La antigua lechonera, El Rancho de Apá, reabrió este fin de semana, sólo con platos a la venta por encargo, repartidos a la clientela mediante un sistema de servicarro.

Entre sábado y domingo, el negocio, que ubica en la Carrera 173, que conduce de Guaynabo a Aguas Buenas, vendió casi 500 libras de lechón asado a la varita.

“Los dos días (sábado y domingo) se fue todo”, dijo Delinés Ramos Vázquez, hija del propietario de la lechonera, que había cerrado desde el pasado 13 de marzo. Ramos explicó que durante la pasada semana comenzaron a recibir las órdenes a través de Facebook e Instagram y los clientes las recogían sin bajarse de sus carros, pagando en efectivo o ATH móvil.

“Estamos bien agradecidos de los clientes porque acataron todas las instrucciones, pese a ser la primera vez que trabajamos con todo ese protocolo de seguridad con mascarillas y guantes y ellos, llevaban también sus mascarillas y guantes”, sostuvo la comerciante.

Dijo que las personas aguardaban en sus carros en el estacionamiento y explicó que la espera no duraba más de 10 minutos. Agregó que por ahora sólo abrirán sábados y domingos, de 10:30 de la mañana a 1:30 de la tarde para completar la entrega de las órdenes.

“Las ventas han sido mayores de lo que esperábamos. El lunes pasado decidimos reabrir, lo anunciamos en las redes sociales y desde entonces los teléfonos no han parado”, narró.

El plato de almuerzo, a un costo de $9, incluía lechón asado, arroz con gandules y un guineíto hervido. Otros extras a la venta eran, pasteles, morcillas y “panas en escabeche”.

“Ayer sábado se vendieron 250 libras de lechón (seis lechones) y hoy 220 libras más de cinco cerdos. Esto ha sido una cosa sin precedentes para esta fecha, una cosa así se vende en un días especiales como madres, padres y Reyes”, indicó Ramos.

“Lo de nosotros es menos cantidad y más calidad y el lechón es de aquí cien porciento. Este fin de semana también le benefició a nuestro suplidor a quien le han mermado las ventas. Estamos bien contentos porque superamos las expectativas”, reclamó la comerciante, quien detalló que en el negocio, sustento de la familia, laboran ocho empleados “todos familiares, incluyendo a mi papá, Luis Ramos, que es el que sirve”.

Añadió que su abuelo Bernardo Ramos, ya fallecido, fundó la lechonera hace más de cincuenta años.

“El próximo fin de semana volvemos y en la semana anunciaremos si vamos a tener algún producto adicional, como la pana en escabeche”, sostuvo.