El doctor, escritor y catedrático de la Universidad del Sagrado Corazón (USC), Luis López Nieves, es un restaurador de la autoestima colectiva puertorriqueña. Su vida y obra han sido dedicadas por completo a la defensa de nuestra identidad nacional.

A pesar de que ha tenido muchos sombreros y una obra fecunda, mantiene su sencillez, se expresa de forma cándida, pero firme, y mantiene los pies en la tierra. Es una persona de opiniones intensas y cuando es necesario, tiene un sofisticado sentido del humor matizado de ironía mordaz.

López Nieves, quien nació en enero de 1950 e ingresó a la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, con tan sólo 15 años de edad, es un hombre reservado que protege celosamente su vida íntima. Prefiere que su obra hable por él.

“Hay escritores como (Gabriel) García Márquez, que se les da muy bien hablar de su vida personal. A él se le da bien y a otros escritores se les da bien. Eso está chévere. Hay otros que no; yo estoy en ese grupo que prefiero hablar de mis libros, de la sociedad... ”, comenta López Nieves, quien también es el creador y director del programa de Maestría en Creación Literaria de la USC (la primera de su tipo en América Latina).

En una amena entrevista en la residencia que comparte con su esposa, Mara, el doctor en literatura comparada nos explicó que su estilo narrativo –en el que entremezcla la historia con la ficción– inició con su  relato histórico Seva.

Dicho escrito, publicado en un semanario en el 1983, provocó una conmoción pública apoteósica. Su trama postulaba de forma muy verosímil una primera invasión estadounidense a la Isla por el pueblo ficticio de Seva en 1898. Además, se narraba el exterminio del lugar por parte del ejército invasor. El cuento fue publicado por la Editorial Cordillera en el 1984 y fue un éxito en ventas.

El doctor comenta que no estaba satisfecho con la historia de Puerto Rico que le habían enseñado en la escuela, por tal razón, en Seva, decidió escribir una historia que hiciera justicia a los puertorriqueños. “La historia de Puerto Rico que yo estudié en la escuela superior fue escrita por un americano (estadounidense), en donde los puertorriqueños siempre aparecíamos como monos ignorantes que habíamos sido rescatados del salvajismo por los norteamericanos, y yo me revelé contra esa visión que me vendían continuamente sobre mi mismo. Así que, como no me gustaba la historia que me vendían de Puerto Rico, yo decidí cambiarla. Yo decidí escribirla como entendía que debía ser”, expresó.

“Fue el libro que me dio a conocer por razones literarias y extraliterarias. Eso fue en el 84 y, 28 años después, el libro se sigue leyendo muchísimo. Se asigna prácticamente en todos los colegios. Yo creo que me ayudó a darme seguridad como escritor. Me dio una estabilidad, digamos psíquica, donde me dije: ‘bueno, sirvo para esto’. Aunque ya yo había decidido que iba a ser escritor, me ayudó a seguir en ese camino”, establece el doctor.

Dicha reinvención de la realidad la repitió en sus siguientes libros: La verdadera muerte de Juan Ponce de León (2000), El corazón de Voltaire (2005) y El silencio de Galileo (2009). “Son de historia trocada, que ahora se conoce como historia alternativa. Básicamente, yo escribo una literatura histórica donde el recurso principal es cambiar unos elementos fundamentales, pero de forma creíble”, explica el profesor, quien añade que Escribir para Rafa (1987) es la única de sus obras en donde no utilizó dicho recurso.

En una entrevista publicada el pasado 25 de julio en El Nuevo Día usted mencionó que el Estado libre Asociado (ELA) es un estatus que causa confusión entre los puertorriqueños. ¿Por qué lo cree así?

Oficialmente, vivimos en un país de dos culturas, de dos banderas, de dos idiomas. Aquí, yo creo que la política se sale de la política y pasa a la psiquiatría porque, si tú le estas diciendo a un niño desde pequeño: “tú eres americano (estadounidense) ”, “tú eres americano”, “tú eres americano”, lo puedes volver loco, porque él sabe que no lo es. Todos nosotros sabemos que no lo somos. Sabemos la diferencia tan grande que existe entre la cultura de allá y la de acá. Tenemos mucho, mucho más en común con un argentino y un mexicano que lo que tenemos en común con un norteamericano.

¿Cuál es el estatus político idóneo para la Isla?

Estamos en el tiempo de los grandes bloques. En una época de la Unión Europea, obviamente, para un país pequeño, como Puerto Rico, estar solo es absurdo. En Estados Unidos vamos a ser siempre ciudadanos de segunda clase. Nunca vamos a ser aceptados como iguales. Yo creo que nuestro futuro político debe ser la unión con América Latina, formar parte de una muy poderosa nación latinoamericana.

¿Cuáles son sus autores preferidos?

Yo soy hijo de Julio Cortázar, soy nieto de (Franz) Kafka, soy bisnieto de Stendhal (Henri Beyle) y soy tataranieto de (Miguel de) Cervantes. Pero vamos, hay muchos más. Tengo un doctorado en literatura comparada y me he pasado toda la vida leyendo, desde niño, porque en mi casa había biblioteca. Así que escoger autores (predilectos) es bien difícil. Ahora, (Albert) Camus jugó un papel fundamental porque cuando yo tenía como 12 años leí El extranjero y yo creo que esa novela fue la que me convirtió en escritor. Yo dije: ‘esto es lo quiero hacer en mi vida: escribir’.

¿Con qué se entretiene?

Mi esposa Mara y yo, básicamente leemos mucho, vemos mucho cine y viajamos mucho. Los dos nos dedicamos mucho a la (Biblioteca virtual) Ciudad Seva, que es mi página electrónica. Mara ahora está a cargo de la sección de poesía. Yo siempre he estado cargo de la sección de cuentos.