María fumiga los mosquitos del dengue, zika y chikungunya
Salud confirma que lleva más de 6 meses sin casos positivos a estas enfermedades arbovirales.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 años.
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¿Están desapareciendo las enfermedades arbovirales o se redujo potencialmente la población del mosquito Aedes aegypti en Puerto Rico después del huracán María?
Desde la semana del 6 al 12 de agosto de 2017 -hace más de seis meses-, el Informe Semanal de Enfermedades Arbovirales del Departamento de Salud no ha reportado ni un solo caso de contagio confirmado de dengue, chikungunya o zika, enfermedades virales que son transmitidas por la picada del mosquito Aedes aegypti.
Primera Hora revisó uno por uno los informes de vigilancia de las últimas 25 semanas y encontró que, aunque se registraron 11,735 casos sospechosos de estas enfermedades virales entre el periodo del 12 de agosto de 2017 al 3 de febrero de 2018, ninguna de las presunciones se confirmó científicamente por los laboratorios de Salud o los Centros para el Control de Enfermedades (CDC). Los últimos contagios, según la data provista ocurrieron la primera semana de agosto y se trata de dos pacientes contagiados con zika.
En análisis, el cuadro general de contagios confirmados de enfermedades arbovirales para el año fiscal 2016-2017, según la data recopilada por Salud, fue la siguiente: 174 casos de dengue, 183 de chikungunya y 40,630 de zika (entre éstos 4,134 embarazadas). También se informó de cinco muertes vinculadas al zika, 46 los casos de bebés nacidos con defectos congénitos asociados a este virus y tres casos adicionales de bebés nacidos con defectos del tubo neural.
Coinciden los médicos
Esta data no está distante del escenario percibido durante los pasados meses en sectores de la clase médica del País, donde los diagnósticos de pacientes con síntomas de enfermedades arbovirales ha disminuido significativamente, especialmente con el dengue una enfermedad que tiene su temporada alta de transmisión entre septiembre y noviembre.
“Hemos visto casos, pero la realidad es que están inusualmente bajos. Y cuando digo bajo, me refiero a que está súper por debajo de lo que sería normal o usual en un país donde los casos siempre están por encima del umbral. Y esto es algo bien, pero bien raro considerando que tuvimos -y seguimos teniendo- una temporada de lluvias que comenzó con las 40 pulgadas de agua que nos dejó el huracán María”, dijo Víctor Ramos, presidente del Colegio de Médicos.
Agregó que ha discutido el tema de manera informal con algunos colegas y que coinciden en que el asunto debe ser analizado por la comunidad científica.
“Pienso que hay que hacer un estudio… se debe tratar de coordinar con (investigadores) en Colombia y Brasil. Creo importante saber qué pasó con el mosquito Aedes aegypti en la isla, sobre todo, después que tuvimos una epidemia de zika”, agregó el pediatra de profesión.
El director médico del Hospital HIMA San Pablo, en Cupey, Raymond Sepúlveda, también confirmó una baja en los casos.
“Aunque debo decir que la mayoría de estos casos se atienden por manifestaciones clínicas pues los resultados demoran… pero sí, casi no hemos visto casos que podamos asociar al dengue, chikungunya y zika. Sí, hemos visto mucha influenza y los síntomas de esta enfermedad son parecidos a los arbovirales, pero los descartamos al hacer un mejor cernimiento en los pacientes”, expresó Sepúlveda.
¿Cómo se explica esto?
Ante este panorama, urge cuestionar entonces, ¿qué ocurrió en la isla en el 2017 para que se suscitara una baja tan drástica en casos confirmados de dengue, chikungunya y zika?
Las teorías son diversas y, entre éstas, la Epidemióloga del Estado, Carmen Deseda, lo atribuye al embate del huracán María sobre la Isla.
“Estamos asombrados que no tenemos casos de dengue, zika o chikungunya…hemos tenidos reuniones, casi semanalmente, buscando por qué esto es así”, reaccionó de primera intención la funcionaria.
“Estamos pensando que nunca tuvimos un huracán como el que tuvimos, categoría 5, y sospechamos que esto pudo tener un impacto en la población de mosquitos en Puerto Rico”, agregó luego.
Deseda dijo que el tema se llevó a la consideración de los CDC y los investigadores de la organización coinciden con la misma teoría.
La epidemióloga añadió que “lo interesante es que tampoco estamos viendo casos de dengue”.
El dengue es una enfermedad viral que consiste de cuatro serotipos y que en Puerto Rico es endémica, por lo que se reportan casos durante todo el año. En la isla se han declarado epidemias del dengue en varias ocasiones, siendo una de las más impactantes la de 2010 cuando se registraron 22,000 casos y 33 muertes. De hecho, el dengue -después de la malaria- es la segunda enfermedad más común transmitida por mosquitos que afecta a los seres humanos y no hay vacuna contra ésta.
Deseda indicó que, aunque lo ocurrido es material de estudio, ha trascendido que en otros países se ha presentado un panorama similar después del azote de un fenómeno atmosférico. Aseguró que luego del paso del huracán Hortensia por Puerto Rico (1996), se reflejó una baja en casos arbovirales, aunque no a la magnitud que se registra en estos momentos.
“La baja también puede ser debido a las medidas de control de vectores que activamos después del huracán, cuando se llevaron a cabo esfuerzos de limpieza en toda la isla”, expresó.
Mientras, el exsecretario de Salud, Johnny Rullán, opinó que son los entomólogos del CDC quienes deben confirmar si, en efecto, una aparente baja en casos de dengue, zika y chikungunya se le debe atribuir al paso del huracán.
“Hay que recordar también que (con el huracán) se le voló el techo al Laboratorio de Salud Pública... hasta donde tengo entendido no está funcional y todos los muestreos se estaban enviando a Atlanta”, expresó Rullán, quien también recordó que, por ejemplo, los CDC evalúan 2 o 3 de cada 10 pruebas de casos sospechosos de dengue que el Departamento de Salud les envía para análisis. “Lo otro lo descartan, porque su función es investigativa y esto no funciona como laboratorio clínico de práctica.
¿Qué dicen los científicos?
Primera Hora consultó la hipótesis de que el huracán María pudo haber afectado la población de mosquitos Aedes aegypti, en Puerto Rico, con la entomóloga Rosa Amelia Franqui.
En efecto, la experta, coincide en que los mosquitos adultos “no sobrevivieron” a las ráfagas de 155 millas provocadas por el huracán.
“Además, este evento catastrófico destruyó el hábitat de los mosquitos... esas grandes inundaciones y correntías que hubo pudieron también arrastrar esas masas de huevos y larvas que habían en aguas donde predomina el Aedes aegypti ”, expresó al aclarar que el dato debe ser confirmado científicamente.
En cambio, la entomóloga indicó que después de las inundaciones, había ambiente fértil para que se facilitara la incubación de huevos. “Sin embargo, estos mosquitos son diferentes… son los que llamamos molestosos porque lo que hacen es mortificar con sus picadas, pero suelen ser inofensivos y no transmiten enfermedades virales”, manifestó.
Según el portal del CDC, los mosquitos que pueden transmitir virus pueden desarrollarse entre dos semanas y dos meses después de un fenómeno atmosférico, “especialmente en áreas que no se inundaron pero recibieron más precipitaciones de lo habitual”.
Primera Hora también solicitó una reacción a los investigadores de la Unidad de Control de Vectores de Puerto Rico, la cual surgió en 2016 como un acuerdo colaborativo entre los CDC, entidad que otorgó una subvención de $13 millones para la iniciativa al Fideicomiso para Ciencia, Tecnología e Investigación de Puerto Rico.
Primera Hora envío por escrito una serie de preguntas relacionadas al tema a la directora asociada de la Unidad, Marianyoly Ortiz, quien se encuentra esta semana destacada en Kansas junto al equipo gerencial del organismo en la conferencia anual de la America Mosquito Control Association.
Las interrogantes quedaron en el tintero pues, según explicó por escrito Nicole Nazario, supervisora del Laboratorio de la Unidad, el programa de vigilancia comenzó a partir de enero de 2018, por lo que aún están en el proceso de alimentar su base de datos. “[…] no contamos con los datos suficientes para hacer comparativas. En estos momentos, estamos estableciendo nuestro programa de vigilancia en el área metropolitana y estaremos expandiendo el programa a otros municipios en los próximos meses”, explicó Nazario.