. Bernier también anunció que los acuerdos incluían que los agrónomos dominicanos ofrecerían adiestramiento práctico a agrónomos boricuas y que cooperarían con el proyecto local de arroz.
Pero el pasado 28 de junio, una funcionaria de las oficinas de USDA en San Juan le notificó a Agricultura local, a través de un escueto escrito, que las semillas de arroz dominicanas que pretendían importar estaban prohibidas en Estados Unidos. La comunicación no aclara si surge en respuesta a una solicitud hecha en Aduanas por la delegación o a una consulta tradicional que tuvo lugar a fin del mes de mayo.
La acción de USDA también le impidió la entrada al país de otras cinco semillas de frutos y cítricos que serían importadas desde el vecino país para otros proyectos agrícolas.
El documento, del que Primera Hora obtuvo copia, fue enviado a Rivero Cubano por la especialista en permisos reglamentados de USDA, María del Rosario León.
“No hubo manera de evitarlo, such is life”, respondió Rivero Cubano cuando se le preguntó si Agricultura local tuvo mecanismos para evitar la regulación federal. El funcionario sostuvo que las importaciones de frutos y productos agrícolas deben ser informadas a USDA, que es la entidad que confirma si lo solicitado cumple o no con la reglamentación federal.
Rivero Cubano dijo que las semillas dominicanas prohibidas se han sembrado con gran éxito en ese país. “Los agrónomos dominicanos recomendaron esa semilla porque esa variedad se ha aclimatado al terreno y al clima, y los dominicanos han tenido éxito con esa variedad... ellos saben de esto, ellos son autosuficientes en arroz”, explicó.
EL funcionario negó que la acción de USDA tuviera lugar en el aeropuerto, tras la llegada de la delegación boricua. Según Rivero Cubano, y contrario a lo que señalaron algunas fuentes, tras la visita el grupo regresó sin una sola semilla en las manos.
“No, eso no ocurrió así. Nosotros vimos las siembras dominicanas y seleccionamos esas semillas y en USDA hicimos una solicitud por adelantado”, dijo Rivero Cubano. Pero la solicitud, en poder de este diario, tiene fecha del 30 de mayo, unos 20 días después del regreso de la delegación a la Isla.
Rivero Cubano explicó que aunque Agricultura local conoce las prohibiciones activas de USDA, “era la primera vez que importábamos semillas de arroz desde la década de 1980 y teníamos que informar a USDA. Ellos (USDA) tienen el campo ocupado y evalúan el país de origen de la semilla y las plagas que están activas… donde manda capitán no manda marinero”.
Tras la determinación de USDA, el Gobierno boricua tuvo que importar semillas de arroz desde el estado de Texas, a través de la empresa Rice Tech. Con esas semillas, el pasado 24 de julio el gobernador inauguró el proyecto piloto de siembra de arroz integral en 100 cuerdas de la Autoridad de Tierras ubicadas entre el Valle de Lajas y Guánica.
El proyecto busca atender la demanda del grano en los comedores escolares y recibió $1.2 millones. Se espera que la primera cosecha se dé a fines de año. El Gobierno aspira a sembrar 500 cuerdas.
Pero, mientras el primer ejecutivo y su círculo íntimo celebran el éxito del proyecto agrícola, los agrónomos de Agricultura observan el desarrollo de las semillas texanas con los dedos cruzados. “Ya están germinando, pero todavía no sabemos nada. Hay que esperar por la cosecha, para saber cómo saldrá el grano”, dijo Rivero Cubano, quien también es agrónomo.
Explicó que tras la negativa de USDA, “el presidente de Rice Tech nos recomendó la semilla que estamos usando. Esto es un proceso, ahora hay que ver cómo se comporta esa semilla en nuestro terreno, con el nivel de agua y el clima. Vamos paso a paso para evitar errores como ocurrió en el pasado”.
Por su parte, Bernier dijo que el proyecto es una de las principales iniciativas de política pública de esta administración para lograr la “seguridad alimentaria”.
La propuesta de la secretaria de Agricultura, Myrna Comas, busca lograr la mayor autonomía alimentaria posible en la Isla, donde se consumen más de 300 millones de libras de arroz anuales, casi todas importadas de Estados Unidos.
Las metas del proyecto de arroz son modestas. Solo buscan producir 400,000 libras de arroz anuales, lo que es solo una porción de las 3.5 millones de libras que consume cada año el programa de comedores escolares.
Bernier se distanció de la determinación de USDA y sostuvo que era un asunto “técnico” que competía a Agricultura. Añadió que había que acatar la determinación.
“Si no cumple, pues no cumple”, dijo Bernier. No obstante, el funcionario indicó que “nosotros quisiéramos que fuera la semilla que mejor se ajusta a nuestra realidad climática y nos gustaría que la semilla dominicana cumpliera con las especificaciones federales”.
Recalcó que las regulaciones federales en Puerto Rico “son elementos dados, que forman parte de la realidad de hoy y tenemos que lograr (con ellos) los mejores resultados”. Sostuvo que dichas regulaciones eran conocidas aquí y en Quisqueya “hace mucho tiempo”.
A pesar de liderar la delegación, Bernier evitó responder si esta fue intervenida en Aduanas por traer semillas de prueba, pero tampoco lo negó. Dijo que “esa pregunta se la tienes que hacer a Agricultura. Todo lo técnico te lo puede contestar la secretaria (Comas)”.
Bernier también restó importancia al rechazo de las semillas dominicanas por ser solo uno de los “acuerdos” logrados en la visita.
Aunque Puerto Rico es quien tiene la limitación federal, Bernier confía en que el gobierno vecino tomará medidas para que USDA acepte la importación de sus semillas para cumplir con los “acuerdos” alcanzados y que estarían vigentes por los próximos años, lo que parece descartar gestiones locales adicionales.