Madre boricua en espera de trasplante de corazón solo quiere “ver crecer a su hijo”
Al momento de enterarse de sus condiciones médicas, su corazón estaba funcionando a un 15%, según contó su progenitora.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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A la joven Astrid Karolina Cruz Rodríguez, de 28 años, la vida le cambió dramáticamente en un abrir y cerrar de ojos. La joven fajardeña, residente del estado de la Florida comenzó a presentar dificultad respiratoria el pasado 9 de febrero, pero jamás imaginó que esta fuera la señal de alarma de varias condiciones cardiovasculares que ahora la mantiene a la espera de un trasplante de corazón.
Cruz, quien reside desde hace unos seis años en la ciudad de Orlando, tiene un bebé de un año y seis meses y, al momento del percance de salud se encontraba laborando como gerente de una financiera cuando comenzó a sentir que le faltaba el aire. Es entonces cuando llama a su madre, Nydia Rodríguez, quien le recomienda visitar el Hospital AdventhHealth en Orlando, Florida.
“Nos dimos cuenta porque a ella empezó a faltarle el aire y pensó que era asma. Ella fue a darse terapia el 9 de febrero y me dijo que se le había acabado el medicamento y que se sentía bien mal, con el pecho apretado y que no podía respirar. Cuando ella va al hospital le dieron terapia, pero le hacen análisis y le mandaron a hacer unan placa de pulmones, porque tenía la oxigenación bajita”, explicó la madre.
Sin embargo, esos análisis rápidamente mostraron que algo no andaba bien con Astrid y que no se trataba solo de un ataque de asma, pues el doctor le dijo que tenía pulmones como de una persona fumadora a pesar de que la joven no utiliza cigarrillos.
“Sus pulmones estaban llenos de agua y su cuerpo tenía 90 porciento de retención de agua. Yo pienso que fue Dios quien permitió que se le acabara el medicamento de la terapia de asma… y ahí empezó todo nuestro calvario”, relata Rodríguez.
Luego de una resonancia magnética, radiografías y varios exámenes, Astrid es diagnosticada con un bloqueo cardiaco en la rama izquierda, insuficiencia cardiaca congestiva aguda, Síndrome de Respuesta Inflamatoria Sistémica (SRIS) y, también encontraron que tiene el corazón agrandado.
Todas estas condiciones fueron como un balde de agua fría para la joven y su familia, ya que su madre asegura que “ella nunca padeció de nada”. “Eso salió de la nada. Su corazón estaba trabajando a menos de un 15%. Ellos (los doctores) dicen que posiblemente pueda ser hereditario porque a mi hermano mayor lo han operado dos veces de corazón abierto, mi mamá y mi papá murieron del corazón, la abuela de Astrid la operaron de corazón abierto y su verdadero papá también tiene problemas del corazón. Pero también piensan que pudo haber sido después del embarazo, porque ella estuvo 22 horas de parto y el esfuerzo que hizo ellos piensan que provocó que su corazón se dañara”, mencionó la madre.
A raíz de este diagnóstico, Astrid necesita recibir un trasplante de corazón para poder tener calidad de vida, ya que su corazón se encuentra muy afectado.
Ya la joven madre se encuentra en lista de espera para recibir su trasplante, pero, mientras aparece su donante, buscan la manera de estabilizarla para que pueda salir del hospital y espere por el órgano en su hogar, rodeada de su familia y así pueda estar en contacto con su bebé, a quien tanto extraña.
“Ahora mismo ellos quieren darla de alta con un chaleco que tiene un sistema que si los latidos le bajan mucho, ese mismo chaleco le manda unos shocks de electricidad y tiene un botón para llamar al 911 para que la busquen. Lo van a hacer así en lo que aparece el donante”, dijo Rodríguez.
Sin embargo, para este proceso Astrid necesita contar con al menos un depósito de $20 mil dólares, para poder sufragar los gastos del trasplante, además de los costos de su hospitalización, tratamientos, medicamentos, entre otros gastos en los que ella y su familia tendrán que incurrir para poder salvar su vida.
“Ella está en una lista de espera, hay que conseguir un fondo de $20 mil dólares para que estén disponibles al momento de que aparezca el corazón, también el deducible del plan médico es alto y los medicamentos cuando le den de alta son costosos y el plan nos dijo que no las cubría por 30 días nada más”, detalló la progenitora de Astrid, quien afirma que su hija está atravesando una depresión ante esta situación que le ha cambiado la vida.
Incluso, no quería solicitar ayuda de la gente, aun necesitándola para vivir.
“Ella pasó por intensivo, la pasaron a cuarto, está consciente, pero con mucha depresión porque tiene un bebé a quien no puede ni cuidar, no puede ni cargarlo. Ella lo que quiere con todo su corazón es poder ver crecer a su hijo”, puntualizó la madre de la paciente.
Quienes deseen ayuda a esta joven madre a poder completar su proceso de trasplante y tener calidad de vida junto a su bebé, puede hacer su aportación a través de la cuenta de Go Fund Me a nombre de Astrid Cruz Rodríguez: https://gofund.me/80145e05