Mundi vive feliz a un año de haberse marchado del Zoológico de Mayagüez
Disfruta de una vida en libertad, junto a su nueva familia de elefantes.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
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La elefanta Mundi comenzará a celebrar su cumpleaños cada 12 de mayo, como parte de la conmemoración del día en que llegó al santuario en el estado de Georgia en medio del cierre del Zoológico de Mayagüez, doctor Juan A. Rivero.
Y este próximo domingo será su primer cumple vidas, aun cuando se proyecta que la elefanta ya cumplió los 42 años. Es que en la Isla, los cumpleaños de Mundi eran celebrados a mediados de febrero.
Pero, ahora, cada año el 12 de mayo es una fecha trascendental, según su cuidadora Carol Buckley, pues fue el día en que este querido animal se unió a una familia de su misma especie y comenzó a vivir libremente, una experiencia que describió como su “renacimiento”.
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A un año de que partiera en un avión hacia los Estados Unidos, Mundi está muy bien. Goza de baños de lodo, come frutas y granos especiales para elefantes que le ofrecen varias veces al día, busca su propia comida en unos 850 acres de terreno, y bebe agua de la manguera. Pero, sobre todo, tiene en los elefantes Bo y Tarra, así como en el perro Samie, compañía para jugar, hacer travesuras y disfrutar sus días en el santuario Elephant Refuge North America (ERNA), localizado en Attapulgus, Georgia.
“Realmente nos sorprendió por estar tan bien desde el principio. Desde el primer día que ella vio otro elefante, corrió hasta el otro elefante y alcanzó el otro lado de la verja y toco a Bo. Todo era emocionante”, contó Buckley en entrevista con Primera Hora.
La cuidadora se disfruta las aventuras de Mundi y relata hasta con carcajadas los avances que ha tenido la elefanta en el lugar que hace un año la acogió, luego de que el gobierno de Puerto Rico realizara un convenio con el Departamento de Justicia de los Estados Unidos para remover todos los animales del zoológico mayagüezano hacia refugios en la nación. En este pacto se acordó que no se radicarían cargos criminales ni civiles contra el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) por los años de maltrato en el que vivieron los animales.
Aunque en el informe no hubo señalamientos por malos manejos contra Mundi, fue controversia el hecho de que tuviera que vivir por varias décadas en un espacio limitado.
Mundi nació en el 1982 en Zimbabue, África. Fue traída a Estados Unidos en el 1984 por un excéntrico multimillonario, junto a otros 61 elefantes. En el 1988 la vendió al Zoológico de Mayagüez, donde permaneció hasta la noche del 11 de mayo de 2023. Ese día la elefanta salió de su cautiverio. Un día después, el 12 de mayo, emprendió su ruta a la libertad en un vuelo especial que llegó al aeropuerto de Jacksonville, en Florida. Luego, fue transportada en un camión hacia Georgia.
Dos semanas estuvo Mundi en cuarentena, antes de ser presentada a su nueva familia de elefantes, Bo y Tarra. En este periodo “ella no mostró ningún signo de depresión”, dijo Buckley.
En el pasado año, Mundi tampoco se ha enfermado o dado señas de que extraña a su antiguo hogar en Mayagüez, a juicio de Buckley.
“Ella nunca se va sola o decide hacer cosas solas, mostrando que no está cómoda. Ella siempre está atraída a los otros elefantes. Es normal para los elefantes que vienen de una vida solitaria, cuando finalmente están en un ambiente apropiado con otros elefantes, estar bien, estar ‘ok’ y realmente se siente bien en su nuevo ambiente, porque sicológicamente están diseñado a vivir este tipo de vida (en espacios abiertos). Biológicamente y sicológicamente no están diseñados para vivir en un zoológico, no sólo en Puerto Rico, en cualquier lugar, cualquier zoológico. So, ella estuvo bien inmediatamente al estar en un hábitat de santuario”, expresó la cuidadora.
Apegada a Bo
Los relatos de Buckley apuntan a que Mundi, que es una elefanta africana que mide ocho pies y pesa 8,000 libras, está apegada a Bo, que es un elefante asiático que mide sobre 10 pies y pesa 12,000 libras.
Expuso que la elefanta suele intentar comerle la comida a Bo o se van juntos a dormir una siesta o darse los baños de lodo.
Dijo que ya, que se acerca el verano, ambos elefantes suelen acudir a la granja a dormir una siesta a las 6:00 a.m. de entre una hora a hora y media.
“Mundi se despierta primero y, si Bo no se despierta, ella se sienta al lado de él y espera hasta que se despierta. Entonces, él se despierta, ella se va a la puerta y corren al bosque para comer un poco”, comentó.
En la mañana, lo primero que les da Buckley a los elefantes es sal mineral. Contó que en los primeros nueve meses de estancia “Mundi comía un montón” de esta sal mineral, la cual dijo contiene los minerales necesarios para el desarrollo de las células.
“Así que ella toma agua de la caja de agua con su trompa y se va al pequeño contenedor con la sal. Ella pone el agua ahí y la diluye tanto como quiera y luego la bebe. ¡Oh! Es lo más dulce”, dijo.
Varias veces al día Buckley cuenta que les da de comer. La dieta incluye frutas, vegetales y granos.
A Mundi le encantan los melones Cantaloup y la sandía, según ha notado Buckley.
“Ellos comen y comen todo el día y toda la noche. Así que son comidas constantemente. Los elefantes comen como 20 horas al día. Y están caminando en el bosque mientras están recogiendo su propia comida. Así que están recogiendo grama, hojas y ramas. Y luego, a ellos les gusta dormir. Se quedan de pie, pero con los ojos cerrados, a veces se sientan”, relató.
En la mayoría de las ocasiones, Mundi hace todo acompañada de Bo. De hecho, este elefante es el que le ha enseñado a la boricua lo normal que suele ser para la especie jugar con ramas o tomar baños de lodo.
La cuidadora aceptó que es sólo “a veces” que Tarra, una elefanta asiática de 50 años, se une a hacer actividades con sus hermanos del santuario.
De hecho, Buckley comentó que cuando Tarra y Mundi llegaron a acoplarse fue en junio, a casi un mes de haber llegado al refugio. Describió que ese fue el instante en que el grupo se convirtió en una “verdadera familia”.
Afirmó que nunca ha visto a los elefantes pelearse o sentirse celosos con la nueva presencia de Mundi.
En este año que ha estado en el santuario, además de conseguir a una familia, Mundi “ha aprendido todo sobre ser un elefante. Ella ha aprendido para qué es el bosque, que hay comida y refugio. Ella ha aprendido a tener de amigos a otros elefantes y a seguir instrucciones. Ella ha sido muy buena, muy buena en aprender de los elefantes cuando quieren enseñarle algo. Ella escucha y ella lo hace. Lo veo en la manera en que se comporta, como cuando se mete en medio de Bo para obtener la comida primero y Bo nunca ha sido agresivo con ella. Nunca la empuja. Él se aleja y la ignora. Ella entiende eso. Entonces, ella empieza a hacer lo que Bo quiere, que es que sea educada. Es una dulzura”.
Este aprendizaje le ha tomado su tiempo a Mundi. A modo de ejemplo, Buckley contó que la elefanta se quedaba mirando cómo Bo se tomaba los baños de lodo y corría alrededor de la charca sin atreverse a entrar. Pero, a los 11 meses de haber llegado al refugio ya se va sola a disfrutar del fango.
Otro amigo especial de Mundi es el perro Samie, que tiene alrededor de dos años.
Buckley indicó que se corren y tienen una relación especial. Señaló que los elefantes son delicados y gentiles. Por ello, aunque muestren que van a lanzar una patada, “fallan a propósito”. Por ello, el perro nunca ha resultado lastimado por sus gigantes amigos.
También reconoció que, en un principio, Mundi no le tenía confianza como su nueva cuidadora.
“Ella pensó que yo le iba a decir qué hacer, pero se dejó para que ella tomara sus propias decisiones. Ahora es como si me mirara y me dijera: ¡Oh! Ahí estás. ¡Hola! Pero, yo nunca le digo qué hacer. Le pregunto lo que quiere, qué necesita, para que vea que tiene libertad para hacer sus propias elecciones. Por supuesto, le gusta el hecho de que hay comida todo el tiempo, hay grama y hojas y ramas, que pueda elegir la comida que quiere”, sostuvo.
Sin problemas con el clima
En este desarrollo que ha logrado Mundi, el clima de Georgia no ha sido un problema. Esto a pesar de que se creció en un clima tan cálido como el de Puerto Rico.
La cuidadora comentó que, en el invierno pasado, Bo se iba a la granja cuando la temperatura bajaba a 40 grados Fahrenheit. Mundi, por su parte, soportaba hasta 38 grados antes de buscar refugio. Tarra, entretanto, puede llegar a los 36 grados.
Indicó que cuando Mundi se iba a la granja, la cual permanece siempre abierta para que los elefantes entren y salgan a su antojo, sólo duraba unas dos a tres horas. Luego, salía nuevamente a dar paseos en el bosque.
De hecho, estos jangueos de Mundi por los cientos de acres que tiene el refugio la han hecho verse más enflaquecida. Sin embargo, Buckley contó que la elefanta no ha rebajado en este pasado año. Explicó que estar en espacios confinados, como el que tenía en el zoológico, hace que los elefantes se llenen de gases y sus barrigas se vean “como flotadores”. La actividad física, según alegó, la hace ver más estilizada.
En general, la cuidadora estableció que Mundi ha estado este pasado año “sicológicamente más saludable” que lo que pudo haber estado en el zoológico.
“En Mayagüez ella estaba sola. Ella no tenía otros elefantes con los que estar. Sus guardianes no estaban con ella todo el tiempo. Estaban haciendo otras cosas. Ella estaba en ese pedazo de jardín sola, todo el día y toda la noche. Así que, psicológicamente, ella estaba deprimida y estaba mal. Pero, ahora, ella tiene todas sus necesidades cumplidas. Así que ella está feliz”, resumió.
En este pasado año nadie del gobierno de Puerto Rico ha estado en contacto con el refugio ni ha realizado ningún donativo para contribuir a sus gastos de mantenimiento, que están estimado en $145,000 anuales.
Mientras, del gobierno de los Estados Unidos sólo tuvo la visita de un representante del Departamento de Agricultura federal cuando recién Mundi llegó a Georgia. Después de eso, nadie les ha vuelto a inspeccionar.
Querida por los puertorriqueños
En cuanto a los antiguos cuidadores de la elefanta, Buckley denunció que desaparecieron de su vida y no se han acercado para preguntar sobre su desarrollo. Esto, a pesar de que alegó que hasta les ofreció empleo para que estuvieran al lado de Mundi en Georgia.
“Ni si quiera han llamado para revisar cómo está. Eso es lo triste. Pero, por eso es que hizo la transición aquí tan fácilmente, porque sabía que no estaba sinceramente amada por ellos”, dijo Buckley.
Añadió que, sin embargo, “Mundi es sinceramente amada por toda la gente de Puerto Rico. Ellos la aman. Son fantásticos. Es fenomenal. Estoy tan contenta. Vienen a YouTube y miran el EleCam y están tan emocionados por su Mundi y es realmente maravilloso ver cuánto la quieren”.
De hecho, en cada una de las publicaciones que se hacen de la elefanta en Facebook, son cientos los boricuas que escriben mensajes de agradecimiento al refugio y expresan su alegría por ver a Mundi desarrollarse plenamente.
Recientemente se publicó un vídeo de esos baños de lodo que ahora Mundi disfruta. Cientos fueron los comentarios, incluido el de Magda Luciano, quien escribió: “Es tan lindo ver a Mundi tan feliz y saludable jugando ahí. Mundi ha encontrado su hogar. Gracias por darle a Mundi la felicidad que no tuvo en décadas”.
Buckley aseguró que Mundi recibe toda esa buena energía que le envían desde Puerto Rico
En la actualidad, ERNA no tiene planes de adquirir otro elefante. Buckley dijo que una decisión sobre el particular tiene que ser bien pensada, ya que puede afectar la relación de familia que han desarrollado Bo, Tarra y Mundi.
Los donativos para mantener este refugio son esenciales. Así que, si desea apoyar a Mundi, puede contribuir a su crianza a través de la página cibernética elephantaidinternational.org.