Municipios se hacen responsables de retener la población
Afirman que la falta de servicios y la mala planificación ha llevado a que las comunidades empiecen a desaparecer.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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En manos de los municipios está detener el ritmo de la pérdida de la población y todos los factores que aseguran han provocado que comunidades enteras comiencen a verse despobladas. Así lo reconocieron los presidentes de la Federación de Alcaldes, Gabriel Hernández Rodríguez, y de la Asociación de Alcaldes, Luis Javier Hernández Ortiz.
“Es un asunto que hay que trabajar individualmente por cada municipio”, sostuvo el camuyano Hernández Rodríguez.
Es que, según aludió el villalbeño Hernández Ortiz, “cada municipio tiene retos diferentes”.
Sin embargo, el diagnóstico que realizaron los ejecutivos municipales a este fenómeno que se comienza a observar de que comunidades completas comienzan a verse desoladas van dirigidos a temas que el gobierno, en un marco general, no ha podido solucionarles a los boricuas a través de los años.
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Ambos alcaldes coincidieron en que zonas en las que se demoraron hasta un año en recibir servicios esenciales tras el paso de los ciclones, en las que no se ha resuelto el problema de los techos azules, la mala planificación que llevó a comunidades completas a verse afectas por los desastres naturales, así como el no conseguir empleo fueron el denominador común para que la brecha de la fuga de residentes se vea más marcada en municipios distantes y con poco desarrollo a aquellos que están en las costas o zonas metropolitanas.
“Me pasó a mí en Camuy, que, aunque perdí población, es el sexto municipio que menos población ha perdido en Puerto Rico, y se debe a que, a consecuencia de los huracanes, el servicio eléctrico para Jayuya, pa’ Morovis, pa’ Las Marías, se tardó mucho más que a los pueblos que están en la costa y esa gente emigró a nuestros pueblos. Yo te tengo que decir que tengo gente de Maricao viviendo en Camuy desde el huracán María para acá. Entendían y entendieron que tenían acá muchas más oportunidades de recuperarse de esos desastres que quedándose en esos pueblos”, comentó el presidente de la Federación.
Dijo que las personas de municipios como, por ejemplo, Las Marías, Maricao, Morovis y Orocovis andan buscando mejores accesos a servicios básicos, por lo que se ha registrado allí una drástica baja poblacional. Reconoció el hecho de que muchos boricuas han migrado a los Estados Unidos, pero insistió en que también han buscado lugares en los que no tengan que sufrir de largos periodos de falta de servicios esenciales.
También ocurre en Camuy
Pero, en Camuy, Hernández Rodríguez no ha estado exento de problemas que lo llevaron a perder un sector, compuesto por ocho familias. Estas vivían a orillas del río, también llamado Camuy.
“Esa zona se va a quedar ‘zona cero’, de que no puede reconstruirse ningún tipo de vivienda”, reveló.
De inmediato, se le preguntó si estas situaciones son reflejo de la mala planificación como país. A lo que respondió que “la realidad es que se ha planificado mal por décadas en Puerto Rico. Ahora, una vez con el paso de Irma y María hay que atemperarnos a esos nuevos códigos de construcción”.
Servicios esenciales como denominador común
El presidente de la Asociación de Alcaldes, por su parte, entiende que la mayor movilización poblacional de los sectores de la montaña, por ejemplo, no está relacionada a la lejanía, sino a la carencia de servicios esenciales. Dijo que no solo es la falta de energía eléctrica lo que inquieta a los residentes, sino que en la actualidad todavía hay comunidades sin servicio de agua potable. Mencionó también carreteras de difícil acceso o en malas condiciones.
A modo de ejemplo, señaló que en su pueblo de Villalba ha tenido que trabajar con acueductos comunitarios en Caonillas Abajo, así como en la comunidad Cubones, “que nunca ha tenido agua”, para evitar que las personas se marchen. Mientras, apostó al proyecto del Consorcio energético, en el que participan también los pueblos de Orocovis, Morovis, Barranquitas y Ciales, para dar más estabilidad de energía y evitar que sus comunidades se queden desiertas.
Entretanto, el alcalde de Cayey, Rolando Ortiz, planteó que en las Naciones Unidas hay un estudio que revela que para el 2040, las zonas rurales quedarían deshabitadas y la gente se movería a los centros urbanos en busca de servicios.
Hernández Ortiz aceptó que a los alcaldes no les es costo efectivo proveer, por ejemplo, servicio de recogido de basura a unas pocas familias en áreas tan distantes. Sobre todo, planteó que la mayoría de estas personas son envejecientes, que requieren de otros servicios.
“Tener personas mayores viviendo en lugares bien distantes, pues es una complicación”, comentó.
“Se está trabajando con el plan de rehabilitación de casco urbano. Muchos municipios están evaluando la posibilidad de construcción de vivienda para el entorno de la tercera edad, para que ellos tengan esa prioridad. Hay estudios que dicen que hay que acercar a esas personas a un área urbana para que puedan tener acceso a servicios básicos, especialmente el servicio médico”, añadió, al reconocer que estas medidas podrían dejar más zonas rurales deshabitadas.
Por otro lado, el presidente de la Federación de Alcaldes afirmó que para lidiar con los problemas que enfrentan los municipios ante la falta de población, el gobierno ha comenzado a ayudar económicamente a los municipios para que puedan realizar sus planes de ordenamiento territorial.
“La iniciativa del gobierno ha sido ‘vamos a comenzar a trabajar con un plan de ordenamiento territorial para poder desarrollar unas áreas en el turismo, en el área económica y de esa manera evitar que ustedes pierdan población’. Pero, la realidad es que es una responsabilidad de desarrollo económico, de planificación, de cada municipio, de cada alcalde, buscar diferentes tipos de estrategias de poder retener esa población”, insistió Hernández Rodríguez.