Negligencia: el mayor maltrato hacia los animales
El desconocimiento sobre cómo cuidar tu mascota representa un gran número de casos y emergencias que se atienden en las clínicas veterinarias

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La mayoría de los casos de maltrato animal en la Isla con los que se topan a diario nuestros veterinarios, técnicos y hasta rescatistas son a consecuencia de la desinformación y negligencia de sus dueños.
Y aunque estos profesionales coinciden en que se ha avanzado muchísimo en combatir ese mal en Puerto Rico, así como en establecer y poner en vigor protocolos para castigar a quienes cometen esos abusos, todavía falta mucho por hacer.
“Ahora hay mayor conciencia, y ya el animal ha pasado a ser, de lo que es el animal que solamente vive en el patio, al que solamente le dan comida, a un ser integral de la familia, donde hay más conciencia de sus necesidades… Pero todavía queda su buen porciento de personas que no entienden esa responsabilidad, cómo cumplirla a cabalidad”, sostuvo la doctora Frances M. Piñero Jirau, presidenta del Colegio de Médicos Veterinarios.
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Su colega, la doctora Marymir Miranda Morales, del hospital de animales Veterinaria 24/7, coincidió en que “hemos crecido muchísimo… lo que pasaba hace 20 años, y lo que vemos ahora, es bien diferente”, pero comoquiera “nos falta un largo camino por recorrer”.
“Y soy fiel creyente de que no es que los casos de maltrato animal están en aumento. Simplemente, que el ‘awareness’ (crear conciencia) está aumentando, y las denuncias están aumentando exponencialmente. Y eso es superbueno”, comentó.
Describió que donde labora, “como hospital veterinario que se especializa en emergencias, somos el que más casos de maltrato y negligencia recibe en Puerto Rico. Es bien común, es sumamente común. Nosotros vemos negligencia a diario”, afirmó.
La diferencia entre negligencia y maltrato, explicó, es que “muchas veces, la negligencia viene por desconocimiento, por falta de conocimiento de las leyes, sobre el comportamiento animal y sobre lo que es la tenencia responsable de animales”.
“En ese caso, el trabajo de nosotros como veterinarios es orientar y enseñar, tomándose el tiempo de hablar con la persona o con la familia, explicarle cuáles son las necesidades básicas de un animal, y ayudarles a buscar el tratamiento que necesita la mascota en ese momento, para llevarlo a salud nuevamente, si es que eso es una posibilidad, que en la mayoría de los casos sí lo es”, sostuvo.
Para asegurarse que la persona está siguiendo las recomendaciones de trato a su mascota, “damos visitas de seguimiento. Usualmente, esas son personas se convierten en nuestros clientes y que entienden”.
¿Cuándo denunciarlo?
En casos de maltrato, “donde la vida de la mascota peligra, donde no nos hace sentido la historia de la persona, que nos dicen, ‘esto le salió hoy’, o ‘le salió ayer’, y nosotros por nuestra pericia estamos claros que eso no fue así, cuando vemos que no hay un arrepentimiento de la persona, o un deseo de que la mascota mejore, o vemos un maltrato craso, golpes, heridas, cosas repetitivas, pues ahí es la responsabilidad moral del veterinario reportar el caso a la Policía”.
Cuando eso ocurre, agregó Piñero, “se pasa a un estudio legal para que se pueda procesar esa querella. Muchas veces, lamentablemente, estos casos se caen, por X o Y razón”, lamentó.
Ese protocolo para atender casos de maltrato a animales también se sigue en lugares como el Albergue de Animales de Bayamón, según explicó su director, William Pérez. Allí, muchos de los casos que reciben llegan tras llamadas de la Policía Municipal o la Policía estatal, “y nuestro trabajo es ir al sitio y una vez que dé la orden la Policía, coger el animalito y llevárnoslo y mantenerlo en el Albergue de Animales hasta que nos diga la Policía qué hacer”.
Una vez el animal llega al Albergue, el veterinario “lo observa, lo verifica, hace sus análisis, y a base de eso nos dice qué es lo que está pasando con el perrito”. Y si el veterinario, sea en el Albergue o en cualquier clínica, determina que en efecto hay maltrato, y procede a comunicarlo a la Policía, estatal o municipal, se activa un protocolo para comenzar una investigación.
El teniente Joinix Prado, comisionado de la Policía Municipal de Bayamón, confirmó que, una vez reciben esa comunicación sobre un maltrato animal, “acudimos, enviamos personal. Obviamente, siempre damos a entender que la Policía de Puerto Rico tiene una unidad especializada hacia la Ley 154, que es la de maltrato a animales. No obstante, comoquiera enviamos personal de nosotros y verificamos la querella, que sea correcta. Y de ser cierta, pues iniciamos la investigación de quién fue el que llevó el animal a la clínica, qué información hay, si tiene algún vehículo que hayan descrito en el caso que lo hayan dejado allí abandonado, y nos damos a la tarea de la investigación de rigor, hasta que demos con el responsable del maltrato”.
Cuando localizan a la persona sospechosa de cometer el maltrato animal, se consulta con la fiscalía para que, de llegar a esa determinación, instruya cuál o cuáles artículos de la Ley 154 se someterían con esa persona y “lo llevamos ante un magistrado”.
Obviamente, en el caso del Albergue, la mayoría de los casos que llegan allí son animales callejeros, que se desconoce pudo haberlo maltratado, y por tanto es prácticamente imposible adjudicar una responsabilidad.
El comisionado Prado, sin embargo, indicó que el año pasado la Policía Municipal llevó ante los tribunales tres casos de maltrato de animales, uno de ellos un caso que fue bastante conocido por su difusión a través de redes sociales, que involucró a “un individuo que tenía problemas mentales que le estaba dando una pela a una perrita en una residencia abandonada”.
En ese caso, abundó, el sujeto se fue a la fuga inicialmente, pero lograron arrestarlo, y llevarlo ante los tribunales por la denuncia de maltrato de animales, “y salió convicto”.
“La Ley 154 de Bienestar y Protección de los Animales está bien rigurosa, está bien fuerte con eso. Cualquier maltrato a cualquier animal, pues le están dando duro a esta Ley 154 y está entrando mucha convicción”, afirmó Prado. “Así que la exhortación es que, si va a tener algún tipo de animal, pues sepa que la Ley 154 es bien punitiva y está siendo bien rigurosa en cuanto a los maltratos a cualquier animal. Que lo piense bien, y si va a tener un animal, si adquieren algún animal, que sepa que es como un miembro de la familia, que tiene que darle cariño y no puede causarle ningún tipo de maltrato”.
La presidenta del Colegio de Médico Veterinarios sostuvo que, de parte de las autoridades, “definitivamente se está haciendo mucho más, pero todavía falta. Falta pues personal, falta personal con conocimiento… siempre hay espacio para mejorar, y hay mucho todavía que se tiene que mejorar en el proceso. Y la realidad es que yo entiendo que es más seguir educando a estos policías, a estos jueces, a la fiscalía, para poder asegurarnos de que tengamos casos que tengamos toda esa evidencia contundente, que se pueda testificar de que ese animal sí está sufriendo maltrato, para que de veras pueda haber algún tipo de pena, obviamente de acuerdo a la severidad del maltrato que este sufriendo este animal”.
“Hay que educar en todo ese proceso, y a la ciudadanía también, obviamente. El Colegio de Médicos Veterinarios está poniendo de su parte, tiene el Programa de Educación Humanitaria que una de las metas es tener un mejor ciudadano, que sea más empático, que tenga mayor responsabilidad con sus mascotas, y que entienda que ellos necesitan sus cuidados y que son seres sintientes. Son muchos pasos que hay que seguir mejorando”, insistió Piñero.
Las veterinarias agregaron que este tema reconocer las necesidades de los animales va más allá de perros y gatos, que son las mascotas más comunes, y se extiende a todos los animales, como los caballos, o “los animales de producción, (para velar por) que sean tratados de manera ética”.
“Ese es un problema grande. Los animales de producción, que son los animales que usamos para alimentarnos, es un área bien, bien grande. Y son muchos, muchos animales, probablemente la mayoría de los animales”, afirmó Miranda, agregando que, en el caso que un veterinario vea que esos animales no están siendo mantenidos en condiciones adecuadas, también tiene el deber de hacer la denuncia.
Además, hay una seria situación con los “criadores de patio”, que es una actividad sobre la que prácticamente no hay ningún control, y en muchos casos “no se sabe que existen”, y menos cómo tratan a esos animales, razón por la cual se exhorta a no patrocinar ese tipo de negocios.
Con las manos atadas
Pero las situaciones a atender o mejorar no acaban ahí, pues las veterinarias mencionaron otros asuntos que muy bien podrían verse como fallas o insuficiencias en el proceso para proteger a los animales del maltrato.
Por ejemplo, aun cuando un veterinario que trata un animal víctima de maltrato entiende que está en grave peligro si lo devuelve a la persona que lo llevó, una vez lo pide de vuelta, se lo tienen que entregar.
“Ahí es donde viene la parte más frustrante y más complicada de nuestro trabajo. No, nosotros no tenemos la potestad de retener un animal, bajo ningún concepto”, lamentó Miranda. “No hay nada que nos proteja a nosotros los veterinarios para tomar decisiones como esas”.
“Incluso, me ha pasado en varias ocasiones en mi oficina, donde reportamos un caso, se hace la querella, y después no hay ningún tipo de follow up (seguimiento). He tenido casos que yo ni siquiera sé qué fue lo que terminó pasando con el animal, si sobrevivió, si no, si la Policía llegó a investigar”, lamentó.
Agregó que, para conseguir información, en ocasiones “lamentablemente yo he recurrido a entes privados, a gente que trabaja de manera voluntaria para trabajar con casos de maltrato. Hay policías que de manera privada trabajan en entidades, y ya ellos tienen los contactos y pueden moverse”.
Por otro lado, tampoco pueden hacer mucho cuando una persona lleva un animal a la clínica y lo deja abandonado allí, algo que “es relativamente común en hospital de nosotros”.
“La persona desaparece, nosotros hacemos la querella, la Policía no hace su parte, y nosotros nos quedamos con el animalito, y nosotros no podemos darlo en adopción ni nada, por si la persona aparece”, explicó. “Con la justicia nosotros no tenemos el apoyo todavía, porque se vuelve complicado, porque si la persona se desaparece, pero aparece dentro de una semana, el animal sigue siendo de la persona”.
Para muestra, “el último caso que yo tuve, un perrito. Una persona lo dejó allí, dijo que le iba a hacer el tratamiento, se desapareció. Meses más tarde pues no ha aparecido, nosotros llamamos a la Policía, resultó que la persona tenía una dirección de fuera de Puerto Rico, y ahí murió el caso. El perrito lo adoptó una de mis empleadas”.
En otro caso, de un animal que tenía una condición de vida o muerte, “yo hice la querella, la Policía vino y me tomó toda la información, pero eso fue lo último que supe. Las personas se fueron con el perro… y asumo que el animal terminó muriendo, pero nadie me lo confirmó”.
Las doctoras agregaron que, incluso si se logra de alguna manera que el veterinario pueda retener y tratar a un animal en peligro grave, aunque “sería ideal, pero se vuelve bien complicado, porque el animal sigue siendo de esa persona, y entonces nosotros asumimos custodia, ¿y qué vamos a hacer con el animal después? Se vuelve tu responsabilidad y cualquier cosa que le pase al animal mientras lo incautamos, después la persona puede ir (al tribunal) en contra de nosotros… es complicado. Y ha pasado”.
Las emergencias con casos de animales maltratados, sean realengos o con algún cuidador conocido, llegan además por otras vías, como entidades que se dediquen al rescate de animales, algún buen samaritano, o incluso de la Policía o municipios. Y al igual que ocurre con animales que llevan personas y luego abandonan, “lamentablemente, situaciones de perros realengos muchas veces se convierten en la responsabilidad moral del veterinario, porque nadie más se quiere hacer cargo”.
“Y no tenemos recursos infinitos. Tenemos un hospital que mantener, salarios que pagar, y no tenemos ningún tipo de ayuda del gobierno. Yo he tenido casos de municipios que se comprometer a pagar por cuentas, que después no pagan, por miles y miles de pesos. Llegan y nos dicen, sí, sí, el municipio X lo va a pagar. Y nosotros de buena fe hacemos cirugías, damos tratamientos. Se llevan el animal, y meses y años más tarde no nos quieren pagar. Y eso va a la nada”, comentó Miranda.
Todavía más, agregó que “hemos tenido mucha resistencia para cosas tan sencillas como que la vacuna de rabia, que es una enfermedad letal, que tenemos aquí en Puerto Rico, sea algo obligatorio y sea algo legal. El registro de animales, cosas bien sencillas, y no hemos recibido el apoyo”.
En una nota positiva, Piñeiro sostuvo que, para bregar con muchas de estas situaciones, afortunadamente sí cuentan con la colaboración de algunas entidades que se dedican a proteger a los animales y “nos ayudamos mutuamente, se aporta con esas entidades”.
Por último, las veterinarias no quisieron dejar pasar la oportunidad sin emitir una recomendación esencial para evitar el maltrato animal.
“Mi recomendación al público siempre es la misma, por favor, oriéntese antes de tener un animal. Eso es bien importante. Oriéntese antes de rescatar, de comprar, adquirir una mascota o un animal. Y si ya lo tiene, si ya eso pasó, por favor, lo más rápido que usted pueda, vaya a un veterinario. Oriéntese. Hay tanta información que nosotros le podemos dar en una visita de orientación, para prevenir, que es la clave de evitar sufrimiento, maltrato, problemas legales, gastos innecesarios”, afirmó Miranda.
“Hay tanto que nosotros podemos hablar con nuestros clientes sobre la prevención y la tenencia responsable de mascotas… la alimentación, la desparasitación, las visitas de seguimiento, el comportamiento de esos animales… muchas mordidas y situaciones de ataques que podemos evitar en esa orientación sencilla”, insistió. “Antes de la visita al veterinario escriba todas las preguntas que usted tenga, las dudas y las preocupaciones, y nos sentamos a atenderlas”.
“Definitivamente podemos hacer un cambio positivo en nuestras mascotas si de veras sabemos toda esa información. El médico veterinario es su aliado, no el enemigo. Estamos aquí para brindarle ese servicio y ese conocimiento para tener a sus animales, y a su familia, en salud”, agregó Piñero.