Don José Antonio Hernández suele llegar temprano en la mañana frente a la iglesia de Porta Coeli y se estaciona, como siempre, en el segundo banco al lado izquierdo de la plaza.

Lleva consigo un radio, una carpeta con varios CD’s y un estuche, del que saca el instrumento con el que amenizará la plaza por unas horas. 

Pero no se trata de un instrumento convencional. Es, más bien, una herramienta de trabajo que puede producir melodías.  

“Se conoce como el serrucho musical o sierra musical y es simplemente eso: Un serrucho de carpintero común y corriente que se le saca distintos sonidos”, dijo Hernández, de 71 años y maestro retirado de música. 

“Es bien sencillo. Se coloca el cabo entre las piernas y se usa un arco de violín para frotar la parte lisa del serrucho. Al frotarlo, la hoja del serrucho vibra y con las inclinaciones de la hoja del serrucho, se consiguen las distintas notas musicales. Mientras más se dobla, más agudo el sonido”, explicó Hernández, natural de San Germán.

Pero además, Hernández ha hecho algunas variaciones y ha sustituido el arco de violín con otros objetos cotidianos como un gancho de ropa, un lápiz o un pedazo de madera con una circunferencia de cinta adhesiva, entre otros.

 Con su serrucho interpreta distintas melodías, aunque prefiere interpretar danzas puertorriqueñas, boleros de compositores ilustres del País, música clásica e internacional, entre otros. 

Su pequeño radio reproduce la música instrumental y él, con su serrucho, aporta la melodía. 

Esta modalidad, según Hernández, comenzó hace más de 200 años, pero en Puerto Rico apenas se conoce.

“No se sabe exactamente quién fue el primero que un día cogió un serrucho y le sacó música, pero lo cierto es que se descubrió hace más de 200 años y comenzó a interpretarse simultáneamente en Estados Unidos y Europa. Tuvo su auge en la década de 1920 en los escenarios de Vaudeville. Pero también se usaba como efecto especial para el cine”, puntualizó.

Fue luego de su retiro como maestro, hace poco más de seis años atrás, que se interesó por este instrumento. A través de vídeos de Youtube vio músicos de distintas partes del mundo interpretar el serrucho y quiso aprender.

“Fui donde mi mamá y le pregunté si tenía un serrucho en su casa. Mi mamá me dio uno viejo que pertenecía a mi abuelo y que estaba lleno de moho. Estuve tres días ligándolo, lo pinté y lo puse como nuevo otra vez”, rememoró.

Desde entonces, José pasa varias horas, de miércoles a domingo, frente a Porta Celi deleitando a los visitantes con su música. Pero, además, ha sido invitado a participar de eventos de envergadura, como el, natalicio de Lola Rodríguez de Tió, homenaje a otros músicos sangermeños y hasta bodas. 

“La reacción de la gente es muy positiva. Les encanta el sonido del serrucho. Para el 90% de las personas que se paran aquí, es la primera vez que ven música con un serrucho”, contó Hernández. 

“Mi intención es dar a conocer este instrumento públicamente, ya que en Puerto Rico casi nadie lo conoce. Y si a alguien le interesa aprender, yo con mucho gusto le doy clases privadas, para que no se quede en mí nada más. No es difícil aprender”, aseguró. 

Para aquellos que quieran aprender sobre este instrumento o contrataciones puede llamar al profesor José A. Hernández al 787 673 5837.