Melocotones y manzanas de aquí, como el coquí-VÍDEO
El ingenio y la determinación del agrónomo adjunteño Miguel A. Berdiel Torres ha logrado lo que hubiera parecido imposible: frutos de climas fríos en pleno Borinquen.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
PUBLICIDAD
Adjuntas. Imagínese que está de compras en el supermercado, pasa por la sección de frutas, y se encuentra con melocotones y manzanas. Nada raro, ¿verdad? Pero resulta que son boricuas. ¿Que cóooomo?
Así mismo es. Y es que el ingenio y la determinación del agrónomo adjunteño Miguel A. Berdiel Torres ha logrado lo que hubiera parecido imposible: frutos de climas fríos en pleno Borinquen.
En el frío de las montañas más altas de Puerto Rico, en el barrio Tanamá de Adjuntas, el joven de 32 años tiene en su finca los primeros 25 arbolitos de melocotones boricuas, conocidos ahora como Tropical Beauty, y ya ha conseguido dos cosechas continuas de la dulce fruta.
“Como soy agrónomo, a base de mis estudios, quería tener algo distinto a lo que tradicionalmente siembran los agricultores aquí en la Isla”, comenzó explicando Miguel, mientras caminaba entre los árboles cargados de melocotones de color rojo intenso.
“Cuando estoy estudiando, (en el Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico), al Colegio se le ocurre, junto con la Universidad de Florida, una investigación sobre los melocotones y sale esta variedad de Puerto Rico, que se llama la Tropical Beauty”, detalló sobre el producto, que es un injerto entre varios tipos resistentes de melocotón.
Fuera de la Estación Experimental Agrícola, donde se cosechan, los únicos árboles de melocotones de esa variedad que existen en la Isla son los de Miguel.
Debido a las condiciones en las que crecen, en la montaña, tienen un color, una textura, un olor y un sabor diferente a los que llegan a nuestros supermercados, provenientes del extranjero.
“Es más jugoso, más dulce, no tienen eso (la pulpa) seco”, describe el agrónomo mientras saboreaba lentamente uno de sus aromáticos frutos.
Miguel explicó que los melocotones, típicos de zonas templadas, son cosechados verdes para que se maduren de camino a Puerto Rico. Por eso, el sabor es “más agrio”.
En su finca de 152 cuerdas, la cual adquirió luego de terminar sus estudios universitarios, sembró los arbolitos en diferentes partes para probar terrenos, alturas, horas de sol y demás variantes que afectan los cultivos. El terreno arcilloso resultó ser el mejor y ya comenzó a preparar las dos cuerdas de terreno que destinará a los melocotones para la producción comercial. En 2015 espera estar en el mercado.
Hasta la fecha, han sido cinco años de pruebas para lograr ese melocotón boricua.
Pero, ¿cómo se da?
“Aquí siempre hace frío. Aquí empieza el frío en octubre, noviembre y diciembre y ya en enero, a mitad de enero, se desfolia completo el árbol”, explicó sobre el inicio del desarrollo de la fruta.
Y es que el árbol de melocotón acumula el frío en sus hojas. Cuando comienzan a bajar las temperaturas en octubre, el frío comienza a alojarse en el follaje. En enero, las hojas se caen y de cada base sale la flor de la fruta, color rosa.
Una vez pasa el proceso de polinización comienza a crecer el melocotón. De ese punto, ya no hace falta el frío y al contrario, mientras más calor haga más se endulza el fruto.
Esta combinación es lo que le da el sabor único a los melocotones de aquí.
Este no es el primer fruto “de frío” con el que Miguel ha experimentado. De hecho, fueron las manzanas las que llamaron su atención cuando decidió cultivar algo diferente.
“Buscando en Internet más (información) sobre manzanas, encontré los melocotones, que se me dieron más, pero lo que quería sembrar eran manzanas”, explicó.
“Empecé con manzanas en una búsqueda de alrededor de 25 variedades de diferentes horas (de frío). Hay de 200, 300, 400 y 500 horas en las 7,000 variedades de manzanas que hay, y la más que se adaptó a Puerto Rico es la de 300 horas de frío”, detalló.
Así, logró desarrollar manzanos de la variedad Macintosh. Sin embargo, la producción de estas le ha costado mucho tiempo y trabajo, por lo que se ha enfocado en los melocotones.
Con todo y eso, las manzanas se dieron y también resultaron ser jugosas y de buen tamaño.
Pero la cosa no se queda ahí: Miguel también está experimentando, en su finca, con moras (blackberries) y hasta con ciruelas japonesas... que ahora tienen el saborcito boricua.