La importancia de los cayos
Hay grupos que entienden que este tipo de recursos naturales debe asignársele un precio altísimo.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 10 años.
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Los fines de semana, poder llegar o admirar siquiera el cayo caracoles en Cabo Rojo es casi imposible. Cientos de personas se estacionan en yates, lanchas, jet skis, ‘dinguis’ y yolas rústicas alrededor de sus cristalinas aguas para pasar el día como si fuera el Paraíso.
Pues sepa que ese pedacito de tierra -o cualquiera de los cerca de 300 cayos, islotes o afloramientos rocosos que hay alrededor del país- rodeado de agua en la que sumergirse es un placer, tiene una importancia mucho mayor de la que se puede apreciar a simple vista.
Los cayos e islotes se forman mediante un largo y complejo proceso que puede durar cientos de años en que se acumula material que sobresale de la superficie del agua. Con el tiempo la vegetación va conquistando ese espacio, lo que a su vez atrapa sedimento y se va formando la pequeña isla.
En muchas de esas formaciones crece vegetación con una gran capacidad de adaptarse a condiciones extremas como la baja cantidad de agua dulce. Luego esa vegetación sirve de hábitat para muchos animales. Por lo tanto, se vuelven espacios con una gran variedad de flora y fauna que en ocasiones está escasa en otros lugares.
En el área sur de Puerto Rico, específicamente en la Bahía Jobos, entre Salinas y Guayama, hay una gran cantidad de islotes, de los cuales 16 son privados... y según Ángel Dieppa, coordinador de investigación de la División de Santuarios Marinos y Estuarios, son ellos el hogar de varias aves endémicas y que están en peligro de extinción.
En particular se pueden encontrar en estos islotes del sur la mariquita de Puerto Rico, el canario de mangle y el pelícano pardo, entre otras.
De la misma forma, los arrecifes coralinos, que son estructuras vivas debajo del mar, cercanos a estos afloramientos, se nutren de esa actividad que hay alrededor del islote y poco a poco se convierten en residencia de especies marinas de importancia comercial. Además se vuelven un gran recurso de pesca para las comunidades locales que pueden subsistir y crear pequeñas industrias si manejan con cuidado esos recursos marinos, explicó Dieppa.
Por si fuera poco, los montículos de tierra protegen las costas de eventos de tormenta, huracanes y de tsunamis.
“Son una barrera natural porque evitan que corrientes fuertes y marejadas fuertes lleguen a la costa que está habitada por seres humanos y que las propiedades (como casas y otras estructuras) muy cerca de la costa se afecten. Es un servicio que nos dan y hay que protegerlos y evitar que sufran”, declaró Dieppa.
Hay grupos que entienden que este tipo de recursos naturales debe asignársele un precio altísimo de acuerdo a esas características valiosas que los hacen únicos e irremplazables.
Pero hay quien entiende que por muy alto el precio, siempre habrá personas sin muchos escrúpulos y muchísimo dinero que se adjudicarán el poder de comprar cuanto quieran sin considerar el valor incalculable a nivel ecológico de estas tierras.
Así que la próxima vez que vayas a uno de los cientos de cayos que hay en Puerto Rico no olvides que tuvieron que pasar, en algunos casos, siglos para que se vean como los estás disfrutando y que hay que conservarlos.
Y si quieres saber más sobre cuáles cayos están en manos privadas y qué hace el gobierno al respecto busca en la edición impresa de Primera Hora un reportaje completo al respecto.