Por 61 años, los feligreses de la parroquia San Agustín, en Bayamón, han estado inmersos en lo que se ha convertido en un evento emblemático, la Procesión del Viernes Santo.

La procesión que realiza esta iglesia católica, ubicada en Lomas Verdes, es peculiar, ya que presentan entre 10 a 12 estampas vivientes sobre la muerte de Jesús. Estas escenas se pueden observar sobre camiones decorados que recorren la zona seguido de los feligreses, explicó el organizador del evento y sacristán en la parroquia, Iván Santana Hernández.

“La procesión para nosotros significa una manera de evangelización a través de las diferentes estampas del Vía Crucis, de la pasión de Cristo, donde se recrea los últimos momentos del sufrimiento y la agonía de Jesús antes de su crucifixión”, explicó.

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Este año fueron seleccionados un templo jubilar, por lo que es un lugar especial para asistir y ganar la “indulgencia plenaria”. Por ello, la actividad por la que invierten un año en preparativos cobra mayor atención.

La comunidad  une sus talentos en la preparación de este tradicional evento.
La comunidad une sus talentos en la preparación de este tradicional evento. (Alejandro Granadillo)

La procesión está pautada para iniciar a las 4:00 p.m., pero se les ha solicitado a los asistentes a presentarse media hora antes.

Saldrá del estacionamiento de la parroquia, ubicada en la calle Duende, recorrerá un trayecto y seguirá por la calle Jacinto para conectar con la avenida Lomas Verdes. Regresarían al templo por la avenida Nogal.

La misión principal de esta actividad es llevar un mensaje de esperanza.

Según explicó el párroco de la iglesia, Fray Antonio Then de la Cruz, “la procesión es una expresión de fe del pueblo de Dios, que participa y acompaña a Cristo al calvario a morir en la Cruz. Es un signo, que invita a los que observaban vivir la experiencia de la entrega del Señor por la salvación de las almas. La parroquia San Agustín, en este Año Jubilar, desea manifestar a toda la comunidad, la necesidad de peregrinar hacia la conversión. La esperanza es la fuerza que nos impulsa a seguir realizando la Santa Procesión del Viernes Santo para ayudar a todos en su proceso de conversión”.

Para la comunidad, este evento se ha tornado en uno muy importante. Invierten todo el año realizando actividades de recaudación de fondos para adquirir los materiales, los disfraces y todo lo necesario para lograr personificar este antiguo e importante evento para los cristianos.

“A nivel de comunidad parroquial, para nosotros significa mucho, porque es una manera de evangelización y es una manera también de unión de la misma comunidad, donde cada uno aporta diferentes talentos, tanto para los dibujos, para los maquillajes, para la escenificación de los diferentes personajes. Es una manera de nosotros llevar la iglesia hacia la calle”, precisó Santana Hernández.

Cuando asistió Primera Hora a observar los preparativos que realiza la comunidad, la lluvia era incesante. Sin embargo, poco a poco llegaban ciudadanos a la cancha bajo techo del colegio San Agustín a ayudar a organizar los atuendos, preparar la escenografía y tener todo listo para decorar las carrozas.

El sacristán Iván Santana, uno de los organizadores de la procesión, muestra la Cruz.
El sacristán Iván Santana, uno de los organizadores de la procesión, muestra la Cruz. (Alejandro Granadillo)

El mensaje llega

Francisco Javier Cruz Pérez lleva ya una década a cargo de preparar la escenografía. Contó que bajo esta tarea aprendió a trabajar en madera, algo que nunca pensó hacer.

“Lo más gratificante de esto es la gente. A la gente le encanta, le gusta y se nota mucha gente que le toca el mensaje de lo que se lleva, de lo que se vive, la pasión de nuestro Señor Jesucristo. Eso es lo más gratificante, que la gente se lo disfrute, que la gente lo goce, que la gente, si necesita convertirse, que se convierta. Ese es el propósito de esto”, sostuvo, tras hacer una pausa en la preparación de columnas que sostendrán la escenografía.

Aunque mayormente las estampas presentadas en una procesión son las mismas, esta parroquia intenta variar cada año para no hacer el evento uno monótono.

Para esta procesión, se escogieron 10 estampas. Santana Hernández detalló que entre estas están La Última Cena, la recreación del momento en que Jesús es entregado por Judas, la flagelación de Jesús, Jesús es coronado con espinas, el juicio ante Pilato, Jesús se encuentra con su Santísima Madre, la crucifixión y Jesús es bajado de la cruz.

También se podrá observar en el trayecto a un hombre que personificará a Jesús y cargará una pesada cruz de madera. Este caminaría durante todo el recorrido para recrear las tres caídas que tuvo Jesús al cargar su cruz.

Entre los que participará de esta personificación está Luis del Valle. Este será uno de los apóstoles en La Última Cena.

El hombre comentó que participar de esta actividad religiosa conlleva “mucha preparación meditación, reflexionar en esta semana de las cosas que están sucediendo en nuestro país, en el mundo y así puedes tratar de ver si uno, desde su ángulo, de su punto de vista, ayudar a los seres humanos a que seamos mejores. Espero que la gente puede visitar y vea los principios de nuestra humanidad y entiendan que hay un Dios y hay que reconocerlo”, dijo.

“Indulgencia plenaria”

Lo peculiar del evento es que se le seleccionó en la Arquidiócesis, por petición del papa Francisco, como un “templo jubilar”. Esto significa que allí se puede ganar la “indulgencia plenaria” o el “perdón de los pecados” confesados durante este Año Santo o Jubileo, sin necesidad de viajar a El Vaticano, según describe la iglesia católica.

En sus palabras, Santana Hernández explicó la indulgencia que ganarán los asistentes de esta procesión o de todos los eventos que programan en este “templo jubilar”.

“¿En qué nos va a ayudar? Pues, sobre todo, poder entrar a ese preciado cielo, verdad, y junto con Papito Dios. No vamos a tener que llegar a lo que se le llama el purgatorio. Vamos a ir directo, como dice uno, con ese pase de cortesía, porque ya ganamos nuestras indulgencias”, detalló el sacristán.