El ex superintendente de la Policía Pedro Toledo Dávila falleció en la tarde de hoy, domingo, a sus 69 años, confirmó el secretario de Estado, Kenneth McClintock.

Según informó la familia mediante un comunicado de prensa, Toledo Dávila murió a eso de las 5:48 p.m. en el Hospital Auxilio Mutuo, a donde fue llevado el sábado tras sentirse mal de salud.

Los restos del ex superintendente serán expuestos el miércoles 26 de diciembre a las 11:00 a.m. en la funeraria Ehret, en Río Piedras. Posteriormente, se informará el día y lugar del sepelio.

"La familia pide en estos momentos un espacio a los medios de comunicación para manejar todo este asunto y designó para el suministro de información a quien fuera su oficial de prensa en la Policía, Stephen Álvarez", lee un comunicado.

La abogada Mayra López Mulero, quien llegó hasta el Hospital Auxilio Mutuo para acompañar a la familia, indicó que su partida fue inesperada debido a que “él estaba bien”.

“La situación aparenta ser súbita. Su hijo, José, estuvo anoche con él. Llegó al hospital ayer (pues) tenía una situación que él entendía que se tenía que revisar y, según me informan, infartó en dos ocasiones”, señaló López Mulero a este medio.

 Por su parte, el representante por el precinto 1 de San Juan, José Luis “Nuno” López, también expresó su pesar por la muerte de Toledo, a quien describió como un “un amigo entrañable al que voy a echar de menos”. 

A su salida del hospital, el legislador afirmó que los boricuas recordarán al ex funcionario como el mejor superintendente que comandado a la Policía.

“Hoy Puerto Rico tiene que estar bien triste porque ha perdido a uno de los hombres que le ha dado brillo y prestigio a este país, y su lucha contra el crimen y su lucha por las cosas justas de este país se van con él esta noche”, manifestó López entristecido.

Más temprano, McClintock adelantó a través de su cuenta en la red social Twitter que el gobernador Luis Fortuño declaró el 26 de diciembre como día de duelo nacional.

Asimismo, expresó su pesar a los hijos del ex superintendente.

Las reacciones no se hicieron esperar. El comisionado residente Pedro Pierluisi publicó a través de su cuenta, también en Twitter: "Hoy lloro la partida de mi amigo, Pedro Toledo. Amigo, PR entero te recordará".

Otra que lamentó el fallecimiento fue la presidenta de la Cámara de Representantes, Jenniffer González. "Lamento mucho la muerte de mi amigo Pedro Toledo. Me ha tomado por sorpresa. Un hombre diligente cariñoso y quien me hará mucha falta. QDEP", escribió González en Twitter.

 El también representante Jaime Perelló extendió su pésame a la familia inmediata y extendida del ex funcionario "por la muerte de Pedro Toledo, servidor público de primera para PR".

De igual forma se expresó el senador popular electo Ramón Luis Nieves. "Lamento mucho la muerte del ex Súper d la Policía Pedro Toledo, extraordinario y dedicado funcionario público", publicó a través de la red social.

Nacido en Ponce en el1943, Toledo Dávila ocupó el cargo de superintendente de la Policía durante ocho años consecutivos (1993-2001), con la administración del novoprogresista Pedro Rosselló, y tres años (2005-2008) con el Partido Popular Democrático (PPD).

Antes, fue agente del Negociado Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) y supervisor de la División de Delitos Violentos de la Policía de Puerto Rico.

Rosselló lo nombró superintendente en 1993. Toledo Dávila cobró notoriedad con su política de Mano Dura contra el Crimen, que incluyó la activación de la Guardia Nacional y la ocupación de los residenciales públicos, una estrategia que ha sido fuertemente criticada por diversos sectores de la sociedad.

Fue durante su mandato en la Policía que la cifra de asesinatos alcanzó uno de sus picos más altos, con 995 muertes violentas en el año 1994. Tuvo a su cargo las intervenciones con manifestantes durante la Huelga de la Telefónica.

Toledo Dávila se retiró de la Policía cuando la ex gobernadora Sila María Calderón inició su mandato, pero regresó en el 2005 tras ser nombrado por el entonces gobernador popular Aníbal Acevedo Vilá.

Durante los pasados años, se dedicó a ofrecer asesoría y se mantuvo retirado de la vida pública, aunque en ocasiones se hacía disponible para opinar sobre la alta incidencia criminal y los planes para manejarla o para defenderse de algún señalamiento contra su gestión.