Puerto Rico es el octavo país en el mundo con un alto porcentaje de personas de 60 años o más, pero no por eso está exento de registrar altos niveles de “edadismo”, o el discrimen por razón de edad, así como maltrato hacia los adultos mayores, de acuerdo a la Oficina del Procurador de las Personas de Edad Avanzada.

“Nosotras las personas adultas mayores no vivimos en un vacío. No vivimos en una burbuja, vivimos en una sociedad, no aislados. Tenemos hasta cinco generaciones de personas adultas y mayores. No estamos hablando de una sola generación de viejos y viejas donde todos somos iguales, no. Las generaciones actuales de adultos y adultas mayores se la pongo al ladito de cualquier joven”, exclamó Carmen Sánchez Salgado, quien dirige la Oficina de la Procuradora de las Personas Edad Avanzada (Oppea).

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Sánchez Salgado destacó que esa convivencia generacional ha modificado la conducta de los adultos mayores —que por definición de la Ley 121 de 2019, son las personas de 60 años o más—, pues es una población más productiva y tecnológica.

Sin embargo, Niurka I. Arce Torres, ayudante especial de la Procuradora de Personas Edad Avanzada, señaló que urge un cambio de mentalidad en la manera en que percibimos a los adultos mayores y las políticas públicas para atender a esta población.

“El edadismo se manifiesta en cómo pensamos. Si yo pienso que esta persona ya de 70 y pico lo voy viendo frágil, que no tiene mucha vida por delante, empiezo a sentir prejuicio y comienzo a actuar y digo ‘no, no necesitas ese tratamiento’”, señaló Arce Torres, quien ofreció como ejemplo la manera en que algunos integrantes de la clase médica optan por evitar tratamientos estrictamente por prejuicios.

Arce Torres subrayó la existencia del maltrato hacia el adulto mayor en diversas modalidades, como la explotación financiera, violencia física y emocional y otras manifestaciones de trato negligente. Mostró como ejemplo una gráfica de las querellas en hogares para adultos mayores en donde 2,202 de ellas son cuestionamientos sobre la calidad de vida de estas personas y otras 1,318 se enfocan en el cuidado que se le ofrece a estos residentes.

Las declaraciones de ambas surgieron en la charla “Diversidad y Crecimiento de la Población Adulta Mayor”, como parte de una serie de actividades de la Oppea en respuesta al Plan Decenal del Envejecimiento Saludable de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Según el Censo de los Estados Unidos de 2020, un 28.5% de la población puertorriqueña está compuesta por adultos mayores, o lo mismo que más de una cuarta parte. Alrededor de un 40% de esa población está en el nivel de pobreza. De acuerdo a los datos, un 56% de ellos son mujeres y un 44% son hombres.

Sánchez Salgado indicó que Puerto Rico también es una de las jurisdicciones en que las personas con 100 años de edad o más siguen en ascenso.

La charla contó con la presentación de un video informativo sobre la población de edad avanzada y la urgencia que tiene la sociedad en adaptarse a las necesidades de este grupo de personas que continúa en ascenso.