Municipio de Bayamón brinda hogar a familia de Guánica
Les alquiló y amuebló un hogar para que puedan vivir en lo que logran regresar a la zona afectada por los temblores.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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Una fresca brisa y una conversación en la que se dejaba escapar unas risas contagiosas acaparaban el ambiente de una residencia de dos pisos de la urbanización Forrest Hill en Bayamón.
Mientras tanto, un niño de un año gateaba con rapidez y dejaba escapar algunos gritos, como queriendo expresar que le han vuelto a permitir ser libre.
La escena fue parte de la primera impresión que tuvo una numerosa familia de Guánica, que dejó a atrás la zona afectada por los terremotos para buscar paz emocional y permitir que una de sus integrantes diera a luz con tranquilidad a una niña, en el nuevo hogar que le cedió el municipio de Bayamón.
Los rostros de esta familia, que en el temblor del pasado 7 de enero perdieron el apartamento que ocupaban en el residencial Luis Muñoz Rivera, reflejaban alivio, agradecimiento y humildad.
“Es una bendición haber recibido esta casa y que todos estemos juntos bajo el mismo techo, que no haya temblores”, afirmó Janette Nieves, la matriarca de la familia.
A la mujer no le daban las palabras para describir lo arreglada que habían puesto los empleados municipales el hogar que el ayuntamiento les alquiló para que vivieran hasta cuando pudieran regresar a la zona sur. Camas literas, gaveteros y cortinas fueron ubicados en los cinco cuartos que tiene la residencia. Además, les llevaron muebles para la sala, un juego de comedor, nevera y estufa. Les compraron ropa y víveres.
“Hermosa, hermosa. Todo es una bendición”, señaló Janette.
La familia abandonó Guánica el pasado sábado, luego de haber recorrido dos refugios con una mujer embarazada, un niño de un año, otra niña de 12 y una anciana de 80.
Salieron del pueblo que resultó ser de los más afectados por los constantes sismos por petición de una de las hijas de Janette, María Torres, de 21 años. Ella había salido de Guánica a finales de diciembre pasado, cuando comenzaron a sentirse los temblores, porque es paciente mental y la situación le afectó.
Torres buscó refugio en casa de una amiga, Gabriel Berríos Vega, quien reside en Magnolia Garden de Bayamón.
“Al principio tenía miedo de qué podía pasar, que yo estaba acá y ellos estaban allá. Yo lloraba todas las noches. Decía: ‘Dios mío, por favor, que vengan para acá, ayúdame a buscar una ayuda para traerlos’. Fue una misión que se veía imposible, pero se hizo posible. Yo tenía mucha depresión, mucha ansiedad, los nervios no paraban, hasta que llegué acá y me quedé más tranquila. Así yo sé que como me ayudó a mí el cambio de ambiente, yo sé que a ellos también le va a ayudar”, expresó la joven.
La primera asistencia que recibieron los seis miembros de la familia, tras haberse mudado a Bayamón, fue de la iglesia Casa de Misericordia y Nuevo Comienzo.
Luego, cuando la situación llegó a oídos de la directora de la Oficina de Ayuda al Ciudadano, Yolanda Corcino, el alcalde Ramón Luis Rivera Cruz se movilizó para identificar las necesidades.
Fue el pasado martes cuando el ejecutivo municipal conoció a la familia, el miércoles ya le habían conseguido el hogar y ayer, jueves, ya la casa estaba amueblada.
Rivera Cruz, quien les mostró la vivienda a la familia, declinó hacer comentarios a Primera Hora. Aún así, dejó escapar un comentario en el que afirmó que su intención era solo ayudar.
Dijo que, a cambio, solo quería que la familia lo invitara a comer chuletas.
“Cuando vayan a preparar las chuletas, me invitan”, dijo al despedirse.
Ahora que la familia tiene un hogar, su primera misión es trasladar a la abuela, de 80 años, que permanece en un refugio en Guánica.
“Este va a ser el cuarto de Ma, porque no puede subir escaleras”, dijo Torres, cuando vio el cuarto que queda a la entrada de la casa.
Janette, por su parte, no cesaba de dar las gracias por la acogida que Bayamón ha tenido para su familia. Hasta les dijo a los bayamonenses que tienen “un gran alcalde”.
“Le damos gracias al Señor (Dios), verdad, y al señor alcalde que nos ayudó. Siendo de tan lejos nos ayudó y nos ha proporcionado esta casa por un tiempo y nos la amuebló y todas esas cosas hermosas. Es una bendición bien grande”, manifestó.
“(Estoy) feliz y seguiré dándole gracias al Señor, porque ya dormimos bajo techo y tenemos protección y mi nuera cuando dé a luz, pues, vamos a tener un bebé más”, la cual nacerá para finales de febrero, agregó.
La mujer expuso que desde que llegaron a Bayamón no habían sentido ninguno de los temblores, los que describió como una experiencia “horrible”.
“Aquí, (en Bayamón), nos sentimos seguros”, soltó.
Le exhortó a sus compueblanos y a todos los damnificados del suroeste que busquen ayuda en otros municipios fuera de la zona. Insistió en que solo así lograrán tener tranquilidad.
“Hay ayuda para todos, que no tengan miedo, que lo material es lo material, lo más importante es la vida. Que busquen ayuda y sin miedo, que tarde o temprano podrían volver a donde ellos deseen, pero que lo principal y lo primordial es la salud, la vida. Lo material se compone, pero la vida, si se pierde, no se puede componer. Busquen ayuda que en Puerto Rico todavía hay personas humildes que nos ayudemos unos a otros”, indicó.
En sus palabras, Janette dejó escapar el deseo de la familia, que es regresar a la zona sur. Por esta razón, no se aceptaron que el alcalde les consiguiera un vale del programa federal Sección 8. En cambio, el municipio ha hecho contacto con el Departamento federal de la Vivienda para que se logre la reubicación.
“Estamos bendecidos de estar aquí, verdad, pero también vamos a estar bendecidos de estar allá, porque vamos a tener nuevamente cómo reunirnos con la familia, porque nuestra familia es bien allegada. Nos duele que nos separemos, pero ante la presencia de Dios volveremos a estar juntos nuevamente”, acotó la mujer.
Por otro lado, la directora de la Oficina de Ayuda al Ciudadano dijo que poder presentarle el hogar a la familia de Guánica le da una satisfacción personal de haber logrado la misión que le fue encomendada por el alcalde en tan solo dos días.
“Esta es la primera familia que estamos ayudando. No sé cuántas más tendremos que ayudar, pero ya estamos preparados”, afirmó Corcino.