Ligera mejoría en los ingresos de los hogares y en la disminución de la pobreza
También se registra un alza en el nivel de escolaridad de las personas mayores de 25, según la Encuesta sobre la Comunidad.
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La mediana de ingresos en los hogares de Puerto Rico aumentó ligeramente en los pasados años, aunque cuatro de cada 10 familias continúan con ingresos que las colocan en niveles de pobreza, y muchas más tienen ingresos muy cerca de ese umbral, según revelan los datos de la más reciente Encuesta sobre la Comunidad del Negociado del Censo de los Estados Unidos, y que dio a conocer recientemente el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico.
Por otro lado, las cifras también revelan un aumento, en este caso más significativo, en el nivel de educación alcanzado por las personas de 25 años o más, tanto de grado de bachillerato o más, como de nivel de escuela graduada o más.
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De acuerdo con esos datos, que cubren el periodo entre 2019 y 2023, un grupo de municipios cercanos al área metropolitana de San Juan se mantienen como las áreas con una mediana de ingreso mayor (más de $30,000 al año), mientras que una docena de municipios en el centro y oeste reflejan las medianas de ingreso más bajas (menos de $20,000 al año).
Asimismo, más de la mitad de las familias con una mujer como jefa del hogar, sin un esposo presente, viven en situación de pobreza, y lo mismo ocurre con aquellas familias con algún menor de 18 años.
De acuerdo con la Encuesta, la mediana de ingresos en el hogar reflejó un aumento “cercano a los $500″, mientras que la mediana de ingreso familiar creció en “poco más de $1,000″, si se compara con el período previo de 2014 a 2018, comentó Alberto Velázquez Estrada, gerente senior de proyectos estadísticos del Instituto de Estadísticas.
De manera similar, al comparar el llamado índice de pobreza con los dos periodos previos, según diferentes tipos de familias, “en todos los renglones decreció el nivel de pobreza”, si bien “en puntos porcentuales leves” y no de manera significativa.
“Pero es buena noticia que no aumentara más, que vaya en la otra dirección, decreciendo”, subrayó el experto.
“No obstante, cuando uno ve el ‘overall’, cuatro de cada 10 familias (38.2%), o personas, siguen estando en los niveles de pobreza o cercano a ella, así que son muchas personas que siguen necesitando apoyo. Hay trabajo por hacer”, agregó.
Destacó en particular la situación de los grupos de las familias con una mujer como jefa de familia, donde el 55.4% vive en situación de pobreza, y las familias con un menor de 18 años, donde el 51.6% están por debajo del umbral de pobreza, y consideró que deberían ser “prioridad” a la hora de enfocar la política pública.
En tanto, Velázquez Estrada comentó que los datos también reflejan que la distribución de los ingresos no ocurre de manera similar a través de la Isla, y “se puede ver fácilmente como el área centro oeste de Puerto Rico… de los 17 municipios que reflejan menos ingresos en el hogar, que estamos categorizando como menos de $20,000 (anuales), 14 de esos 17 se encuentran en esa región centro oeste, lo cual requiere trabajar con política pública para mejorar la estabilidad económica. Ahí tienes unos 17 municipios que serían prioridad para atender”.
Agregó que la mayoría de los otros municipios, 53, están con una mediana de ingresos en el hogar entre $20,000 a $30,000 anuales; mientras que otros 7 (Carolina, Trujillo Alto, Gurabo, Caguas, Toa Alta, Bayamón y Dorado) reflejan una mediana de ingresos mayor a $30,000; y Guaynabo, “que usualmente sobresale”, y “confirman los datos que sigue siendo así”, es el único con una mediana de ingresos superior a los $40,000, específicamente de $46,048.
El experto aclaró que esas cifras no significan necesariamente que toda familia que vive en ese municipio tenga esos niveles de ingreso, pues esa mediana “incluye, agrega a todos los hogares” dentro del municipio, pero, por ejemplo, “sabemos que hay unos sectores dentro de Guaynabo que sí, tienen mayores ingresos, pero hay otros sectores que, por el contrario, están en situación de pobreza, hay comunidades con mayor necesidad”.
Asimismo, al establecer esa mediana de ingresos, que busca ser representativa de todos los hogares de la jurisdicción, se establece un tope para controlar aquellos posibles valores atípicos fuera de la norma, como podría ser el ingreso comparativamente desproporcionado de una familia multimillonaria.
En el caso de los siete municipios en lo que sería “el segundo grupo” de mejor situación económica en el hogar, llama la atención que son aledaños a San Juan, y “posiblemente” se trata de una gran cantidad de personas que “trabajan cerca del área metropolitana de San Juan, pero residen fuera de esa área”, o lo que también se conoce como “municipios durmientes”, es decir, cuyos residentes van y duermen allí, “pero la mayoría de sus actividades pues van a hacerlas a San Juan”.
En cuanto al área del suroeste en particular, donde se concentran algunos de los municipios con mediana de ingresos más baja, explicó que los datos reflejan el impacto de reducción poblacional que han sufrido esa zona durante la última década, asociado entre otros asuntos a los temblores del 2020, así como la inestabilidad económica. De hecho, recordó que varios de esos municipios perdieron cerca del 25% de su población en años recientes.
Por otro lado, Velázquez Estrada resaltó que “se esperaba ese aumento” en los ingresos, pues “se ha ido incrementando paulatinamente lo que es el ingreso por el salario mínimo, por ejemplo, y también las ofertas de oportunidad (de trabajo) se han tenido que ir ajustando ante la necesidad de reclutar. Así que, en ese sentido, los datos nos están confirmando que sí, se está reflejando ese ingreso tanto en los hogares, las familias como tal”.
Mirando al nivel de pobreza y la ligera disminución que experimentó, explicó que, entre algunos asuntos a considerar, es que toma en cuenta el tamaño promedio de la familia, que, si se compara con el tamaño promedio de las familias de hace una década, ha disminuido, y “ahora anda por dos, cerca de tres (personas)”.
Asimismo, sostuvo que otro factor a indagar es el efecto que pueda tener la migración, pues muchas de esas personas migrantes podrían ser “personas en situación de pobreza que van a buscar oportunidades en otra jurisdicción”.
Sobre ese aspecto de la migración, recordó que la misma Encuesta sobre la Comunidad, refleja que si bien la migración neta cayó a sus niveles más bajos de las pasadas décadas en 2021 y 2022 (cerca de 16,000 personas saliendo), luego del pico experimentado en 2018 tras los huracanes, para el 2023 volvió a aumentar otra vez a cerca de 20,000 personas saliendo.
Más educados
Mientras, en otras cifras que podrían considerarse positivas, Velázquez Estrada destacó que la Encuesta refleja, un aumento llamativo en el nivel de escolaridad de las personas de 25 años o más, en comparación con los periodos anteriores similares de cuatro años.
“Se puede ver que las personas de 25 años o más, con grado de bachillerato o más, solían ser el 25.3% y ahora con los nuevos estimados hasta el 2023 aumentó a 29.1%. Eso nos está reflejando que hay más personas en este caso con algún tipo de capacitación de bachillerato o más, de un grado universitario o más”.
De igual forma, el porcentaje de personas de más de 25 años con nivel de escuela graduada o más aumentó de 75.5% en el 2018, a 80.4%.
“Eso es positivo, en el sentido de que estamos hablando de que ocho de cada 10 personas de 25 años o más tiene al menos un grado de ‘high school’ o más. Son buenas notas”, resaltó. “Eso confirma que hay más personas capacitándose”.
Aunque la Encuesta no detalla si hay conexión entre ese aumento en los niveles de escolaridad y la disminución de pobreza, sostuvo que hay estudios que indican que, “usualmente, a mayor nivel educativo, mayor ingreso se esperaría en las oportunidades que puedan tener esas personas”.
Velázquez Estrada recalcó que la idea con la publicación de la Encuesta, que “abarca una gran cantidad de temas”, incluyendo “indicadores sociales, económicos, del hogar y demográficos”, es aportar a la toma de decisiones sobre política pública.
Aclaró que, para propósitos de estos estudios, se usa el umbral de pobreza federal, que considera ingreso total que entra al hogar versus la composición del hogar. Al 2023 estaba fijado en un ingreso de $15,480 anuales para un hogar de una persona. De ahí “se le añaden usualmente de $4,000 a 5,000″ por cada persona adicional en el hogar, y, por ejemplo, para un hogar de dos personas, para el 2023, se consideraba $19,680 el umbral de pobreza.
Sin embargo, el experto acotó que “aquí hay que tener un poco de cautela”, pues hay muchos hogares que, tomando ese ejemplo de una familia de dos personas, podrían haber ganado $20,000, que serían apenas $320 por encima del umbral, “y eso es una diferencia que en el día a día sabemos que no es tan sustancial y posiblemente estén pasando también por una situación de pobreza”.