Muy peligrosa el agua contaminada
Aunque aún se le realizan análisis al líquido, los efectos secundarios que presentaron residentes que estuvieron en contacto con el agua que salía del grifo de sus residencias es evidencia de que algo estaba mal con el preciado líquido.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
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El cuadro clínico que presentaron residentes de la urbanización Costas del Sol, en Río Grande, es cónsono con los resultados que confirmaron que el agua potable de sus casas está contaminada con gasolina.
Aunque aún se le realizan análisis al líquido, los efectos secundarios que presentaron residentes que estuvieron en contacto con el agua que salía del grifo de sus residencias –ya sea a través del consumo, olfato o el contacto físico– es evidencia de que algo estaba mal con el preciado líquido.
“Si le dieron vómitos, mareos y ese tipo de efectos, quiere decir que fueron unas concentraciones relativamente altas. Si eso ocurre, no te vuelvas a exponer y retírate”, dijo el toxicólogo y catedrático de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico, el doctor Braulio Jiménez.
Aunque la gasolina es una sustancia altamente contaminante para el ser humano, Jiménez explicó que al combustible se le añaden aditivos para mejorar su combustión y para que libere menos contaminantes, lo que es positivo al ambiente pero altamente peligroso para la persona que tenga contacto con los mismos.
“Estos aditivos, depende de la concentración, pueden ser peligrosos a la salud”, advirtió el también director del Centro de Estudios Ambientales y Toxicológicos del Recinto de Ciencias Médicas.
Entre esos posibles aditivos están algunos alcoholes y el éter metil terbutílico o MTBE, un aditivo que se comenzó a añadir a la gasolina para mejorar su octanaje cuando se prohibió el uso del plomo en la década de los 80.
Recientemente, el gobernador Luis Fortuño firmó un proyecto que busca prohibir la venta o utilización en la Isla del MTBE, ya que se especula que podría ser cancerígeno.
Se ha hablado de su peligrosidad, ya que tiende a percolarse a los acuíferos desde tanques de gasolina perforados o de gasolineras abandonadas, según indicara tiempo atrás el secretario de Asuntos al Consumidor (DACO), Luis G. Rivera Marín.
La recomendación del experto es precaver.
“Si al salir por el grifo detectamos olores o sabores, el mismo cuerpo te va a indicar que no es segura para ingerir. Es mejor no arriesgarse hasta que haya una respuesta final de las agencias”, alertó.
Tampoco debe utilizarse para asearse, pues el hidrocarburo es absorbido por la piel. Los efectos clínicos dependerán de la cantidad de contaminantes absorbidos por el cuerpo, lo que dependería del tiempo de exposición, edad, sexo y susceptibilidad, advirtió.
Sin embargo, la prioridad debe ser atender a las mujeres embarazadas y niños que pudieron estar expuestos al agua.