La voz de Rhaiza sigue viva a 10 años de su muerte
Mayra Plumey, madre de la joven, que falleció a los 32 años de cáncer cervical, narra su proceso de sanación y cómo el testimonio de su hija continúa salvando vidas en la Isla
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Rhaiza Vélez Plumey murió un día como hoy hace 10 años, pero su voz no se ha apagado.
La mujer, quien falleció a los 32 años de cáncer cervical, abrió la puerta a una ferviente lucha contra los cánceres asociados al virus de papiloma humano (VPH) que ha generado muchos avances en la Isla. Entre los más importantes está el haberse mejorado los accesos a la vacuna que previene el cáncer y aumentar la cifra de menores de edad que tienen su primera dosis a un 92%.
El VPH, que se transmite durante el contacto sexual, es responsable del 99% de los casos de cáncer cervical, así como de otros órganos relacionados al sexo, como del ano, pene, vagina, vulva y orofaringe (área boca y garganta).
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En el caso del cáncer cervical, la incidencia en la Isla es alta. La Organización Mundial de la Salud estipula que, con los accesos a la vacuna y otras medidas, la incidencia debe estar en cuatro casos por cada 100,000 mujeres. Sin embargo, en la Isla se registran 11.5 casos por cada 100,000 mujeres, reveló la epidemióloga e investigadora del Centro Comprensivo de Cáncer, Ana Patricia Ortiz.
Rhaiza es importante en esta lucha, porque le dio cara al dolor y derribó los tabúes que se levantan alrededor de estos cánceres vinculados a la transmisión sexual.
Su muerte hace 10 años dejó al que era su esposo, Juan Carlos Cruz Rodríguez, al cuidado de tres pequeñines, que para aquel entonces tenían uno, dos y cuatro años.
Mientras, su madre, Mayra Plumey, continúa con ese esfuerzo que realizó Rhaiza al hacer pública su historia en un videoreportaje publicado por El Nuevo Día días antes de que falleciera y a siete meses de ser diagnosticada con cáncer cervical. Lo que buscó fue hacer un llamado para prevenir el cáncer cervical mediante la vacunación, las pruebas de detección del VPH y la realización del Papanicolaou (PAP).
El mensaje de Rhaiza era sencillo: “Yo quiero que otras mujeres igual que yo, jóvenes, no pasen por lo mismo”.
Ese mensaje resonó y logró que una organización sin fines de lucro, VOCES (Coalición de Inmunización y Promoción de la Salud) acogiera su llamado. Fue cuando se creó Las Voces de Rhaiza.
“Luego de 10 años, yo te tengo que decir que los años pasan y el dolorcito sigue ahí, pero ya eso se ha superado. Estoy agradecida a VOCES, que me ha dado esta oportunidad de convertir lo que pudo haber sido un dolor bien intenso, porque no estamos preparados para perder un hijo, siempre los hijos están preparados para perder a su mamá, pero no a la inversa, en un movimiento que me mantiene viva. Mantiene a Rhaiza viva, mantiene su legado, su voz viva, y en lo que a mí respecta, pues, se ha convertido en un movimiento de esperanza, donde ese dolor lo convertimos en algo positivo”, sentenció Plumey.
La misión de Las Voces de Rhaiza es hacer que Puerto Rico esté libre de cáncer cervical y otros cánceres asociados al VPH, al aumentar las personas vacunadas contra los efectos del virus, explicó la principal oficial de la organización, Lilliam Rodríguez Capó.
La voz de Rhaiza
Pero, ¿cuál es esa voz de Rhaiza?, se le preguntó a su madre y a Rodríguez Capó.
Plumey señaló que “la voz de Rhaiza lo que significa es ‘take early action and live’, toma acción temprana para que puedas vivir. Y acción temprana quiere decir prevención, detección y si puedes vacunarte, vacúnate”.
Manifestó que esa voz de su hija lo que clama es a prevenir el cáncer o lograr que las mujeres lo detecten a tiempo y puedan tratarlo. Es que cuando a Rhaiza le detectaron el cáncer, esta enfermedad ya había comprometido otros órganos.
Rodríguez Capó, por su parte, destacó que “yo creo, realmente, que la importancia de la historia de Rhaiza es que le dio cara a esta enfermedad, le puso nombre a esta enfermedad. Es una enfermedad silente que no vamos a saber hasta que ya no hay unos síntomas bastante significativos. Así que, al haber compartido su historia, ha dejado un legado de que cuando la gente escucha el nombre de Rhaiza, sabe que es una enfermedad que tenemos que atender, que es una enfermedad que tenemos que prevenir, que es una enfermedad que se puede detectar y es una enfermedad que se puede recibir tratamiento para que evitemos que historias como la de Rhaiza se repitan”.
“En Puerto Rico 49 mujeres de cada 100,000 anualmente son diagnosticadas con cáncer cervical. Así que por lo tanto hay muchas Rhaizas allá afuera. Y para mí la parte más importante es haber tenido este valor de haber compartido su historia y de cómo ha tocado la vida de tantas mujeres y de tantas familias que hoy yo puedo escuchar sus historias donde me dicen me identificaron el virus, me encontraron este cáncer cervical en una etapa bien temprana. Entonces, de esa manera, pues seguimos salvando vidas”, añadió.
Avances logrados
Según contó la portavoz de VOCES, el movimiento que surgió inmediatamente después de que Rhaiza revelara su historia ha generado grandes avances en la lucha contra el cáncer ocasionado por el VPH.
Explicó que lo primero que desarrollaron fue un plan de acción para promover la educación en los medios de comunicación, en foros religiosos y en la comunidad en general. Esa educación incluyó promover la vacuna contra el VPH, que se puede utilizar en hombres y mujeres desde los 11 años hasta los 45.
Además, el grupo intervino con la política pública. Logró que la vacuna fuera obligatoria en estudiantes de edad escolar, que los farmacéuticos pueden inocular a los menores de edad, que toda vacunación contra el VPH deba ser reportada al Departamento de Salud para que monitoree el que las personas se vacunen con las próximas dosis que le corresponden, así como que los planes médicos cubran el costo de la vacuna y de todas las pruebas de detección del virus. También se logró que se declarara el mes de enero como el mes de prevención contra el cáncer cervical.
“En donde estamos trabajando ahora es buscando la manera de cómo acortamos ese periodo de tiempo que una persona que se le diagnostica cáncer cervical pueda tener acceso a los tratamientos, porque existen tratamientos que también pudieran curar si detectamos esta enfermedad a tiempo. Así que, si te fijas, ha sido un largo trecho de trabajo de 10 años trabajando por la política pública y, sobre todo, creando este movimiento que nos ayuda a que cada día creemos conciencia de la importancia de atender este asunto, que es un asunto de salud pública para el país”, resumió Rodríguez Capó.
A lo largo de estos 10 años, mencionó que han aumentado la vacunación del VPH entre niños de 11 a 18 años de un 72% a un 92% en la primera dosis.
Según se ha establecido, para menores de entre 11 a 14 años son dos dosis de la vacuna y para mayores de 15 son tres dosis.
“Ahora donde tenemos el reto, si le podemos llamar así, es en la población de 19 a 26 (años) que, al no ser una vacuna requisito, al ser personas que ya pudieran tomar la propia decisión, pues estamos en esa fase educativa dentro de las universidades, llevando la información y en los patronos para también ayudarlos a que tomen decisiones informadas. Nosotros no estamos obligando a que nadie se vacune. Nosotros queremos dar educación para que las personas tomen decisiones informadas”, explicó.
En todo este esfuerzo educativo, Plumey participa activamente. Señaló que en cada evento que se realiza para promover el mensaje que quería impulsar su hija encuentra a mujeres que le dicen que gracias a Rhaiza le detectaron el cáncer a tiempo o que las motivó a ir al ginecólogo a realizarse el PAP.
“En este mes de enero, siempre hay cinco, seis, siete mujeres que me dicen: ‘Gracias a Rhaiza, hoy yo puedo contar mi historia’. Eso es impactante”, sostuvo.
La madre afirmó que en los pasados 10 años se siente cada día más orgullosa de que su hija haya decidido alzar su voz, contar su realidad y motivar a otras mujeres para que no sufrieran.
“Yo estoy plenamente orgullosa, orgullosa de lo que ella hizo, que en ese momento ni siquiera me di cuenta, y feliz y honrada de que VOCES me haya dado esta oportunidad de mantener la voz de Rhaiza viva”, afirmó.
Indicó que, como memoria de los 10 años de fallecimiento de su hija, sólo desea que las mujeres hagan cita con sus ginecólogos para que se realicen las pruebas de detección de cáncer y que salgan a vacunar a sus hijos.
Plumey aceptó que hoy sentirá el vacío que dejó su hija Rhaiza, pero estará agradecida por muchas otras cosas. A modo familiar, señaló que está agradecida de que puede compartir con sus nietos y de que estos hablan de su madre “en una conversación natural”.
“A veces, la gente me pregunta: ‘¿y tú ves los nenes?’ Pues, yo soy bendecida y agradecida a Dios, que tanto el papá de sus hijos, (de Rhaiza), como su nueva pareja, verdad, porque se volvió a casar, me siento honrada y todos los días le doy gracias a Dios porque no son muchas las personas que tienen la oportunidad de vivir y de compartir con sus nietos de la manera en que yo lo puedo hacer en ausencia de mi hija. Usualmente, la mamá es la que jala para su lado. Pero, en mi caso, pues su papá siempre me ha mantenido presente en la vida de sus niños”, reveló.