“Lo más lindo de la agricultura es ver los frutos; cuando tú metes la mano en la tierra y sacas ese producto tan lindo que lo puedes llevar a la olla”.

Así se expresa el alcalde de Arecibo, Carlos Molina, mientras se enrrolla las mangas para, con pico y machete en mano, sacar de la tierra un ñame de unas cinco libras.

Primera Hora visitó la finca municipal de Miraflores, en el barrio Sabana Hoyos, donde ayer estaban en la tercera semana de la cosecha del tubérculo y a escasos días de terminar la faena.

“Ya estamos cultivando el ñame fresco. Las personas van a poder comprarlo en el mercado urbano que hacemos en la plaza pública y el próximo será el domingo 19 de febrero, donde la gente va a comprar la vianda. (Además,) hay agricultores, artesanías...”, sostuvo el también presidente de la Federación de Alcaldes.

Molina dice que busca fomentar la agricultura como empresa municipal “con un producto de aquí”.

Indicó que de las dos cuerdas de terreno que estaban sembradas, se cosecharán alrededor de 10,000 libras. Algunos de los ñames, que tardaron nueve meses en estar en su punto, llegarán al restuarante municipal, otros al mercado urbano y muchos a supermercados Selectos, donde media un contrato.

En esta finca también hay siembras de aguacate, que serán cosechados este año, yautía nazareno (amarilla), plátano, guineo, parchas, limones y piña, así como cilantrillo y lechuga hidropónico.

“Con los productos locales le damos vida a los puertorriqueños, pero también logramos tener productos en caso de que haya algún problema, Dios no lo quiera, que tengamos nuestra tierra con productos de aquí”, mencionó Molina mientras recordaba que cuando se crió en Sabana Hoyos sus abuelos le enseñaron que había que tener en el patio algo de comer.

Así, cuando “las cosas no estaban buenas el cerdito estaba en el corral, estaba allí el ñame, la papaya para hacer la batida, el palo de limón te daba el jugo y ahí estaba la comida”.

La finca Miraflores, que estuvo abandonada por mucho tiempo, tiene 85 cuerdas de terreno que utiliza el municipio mediante un acuerdo con la Autoridad de Tierras. Actualmente, tienen cuatro empleados, pero para el periodo de siembra son decenas los que llegan al lugar.

“Cuando sembramos teníamos un grupo grande. Habían confinados, de los Hogares Crea... Tuvimos 329 estudiantes que sembraron dos cuerdas de yautía en mediodía”, sostuvo el alcalde.

Amor a la agricultura

Ángel Luis Rivera, un agricultor que lleva 40 años dedicado a este trabajo y quien ayer, bajo el ardiente sol, cosechaba ñames, dijo que esta es la faena más importante en todo el país.

“Todo viene de la agricultura; los abogados, los doctores, porque el abuelo y la bisabuela eran agricultores. Si no hay agricultura, no llegamos a ningún lado. Mis dos hijos están graduados, y fue a través de la agricultura (que costeó sus estudios)”, dijo el vecino de Hatillo, quien lamentó que en la Isla solo se produzca el 12 % de lo que se consumimos.

“Después la gente se queja de que no hay trabajo y mira cómo está el terreno baldío por ahí”, sentenció.

Otro que metió manos a la tierra fue el administrador de proyectos agrícolas del Municipio, Edward Velázquez.

Confesó que era auditor interno de Arecibo cuando el alcalde le ofreció esa plaza y que de agricultura no sabía ni pío. Sin embargo, en un año absorbió todo el conocimiento de Rivera y ya se siente como pez en el agua.

“Estamos aquí metiéndole mano a la agricultura porque un país sin agricultura está destinado al fracaso”, sentenció.

“Ángel Luis me ha dicho que nada es imposible. Me enseñó que se siembra de semilla, no del canto (de ñame), que lleva buenas varas, hay que abonarlo desde el principio y hay que mantenerlo desperjado (sin yerbajo). 

Ayuda para muchos

Y mientras los trabajadores cogían un receso para comer ñame con carne frita, el alcalde contaba que lo próximo es establecer un centro de distribución agrícola. 

“Ya tenemos los terrenos y lo que queremos es comprarle al agricultor su producto”, dijo Molina.

Así, un agricultor se compromete a sembrar, por ejemplo, tres cuerdas de ñame y el Municipio le da el terreno ya preparado. “Es hacer el contrato con los agricultores (de toda la Isla) y comprarle los productos frescos y distribuirlos a las cadenas locales. Es para quitarle el problema de la distribución al agricultor”, dijo.

Unas 10,000 libras de esta vianda se cosechan en el barrio Sabana Hoyos ayudando al rescate de la agricultura.