Alrededor de un centenar de maestros han solicitado al Departamento de Educación licencias sin sueldo para enfrentar una serie de visicitudes relacionadas al huracán María, reveló esta tarde la secretaria del Departamento de Educación, Julia Keleher.

La secretaria, por un lado, dijo en un aparte con periodistas que se estarían confiriendo licencias de este tipo que vencerían el 22 de diciembre, mandatando un regreso a las escuelas el 8 de enero. Posteriormente, la presidenta de la Asociación de Maestros de Puerto Rico (AMPR), Aida Díaz, indicó que se trata de licencias solicitadas por maestros que son padres de niños pequeños o con personas mayores a su cargo que no tienen servicio de agua o luz y se quieren trasladar a Estados Unidos “buscando mejorar la calidad de vida”.

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Se informó que próximamente Educación estaría publicando unas guías con instrucciones específicas para que los maestros puedan solicitar estas licencias. Este próximo 16 de octubre, la agencia también estará divulgando una convocatoria para que todos los maestros disponibles se presenten a sus escuelas, cuando se les tomará asistencia.

El gobierno ha anunciado que los planteles escolares que estén en condiciones comenzarán a recibir estudiantes el 23 de octubre. 

Hoy Keleher y personal de la AMPR, representante exclusivo de los maestros, sostuvieron una reunión para dialogar sobre posibles mecanismos para reponer el tiempo lectivo perdido, pero no se llegó a acuerdos específicos.

Entre las alternativas figuran dar clases los sábados o extender las clases hasta las 4:00 p.m. o 5:00 p.m. Díaz indicó a periodistas que prefiere que se den clases en la semana, lo que requeriría garantizar una merienda adicional a los niños.

“Tenemos todas las opciones sobre la mesa”, dijo Keleher. “Pero es difícil, tenemos 31,000 maestros así que hay 31,000 casos particulares”.

A preguntas, Keleher indicó que vislumbra energizar algunas escuelas con generadores y todavía están identificando aquellas que no tienen cisternas.

“Hay los recursos”, dijo.

De otra parte, mencionó que los estudiantes de escuelas graduandas no tienen nada de qué preocuparse por el tiempo lectivo perdido y que esta situación no pondrá en riesgo el que puedan entra a la universidad el año que viene.

“Me sentiría muy mal si eso pasara”, dijo al revelar que ya dialogó con el College Board para aplazar la fecha del examen.

En cuanto a la posibilidad de que se convierta en epidemia leptospirosis, Keleher aseguró que ordenará fumigar todas las escuelas que han servido de refugio y que se hará una “doble limpieza” para asegurar que esté en condiciones para recibir estudiantes.