Ramón Antonio Fonseca Echevarría planificó su vida para dedicarse al magisterio. Más adelante, vendió carros e, incluso, hasta fue comerciante.

Sin embargo, la vida lo llevó por otro rumbo no contemplado: dedicarse a la venta de billetes de Lotería Tradicional.

El hombre de 73 años se interesó cuando su hoy fenecida suegra, Carmen Miranda, sufrió complicaciones de salud que le impidieron continuar su rol de vendedora de billetes.

“Mi suegra tenía los billetes en la casa y era ya bien viejita y no los podía vender. Entonces mi esposa, Carmen M. Soto, me dijo que la ayudara y yo me los llevaba y se los vendía. Ella murió hace años y la agencia de ella me la dieron a mí hace como 15 años, aproximadamente”, contó Fonseca Echevarría.

“No me imaginaba. Yo fui maestro de todas las clases: español, inglés, matemáticas, luego me fui a vender carros. También tenía negocio, tuve un ‘liquor store’, lo vendí y me quedé enzorra’o en casa. Entonces, fue que me fui a ayudar a doña Carmen (suegra) y poco a poco fui aumentando los billetes que vendía”, recordó el billetero.

De esta manera, la Lotería Tradicional se convirtió en su sustento y en un medio para ayudar a otros que, como él, ejercen este oficio.

“Mi puesto es en el supermercado Ralph’s, pero un muchacho que tenía billetes se enfermó y le dio algo en el corazón y fue a hablar conmigo a mi casa a ver si lo ayudaba a vender los billetes en la Cooperativa de Ahorro y Crédito del Valenciano (Valencoop), donde él se paraba. Le dije que estaba bien, pero que tenía que hablar con el presidente de la cooperativa para que me dejaran ahí, y ellos me dieron el permiso para que yo siguiera allí y ayudara al muchacho. En esas he estado, ayudándolo con sus billetes y, de una vez, vendo los míos”, dijo el junqueño.

Fonseca Echevarría trabaja todos los días, de lunes a domingo, pero aún así reconoce que ha sido retante cumplir con las ventas y ayudar a su compañero.

De hecho, dijo que para hacer la venta de billetes más atractiva, se puede ajustar el monto del primer premio para otorgar más premios menores, pero de mayor cantidad.

“Pueden hacer más premios llamativos, por ejemplo, que el premio mayor no sea de $250 mil, que dejen el premio de $200 mil semanalmente y los otros $50 mil vamos a meterlos en premios de $500, $300, $400, $900. Que, si alguien se pega, vea que se sacó $900 que son buenos, porque cuando son de $100 todo el tiempo no es lo mismo”, recomendó.

Fonseca Echevarría ha vendido diferentes premios, señaló tras destacar que su mayor satisfacción es ayudar a los demás.

“A mí lo que me gusta de ser billetero es que me entretengo esas horas que estoy allí y me busco mis chavitos. Puedo conocer a muchas personas y las ayudo cuando estoy allí. A veces no saben sacar dinero de la ATH y hasta les doy información de la cooperativa. Cuando me voy pa’l supermercado (Ralph’s) y no vengo para acá, el que limpia aquí me llama porque la gente me busca. Se entretiene uno en eso”, dijo el vendedor de billetes, a quien encuentran los miércoles y domingos en el Supermercado Ralph’s y el resto de los días en Valencoop, en Juncos.