Ante los retos de salud a nivel local, los 37 programas de residencias del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR) brindan un servicio indispensable para el Centro Médico y el sistema de salud del país, enfatizó la infectóloga y decana asociada interina de Educación Médica Graduada, Arelis Febles Negrón.

Febles Negrón destacó que los cerca de 450 médicos residentes fortalecen el servicio al único hospital en el país y el Caribe y el Caribe que provee atención médica a un nivel “supra terciario” o a “personas médico-indigentes”, individuos con condiciones de salud críticas, de alto riesgo y personas que no pudieron tratar su condición en otras instituciones porque no cuentan con los recursos para recibir atención médica.

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“Un residente es un médico que se graduó de una escuela de medicina y entra a un programa estructurado de una especialidad en medicina; por ejemplo, se gradúan de la Escuela de Medicina y van a entrar a que los entrenen como médico internista, médico de familia, pediatra, psiquiatra”, definió, por su parte, la doctora Débora Silva Díaz, pediatra y decana interina de la Escuela de Medicina.

La infectóloga y decana asociada interina de Educación Médica Graduada, Arelis Febles Negrón.
La infectóloga y decana asociada interina de Educación Médica Graduada, Arelis Febles Negrón. (Xavier Garcia)

Durante el entrenamiento, los médicos recién graduados dan cuidado de salud directo y supervisado por sus profesores a los pacientes más necesitados en el Centro Médico y el Hospital Universitario de Carolina, entre otros centros alrededor de la isla, destacó Silva Díaz.

“Nuestros programas se destacan por múltiples cosas. Número uno, por el servicio que dan a la población de Puerto Rico. Número dos, porque muchísimos de los estudiantes de residencia, el 100% de los residentes, pasan el ‘board’ de la especialidad de la primera vez que lo toman”, aseguró.

Todos los programas de residencias en el RCM están acreditados por el Consejo de Acreditación de Educación Médica Graduada (ACGME, por sus siglas en inglés) y la Junta Americana de Especialidades Médicas (ABMS, en inglés), que se encargan de garantizar que todos los residentes, al graduarse cuenten con las competencias necesarias para ejercer la especialidad, informó Silva Díaz.

La doctora Débora Silva, izquierda, junto a un grupo de residentes.
La doctora Débora Silva, izquierda, junto a un grupo de residentes. (Xavier Garcia)

“La importancia de tener programas de residencias acreditados, estriba en asegurar la calidad del entrenamiento de los médicos que graduamos, aparte de que estos médicos, durante su entrenamiento, están dando cuidado de salud directo y supervisado por la facultad”, agregó Silva Díaz.

Los residentes se someten a evaluaciones semestrales que deben cumplir para finalizar su entrenamiento. Esos requisitos incluyen destrezas básicas, desde higiene, hasta la rotación por diversas áreas de su especialidad, explicó la decana de la Escuela de Medicina.

“Mientras estoy atendiendo un paciente, estoy enseñando”, destacó Silva Díaz a la vez que explicó que los profesores también brindan servicios médicos en los hospitales donde enseñan.

La administración de Ciencias Médicas también trabaja en la creación del nuevo programa de Neurocirugía, para solicitar al ACGME una nueva acreditación. El RCM perdió la acreditación del antiguo programa de Neurocirugía en junio de 2022.

Residencia en pediatría

Silva Díaz, catedrática en el Departamento de Pediatría y hospitalista en el Hospital Pediátrico Universitario hace 23 años, es una de los 100 profesores-médicos (o attendings, como se conoce en los hospitales) que brinda servicio al único hospital pediátrico supra-terciario en el país, localizado en Centro Médico.

En la actualidad, en el Hospital Pediátrico Universitario hay 13 residentes médicos. Una de ellas es Claudia Francia Borrero, quien describió su experiencia como una de “constante crecimiento y constante reto”.

“La mayoría de los pacientes que recibimos aquí en el Hospital Pediátrico son pacientes bastante críticos y los pacientes con condiciones más crónicas que hay en el país”, explicó Francia Borrero.

La rutina de un médico residente consiste en llegar temprano en la mañana, recibir una actualización del estado de los pacientes durante la noche, visitar cada cuarto, analizar laboratorios y más tarde pasa la visita del catedrático junto con el residente, detalló.

“El ver los pacientes irse a sus casas mucho mejor de lo que llegaron, además de que uno crea una relación, sobre todo en pacientes que son bien crónicos, por ejemplo, el piso de oncología. Son pacientes que uno aprende a conocerlos porque constantemente están aquí; conoces sus nombres, las cosas que le gustan, las cosas que no le gustan y creas ese ‘bonding’ con ellos y sus familias”, relató Francia Borrero.

“Cuando estás en la Escuela de Medicina te dicen parte de lo que es ser médico, pero no es hasta que estás aquí en el field que te das cuenta de la realidad. Cada historia de los pacientes es bien significativa para nosotros y de cada una de ellas nos llevamos algo”, sinceró la residente que lleva 6 meses en el Hospital Pediátrico.

Alguien que es testigo del trabajo y servicio que brindan los residentes es Angelgabriel Cosme Crespo, de 15 años. Sentado en una sala del piso de pediatría, mientras jugaba Fortnite en un televisor, el adolescente contó que lleva visitando intermitentemente el Hospital Pediátrico desde su nacimiento, debido a varias condiciones de salud.

“A él lo están recibiendo aquí desde los cuatro días de nacido, tiene VIP ya”, contó su madre, Sigrid Crespo Rosado, con una sonrisa. “Realmente aquí conocen muy bien su condición. (…) Nuestra experiencia de estos 15 años aquí es que ya somos familia, siempre están bien pendientes y tienen mucha empatía”, continuó.

Movido por lo que ha sido su experiencia de años siendo tratado en este centro hospitalario, Cosme Crespo (estudiante estrella de la Fundación Hospital Pediátrico) aseguró que su interés cuando sea adulto es ser enfermero debido a su relación estrecha con los hospitales y la medicina. “Siempre he estado en hospitales y uno también lo aprovecha para tener conocimiento de todo”, abundó.

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