Maravillas de la Isla

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 18 años.
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Se impone El Morro.
Al igual que el mundo, Puerto Rico ya tiene sus siete maravillas, lista encabezada por la histórica e impresionante fortificación del siglo 16.
Al Morro le siguieron las cavernas de Camuy y el bosque El Yunque en Río Grande, según un sondeo cibernético realizado por PRIMERA HORA a través de nuestra página de Internet www.primerahora.com para conocer el sentir de los puertorriqueños.
Los restantes cuatro lugares fueron ocupados por las lagunas bioluminiscentes de Lajas, Fajardo y Vieques; el Observatorio de Arecibo; el Viejo San Juan y el Cañón San Cristóbal entre Aibonito y Barranquitas.
Los lectores tuvieron la oportunidad de seleccionar sus siete maravillas de una lista de 15 monumentos o escenarios naturales que mejor nos distinguen. La respuesta fue masiva.
Las cavernas del Río Camuy es una maravilla natural con un amplio salón y bóvedas rodeados de magníficas estructuras moldeadas por la naturaleza. Cuenta con cientos de estalactitas, estalagmitas e imponentes columnas, además de corrientes de agua que en ocasiones corren en su interior.
El Bosque Nacional del Caribe es otra belleza natural que posee más diversidad de vegetación por unidad de área que cualquier otro bosque en el continente americano. Alberga 225 especies de árboles que son nativas del bosque, 23 especies endémicas, y posee 47 especies introducidas.
Además, en este bosque se pueden encontrar 88 especies de árboles considerados como raros, más que en cualquiera de los otros bosques nacionales. Además posee 50 especies de orquídeas nativas y 150 especies de helechos.
La bioluminiscencia es un espectáculo visual que se puede observar en cuatro puntos de la Isla. Es causada por diminutos organismos unicelulares que no son ni animales ni plantas, sino una combinación de ambos.
El Observatorio de Arecibo es parte del Centro Nacional de Astronomía e Ionosfera (NAIC), un centro de investigación nacional.
Opera en una base continua, 24 horas todos los días, proveyendo tiempo para observar la electrónica, computadoras, viajes y apoyo logístico a los científicos de todo el mundo. Todos los resultados de las investigaciones son publicados en informes científicos.
El Viejo San Juan, nuestra sexta maravilla, fue construido como un emplazamiento militar. El área cubre siete bloques cuadrados de calles estrechas, pavimentadas en adoquines, alineadas con antiguas casas coloniales con sus balcones y patios. El área está repleta de casas, iglesias y plazas antiguas que representan la arquitectura más apreciada del Caribe.
El último lugar se lo llevó el Cañón San Cristóbal, una de las pocas áreas naturales de la Isla que no han sufrido modificaciones ni alteraciones ocasionados por el hombre.
El Cañón San Cristóbal está engarzado en el corazón de la Cordillera Central.
Fuera de la lista quedaron otros lugares nominados: las Cabezas de San Juan en Fajardo, el Parque de Bombas de Ponce, La Fortaleza, el Capitolio, el Convento de Porta Coeli en San Germán, el Castillo Serrallés en Ponce, el Faro de Maunabo y el Parque Ceremonial de Utuado.
Este último había sido seleccionada por el ex director del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), Ricardo Alegría como su primera opción, “porque no hay otro monumento arqueológico igual en las Antillas y nos habla de una ingeniería primitiva de nuestros indios”.
El también arqueólogo había seleccionado precisamente a El Morro, “por ser la fortificación más importante que España hizo en América”.