El dueño de Ceiba Funeral Home, Eusebio Carrasco, se enfrenta a una vista administrativa y a una posible multa de $5,000 por velar a su perro sin embalsamarlo, sin tomar medidas de salubridad y sin consultarle a nadie.

Inspectores de Salud Ambiental irán esta misma semana a visitarlo para corroborar si tiene sus permisos de uso y operación de la funeraria al día, informó el secretario auxiliar de Salud Ambiental, Carlos Carazo.

El galeno dijo a Primera Hora que para realizar el inusual velatorio el dueño de la funeraria y de la mascota “tenía que pedir una dispensa al reglamento”.

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“Es una cuestión de ley y orden. Si uno de estos operadores empieza a hacer estos velatorios novedosos lo próximo es que alguien más va a querer hacer algo más novedoso todavía. Pero todo esto se sale de lo que se espera que sea un ambiente salubrista”, expresó.

Para Carazo las funerarias son lugares donde se viven momentos tristes y difíciles tras la muerte de un ser humano. Además, indicó que el Reglamento General de Salud Ambiental 135 del 25 de noviembre de 2008 es bien abarcador y en ningún momento contempla a las mascotas, por lo que se debe entender que no está permitido velarlas en el mismo lugar que a las personas.

“Me gustaría hacer un llamado a los operadores que son profesionales, que son licenciados, y que son certificados por nosotros, a llevar a cabo este trabajo manteniendo el grado de seriedad hacia el trabajo que hacen... ponerse a trabajar con otras especies le quita seriedad al proceso... y eso no les conviene para que su profesión sea apreciada”, declaró el secretario auxiliar.

A su juicio, es poco probable que se hubiese desatado un foco de infección en el lugar a pesar de que era evidente que el animalito ya comenzaba a botar sus fluidos, ya que la mayoría de las enfermedades y bacterias necesitan un ser vivo para que se transmitan.

Mientras, el presidente del Colegio de Veterinarios, Ernesto Casta, también mostró preocupación sobre los riesgos de salud a los que estuvieron expuestas las personas que se acercaron a Brownie y recordó que existen otras alternativas para disponer de una mascota.

“Como veterinario no me sorprende el velorio en el sentido de que vemos hasta dónde pueden llegar dueños cuando se trata del cuido y de la muerte y lo que hacen por sus mascotas... pero hay un aspecto de salud que pudiera representar un peligro”, indicó al tiempo en que aclaró que hablaba a título personal.

Casta dijo que el Colegio aún no tiene una posición sobre esta práctica, pero que espera que se discuta el tema.

Los dueños de mascotas tienen la opción de la cremación, cuyos precios varían entre $100 a $400, según el tipo y el peso del animal, o enterrarlo en una propiedad siempre que no haya corrientes de agua cercanas.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Dueños de Funerarias de Puerto Rico, Jorge Lugo Ramírez, opinó que era una “falta de respeto a la industria” hacer un velorio de un perro en una funeraria.

“No estoy en contra de lo que se hizo, si el animalito se prepara tiene derecho también, pero considero que la forma en que lo hizo esta persona no estuvo bien”, expresó en entrevista telefónica.

Decenas de personas, algunos en compañía de sus perritos asistieron hoy al velorio del perro Brownie en Ceiba, quien fue sepultado a eso de las 3:50 p.m. en el patio de la funeraria Ceiba Funeral Home.