NOTA ACLARATORIA: Esta columna aparece por excepción y accidente. El apagón afectó mi computadora, la cual aún corre en Windows 95 y no ha recibido ningún tratamiento de defensa desde el Y2K. Mi computadora tiene más virus que una convención de prostitutas tercermundistas. La cosa es que confundió la fecha, y me hizo creer que aún tenía que enviar mi columna semanal a Primera Hora.

OTRA NOTA ACLARATORIA: Escribiendo esto, acabo de descubrir no existe la palabra “viruses”. Qué pena, tan bien que sonaba.

Nuestra isla sufrió una de las mayores tragedias que puede ocurrir en tiempos modernos: Los boricuas no pudieron subir a Instagram las fotos del cielo estrellado sobre su casa. La primera razón es porque no tenían electricidad para cargar sus celulares. La segunda es que, como todos sabemos, las fotos que se toman de las estrellas con el celular son una leña, a menos que usted use una técnica que sugieren los fabricantes de unidades móviles: Párese cerca de la estrella para sacar la foto, preferiblemente a unos diez pies de distancia.

Esto no quiere decir que las redes perdieron actividad. Todo lo contrario. Los boricuas se mantenían comentando, sin que ninguno se preocupara por el impacto en los hospitales o en la economía o en los hogares de cuido. No. Todo el mundo estaba preocupado por cuanta carga le quedaba al celular. Era como una especie de ruleta rusa, donde de pronto alguien dejaba de “postear” o comentar y decías: “Se fue ajuste”. Esa noche estar en las redes era como estar viendo un telemaratón de “Viernes 13”.

Voy a poner al día a quienes estuvieron fuera de las redes durante el apagón, bien sea porque gastó la batería del carro, o porque el Galaxy Note le explotó encima y sufrió quemaduras en segundo grado. Esto es el resumen:

1) El apagón es un momento justo para discutir sobre la necesidad de privatizar la AEE. Y para debatir sobre NoMeQuito vs. MeQuité. Y para sermonear contra el neoliberalismo (para quienes no sepan lo que significa “neoliberalismo”, la Real Academia Española lo define como: “Palabra para hacerte lucir como el más intelectual y el más rebelde. Oh, wow.”)

2) Qué calor hace.

3) El pueblo está agradecido a la UTIER, y los trabajadores de la AEE son tan buenos que cuando mueran habrá que enterrarlos con pesas, o son capaces de levantarse al tercer día (obviamente, esto es cosa del momento, y el boricua cambiará su postura cuando vea que hay cinco de ellos para cambiar un foco en la calle, de los cuales cuatro miran desde abajo).

4) El pueblo está agradecido a la policía, y el boricua cambiará su postura en, más o menos, 20 segundos.

5) ¡Que no puedo con el calor! ¡Ay, me estoy quedando sin carga! ¡Oh goooood! ¡Es Jason!

Ahí está. Aunque nos la pasemos criticando la reacción de pánico de nuestro pueblo, algo debemos reconocer: nadie usó la oportunidad para saquear o hacer daño. Por supuesto, si todo el mundo estaba ocupado buscando carga.

Ahora los dejo. Tengo que instalar Windows XP.