Acudir a un club de tiro a disparar una pistola de calibre 9 milímetros dejó de ser una actividad exclusiva de hombres, ya que la cantidad de mujeres y niños con licencias de armas de fuego van en aumento.

De acuerdo con la Policía, en Puerto Rico hay actualmente 82,921 licencias de armas activas, de las cuales 418 fueron expedidas a menores de 7 años a 20 años: 267 a varones y 151 a  féminas.

En el caso de las licencias de armas nuevas para féminas, pasaron de expedirse 747 en 2011 a 1,980 en 2015, un alza de más del doble. Mientras, los permisos de portación nuevos aumentaron de 161 en 2011 a 254 en 2015, lo que constituye un alza de 57.8%.

“Ha aumentado la clientela de damas y niños”, sostuvo Margarita Vargas, gerente general del Club de Tiro y Armería Juan Ponce de León, en Carolina, negocio que está en operaciones desde 1979. “Los niños, si hay armas en el hogar, practican el deporte en familia. Aprenden a manejar el arma y evitan accidentes”, apuntó en referencia al deporte del tiro al blanco, que en la Isla puede practicarse desde la edad de 7 años, bajo supervisión adulta.

“La clientela de damas aumentó desde que se cambió la Ley de Armas en el 2000”, agregó Vargas. “Ahí se eliminó el requisito de que solo un jefe de familia por hogar podía tener licencia. En un matrimonio, solo uno de ellos podía solicitar y ese casi siempre era el hombre. Ahora se permite que varios adultos bajo un mismo techo tengan licencia de armas y permiso de portación. Eso trajo un aumento en la cantidad de mujeres que solicitan ambas”.

Para atender esta creciente demanda, informó que su negocio cuenta con paquetes familiares de membresía para el club de tiro. “Aquí la membresía es de $80 anuales para el club de tiro, pero si se trata de una pareja, uno paga el precio regular y el otro para $40. Los menores de 21 años también pagan $40 anuales”, detalló Vargas.

En cuanto al incremento en mujeres que cuentan con licencia –que permite poseer el arma pero no llevarla consigo todo el tiempo-  y permisos de portación -para llevar siempre una pistola o revólver consigo-, el teniente coronel José M. Rodríguez Rivera, director del Negociado de Licencias e Inspección de Armas de Fuego de la Policía, indicó que obedece a una razón principal. “El uso del arma como medida de seguridad es la primera causa del aumento en solicitudes de licencias y permisos de portación”,  expuso.

Milton Silva, encargado de la armería Metro Gun, en Puerto Nuevo, contó que el negocio ha experimentado un incremento de 50% en su clientela femenina desde su apertura el año pasado.

¿Qué buscan ellas en una armería? “Las mujeres tienden a buscar armas más pequeñas, que por ende son de menor capacidad. Muchas las colocan en una faja debajo de la ropa y no se nota que la están usando”, apuntó Silva. “Los civiles en general buscan modelos compactos o subcompactos porque no se notan tanto al portarlas”.

Las armas más vendidas suelen ser las pistolas de calibre 9 milímetros y .40 milímetros, coincidieron los armeros entrevistados. Dependiendo de la marca, el modelo, el calibre o si es nueva o usada, una pistola puede costar entre $200 y $800.

En el caso de los menores de edad, la Policía les expide solo licencia de armas con categoría de tiro al blanco, con el propósito de practicar el deporte, que es reconocido a nivel olímpico. De acuerdo con Ley 4040 de 2000 (Ley de Armas) y el Reglamento 7311 de la Uniformada, para expedir este tipo de licencia a niños y jóvenes de 7 años de edad en adelante, el menor debe contar con la autorización del padre, madre o tutor, siempre que este cuente a su vez con una licencia vigente con categoría de tiro al blanco. 

Además, el adulto a cargo del menor debe someter una declaración jurada en la que se hace responsable de todos los daños que pueda causar el niño o joven mientras utiliza el arma de fuego. El menor solo puede utilizar el arma dentro de un club de tiro y bajo la supervisión de su padre, madre, tutor, encargado o custodio certificado por la federación de tiro.

“Se trata de una licencia condicionada a menores que solo opera mediante control de sus padres y los menores no pueden ser titulares de armas de fuego”, explicó Oscar Acarón Montalvo, abogado que participó en la redacción de la Ley de Armas de 2000. Recalcó que los menores de edad no pueden tener armas a su nombre, sino usar las que compren sus padres o encargados. “Se les entrena con armas neumáticas”, enfatizó.

“A nivel olímpico nos daban pela en el deporte de tiro porque en otros países se comenzaba el entrenamiento con armas desde temprana edad en modalidades olímpicas. Si los empezamos a entrenar desde temprano, serán deportistas de primera categoría cuando tengan 17 y 18 años de edad”, resaltó Acarón Montalvo.