Colombia y República Dominicana son los destinos favoritos de los boricuas para realizarse abdominoplastías, aumento, levantamiento y reducción de senos, y ponerse inyecciones de grasa para aumentar el volumen de los glúteos, indicó ayer el presidente de la Sociedad de Cirugía Plástica de Puerto Rico, doctor Joel Toro.

En muchas ocasiones, lo hacen en clínicas no reguladas con médicos generalistas que no están aptos para operar. Toro recordó que las pacientes llegan allí por referencia de amistades e incluso bajo engaño, porque les presentan información falsa o medias verdades sobre las credenciales de los médicos.

Ese era el modus operandi, por ejemplo, del cirujano colombiano Carlos Ramos Corena, quien fue arrestado ayer en el estado de Florida y será extraditado a Puerto Rico para enfrentar cargos por presuntamente ejercer la medicina aquí sin licencia. Este le hizo una liposucción y una abdominoplastía  a la puertorriqueña Nancy Santana García en septiembre de 2014, tras lo cual falleció. 

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Estas salidas al exterior por parte de los boricuas no se detienen  a pesar de la divulgación de casos como el de Santana García y otros atribuidos a médicos con cuestionables credenciales como el dominicano Edgar Contreras.

“Esto sigue ocurriendo y es algo súper preocupante. Semanalmente, recibimos llamadas en nuestras oficinas hablándonos de pacientes que han tenido muchas complicaciones y riesgos, porque entendieron que era mejor irse para allá (al exterior) por lo económico”, dijo Toro.

Esos pacientes en su mayoría presentan infecciones no controladas. Toro explicó que como estas personas se atendieron con un médico extranjero, no se da la consulta clínica con un galeno boricua para que pueda acoger el caso y entonces los pacientes terminan yendo al hospital público.

“Tienen que ir al Centro Médico para que el sistema público corra con todos los riesgos y gastos”, indicó el cirujano plástico.

Toro fue uno de los que denunció el caso de Ramos Corena al Departamento de Justicia y confirmó ayer que la Sociedad ha hecho más referidos de médicos extranjeros y puertorriqueños que están operando sin permiso. 

El presidente del Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico, doctor Víctor Ramos, expuso que la crisis económica ha aumentado la preferencia por los médicos de afuera.

“Se siguen yendo y en gran medida la situación económica ha agravado el asunto. Ha habido una merma en la cantidad de personas que se hacen cirugías plásticas estéticas aquí y ha habido un auge de irse”, manifestó Ramos.

El doctor Toro dijo que si el procedimiento se hace allá con un médico acreditado,  el costo es menor por apenas $500 o $1,000 respecto a lo que se cobraría en Puerto Rico. 

Sin embargo, no quiso ofrecer una cifra del “ahorro” que tendría un paciente en una clínica no regulada. Ramos tampoco dio números.

Una fémina consultada por Primera Hora, que prefirió el anonimato, dijo haber gastado $5,000 en Colombia por una lipoescultura, reducción y levantamiento de senos, con el viaje incluido. En Puerto Rico, aseguró, los tres procedimientos le salían en $11,000.

“Nuestra recomendación siempre ha sido que no ponga en riesgo su vida y salud. Asegúrese de que los médicos tienen todas las credenciales y que tienen un marco legal disponible, porque en muchos países latinoamericanos las reglas de impericia son bien limitadas”, indicó Ramos.

Víctimas de la negligencia

En Puerto Rico son varios los casos reportados, desde la década de 1990 al presente, de mujeres que murieron por complicaciones relacionadas a procedimientos quirúrgicos practicados en el exterior, por doctores como Edgar Contreras y Carlos Ramos Corena.  

Dhelmalyz Ríos Rivera – La joven, de 26 años, murió  el 15 de agosto de 1998, 15 días después de una liposucción practicada por Contreras. Tuvo que ser atendida de emergencia en Santo Domingo y luego en Puerto Rico, donde la operaron varias veces, e incluso le amputaron ambas piernas, en un intento por salvarle la vida.

Migdalia Cordero Cabrera - El 2 de septiembre de 1998 se sometió a una operación practicada por el médico argentino radicado en Dominicana, José Germán Jordán, con la intención de reducirle el tamaño de los senos y murió 13 días después.

Isabel Vargas - La periodista dominicana radicada en Puerto Rico, de 47 años de edad, fue sometida a una liposucción también por Contreras en 1999. Murió de un infarto el día que le darían el alta.

Beverly Ann Brignoni – Esta boricua de 28 años, residente en Nueva York, falleció el 20 de febrero de 2014, luego de someterse a una lipoescultura en la clínica Vista de Jardín, en Santo Domingo. El acta de deceso establecía como causa de muerte una embolia masiva del pulmón.

Nancy Santana García – La mujer de 45 años, residente en Carolina, se hizo una liposucción y una abdominoplastía con Ramos Corena el 26 de septiembre de 2014. Falleció al día siguiente en un hotel de Medellín donde pasaba el periodo postoperatorio.

Sharileni Cedeño – Esta joven, de 23 años, murió en abril de 2015 mientras le realizaban una lipoescultura en la Clínica de Cirugía Plástica Contreras, del doctor Contreras, en República Dominicana. La mujer de nacionalidad estadounidense, pero de padres dominicanos, falleció a consecuencia de un paro respiratorio.