Ponce. Toda una vida dedicada a hacer el bien, haciéndoles justicia a los pobres y luchando por sus ideales.

Pero además de ser un buen ciudadano, Don Luis A. Ferré Aguayo nunca perdió su fe y su amor por el catolicismo.

Luego de  12 años de su partida terrenal, se efectuó ayer en la catedral Nuestra Señora de Guadalupe una misa para recordar su legado, honrar su memoria y dar gracias a Dios por su vida. 

Durante el sermón, el Padre Jayson Orsini mencionó que celebran la vida que el Señor promete y resaltó el catolicismo genuino de este insigne ponceño.

“Le pedimos al Señor tenga en cuenta la vida de Don Luis”, indicó el sacerdote.

Asimismo, manifestó que muchas personas dicen ser católicos y no lo demuestran con sus acciones y decisiones.

“Hoy quisiéramos destacar la coherencia de vida de Don Luis A. Ferré”, comentó.

Por su parte, la alcaldesa de la Ciudad Señorial, María Meléndez Altieri, resaltó que el ex Gobernador siempre fue un hombre de principios y valores intachables.

“Don Luis fue un ser humano especial, sencillo y humilde”, expresó la Alcaldesa.

Igualmente, sostuvo que Don Luis fomentaba sus valores atendiendo cada una de las necesidades de su gente, sin importar las clases sociales.

“Su amor por Ponce era único y especial”, reiteró Meléndez Altieri.

Por otro lado, Pedro Ortiz recordó que tuvo el privilegio de conocer no tan solo al político, artista e ingeniero, sino al humanista.

“Era muy organizado en todo lo que hacía y era bien detallista”, dijo el hombre.

Al mismo tiempo, elogió su infinito amor por Puerto Rico y sus ciudadanos.

Añadió que su obra y legado siguen vivos y permanecerán por siempre en el recuerdo de todos los puertorriqueños, incluso de hasta los que no lo conocieron.

“El pueblo no debe olvidar su obra y estamos agradecidos por su valiosa aportación al desarrollo de nuestro País”, insistió Ortiz.

Luego de la misa los asistentes se trasladaron al cementerio Las Mercedes para hacer una ofrenda floral donde descansan sus restos.