Zurab Tsereteli, el escultor ruso de la polémica estatua de Cristóbal Colón, que sigue dando tumbos por la Isla, falleció ayer. Tenía 91 años.

Su agente, Sergei Shagulashvili, informó a la agencia rusa de noticias Tass, que Tsereteli sufrió un ataque de cardiaco.

El estilo distintivo de Tsereteli generó numerosas críticas a lo largo de los años, tanto en Rusia como en el extranjero. Los críticos argumentaban que sus obras eran demasiado colosales y no encajaban en la arquitectura de la ciudad.

Uno de sus monumentos más controvertidos fue erigido en 1997, a una manzana del Kremlin, un Pedro el Grande de 98 metros de altura, de pie sobre un barco desproporcionadamente pequeño, lo que provocó protestas de los moscovitas.

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Tsereteli intentó erigir un monumento similar de Cristóbal Colón en Nueva York, pero fue rechazado. Tampoco tuvo éxito de levantarla en Columbus, Ohio y Miami. Finalmente, la estatua -“Nacimiento de un Nuevo Mundo”- encontró un comprador en Puerto Rico.

Fue en 1998 que el Gobierno adquirió la obra a un costo de $2.4 millones. Inicialmente, se erigiría en Cataño, bajo la administración del exalcalde Edwin Rivera Sierra (“El Amolao”), pero eso nunca sucedió.

Ofrecen detalles de cuándo abriría la atracción turística donde se erigió la inmensa escultura.

Luego, las más de 2,700 piezas que componen la escultura fueron trasladadas y almacenadas en el puerto de Mayagüez, donde permanecieron años tiradas, sin ser reclamadas.

En el 2013, comenzaron las labores para exponerla en un terreno privado frente a la playa Caracoles, en el barrio Islote de Arecibo.

El proyecto nunca se completó y el mes pasado, el alcalde actual de Cataño, Julio Alicea Vasallo, contó en entrevista con Primera Hora, que se disponía a llevarla de vuelta a su municipio.

¿Quién era el artista?

Según reseña The Associated Press, Tsereteli nació el 4 de enero de 1934 en Georgia, que en aquel entonces formaba parte de la Unión Soviética, en la capital, Tiflis.

En la década de 1970, se convirtió en director artístico del Ministerio de Asuntos Exteriores soviético, viajando por el mundo y decorando embajadas soviéticas. Entretanto, trabajó en la casa de verano de Mijaíl Gorbachov en Abjasia.

“No sé por qué me eligieron”, dijo en una entrevista de 2013. Pero estudié en una buena escuela, quizá por eso. ¡Una escuela que combinaba arquitectura y arte monumental! Tuve buenos profesores”.

En 1989, se erigió un monumento diseñado por Tsereteli en Londres. En 1990, se inauguró otro frente a la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.

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Tras el colapso de la Unión Soviética en 1991, el artista se mudó a Moscú y estableció una buena relación con el entonces alcalde Yuri Luzhkov. Esta relación le garantizó encargos regulares y lucrativos. Diseñó varias plazas y dos estaciones de metro en el centro de Moscú y erigió una docena de imponentes monumentos por toda la ciudad.

En 2003, el presidente ruso, Vladímir Putin, otorgó a Tsereteli la ciudadanía rusa “por servicios especiales a la Federación Rusa”.

En 2010, Luzhkov fue destituido como alcalde de Moscú. La nueva administración municipal prefirió que arquitectos occidentales trabajaran en ambiciosos proyectos urbanos, y Tsereteli quedó relegado a un segundo plano.

Sin embargo, el artista continuó siendo presidente de la Academia Rusa de las Artes y director del Museo de Arte Moderno de Moscú, fundado por él mismo en 1999.

Su legado incluye unas 5,000 piezas en Rusia, Georgia y varios otros países.