Una cerradura mal instalada o una puerta a medio abrir puede ser la llave de acceso de un delincuente cualquiera.

Aun cuando a nadie le gustaría vivir encerrado, el azote de violencia ha obligado a mucha gente a revisar cuán seguro es el lugar donde vive y cuán efectivas son las medidas de seguridad que toma.

Desde bombillas sensibles al movimiento hasta alarmas y cámaras de seguridad, los disuasivos para evitar que un criminal ingrese al hogar no están de más. Mucho menos si se cuenta con los ingresos para su adquisición.

Joan Manuel Sánchez, de Absolut Power, explicó que la mayoría de las residencias tienen una cerradura “normal” en la puerta de entrada. “Son bien frágiles”, mencionó Sánchez.

Para asegurar la entrada, Sánchez recomienda una cerradura grado dos o uno, lo que dificultaría forzar la puerta. “La grado uno es high security. Habría que picarla con acetileno para poderla romper y la llave no se puede copiar. Es bien costosa, pero aguanta hasta taladro”, aseguró.

Para el vendedor de equipos de seguridad lo básico en una residencia sería un sistema de alarma.

Aunque a algunas personas les inquieta la posibilidad de que se active la alarma, para el gerente de ACT Security Systems, Doel Miranda, “es mejor levantarse con el ruido de una alarma que con el flash light en la cara”. “La idea es que uno se despierte antes de que el pillo lo despierte a uno”, declaró.

Esperar a que ocurra un evento para instalar un sistema de seguridad es, para Miranda, un error.

“Ahora con lo que pasó en Escorial nos han estado llamando. No se puede esperar a que llegue un huracán para protegerse”, mencionó.

Las cámaras, aunque no necesariamente protegen, sí son un disuasivo.

“El delincuente no se arriesga a tomarse la misión de entrar a no ser que conozca cómo evadirlas, además de que tienes la evidencia”, explicó Sánchez.

Elías Llabrés, de Industrial Security Products, mencionó que mantener todo cerrado, aun de día, es un arma de protección. “La gente acostumbra dejar las puertas abiertas”, reveló.

“Hay gente que por costumbre dejan las puertas sin seguro. Llegan por la tarde y no encuentran nada en la casa”, expresó Llabrés.

Entre las recomendaciones, el consejero en seguridad mencionó no tomar la misma ruta hacia la casa, no abrir la puerta sin saber quién está detrás y adoptar la rutina de revisar todos los accesos al hogar antes de acostarse a dormir.

Roberto Galindo, de ARA Security Integrators, recomendó que las personas se orienten con un consultor de seguridad antes de adquirir el sistema de protección para su hogar. “La mayoría son buenas, pero se debe tener cuidado”, manifestó.