Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
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¡Qué gárgola ni qué gárgola! La criatura mítica que mantiene en vilo a algunos residentes de Guánica y áreas limítrofes, y que provocó todo un operativo, encabezado por el alcalde de Canóvanas, José “Chemo” Soto, no es nada más que una simple ave que aunque no es endémica, es bastante común en el área suroeste de la Isla.
Al menos ésa es la conclusión de algunos lectores que se comunicaron con Primera Hora tras el revuelo provocado por la criatura hace unas semanas. Se trata de una hipótesis muy coherente y que fue avalada por el veterinario especialista en aves Armando Burgos y el aficionado a las aves Sergio Colón.
Ambos especialistas coincidieron en que ciertamente un ave conocida como aura tiñosa (Cathartes aura)puede ser la causante de la confusión.
El aura tiñosa es un ave carroñera que fue introducida a la Isla hace décadas, es de color negro y, aunque mide sólo unos dos pies (21 a 24 pulgadas), su envergadura (medida de un extremo de un ala a la otra cuando están extendidas) puede llegar a los seis pies y medio.
En los adultos la cabeza no tiene plumas y es de color rojo.
Además, al tratarse de un ave que se alimenta de animales podridos, el olor que expide no necesariamente es agradable al olfato. Éste es un elemento que sostiene el supuesto olor a azufre que han sentido los alegan haber estado en presencia o cerca de la criatura.
“Quien no esté familiarizado, de momento, ve ese pájaro negro, y cualquiera se asusta”, manifestó el veterinario Burgos, mientras explicaba que uno de los mecanismos de defensa del ave es vomitar, dato que abona al fuerte olor los que alegan que expide la criatura. Colón, un observador de aves, explicó que es común ver al aura tiñosa en las zonas desde donde se han denunciado los avistamientos de la gárgola.
“El aura tiñosa es muy común, especialmente en la parte suroeste. En un día se pueden ver alrededor de 30 individuos. Ellas comen de los animales que se mueren, como ganado y perros atropellados. En fin, cualquier animal muerto, especialmente aquellos que estén en estado de putrefacción. Sus fosas nasales están bien desarrolladas lo que las hace percibir animales muertos a gran distancia”, relató Colón.
“Recuerdo que una vez había un caballo muerto y cuando regresé a las dos semanas lo que habían dejado era el cuero. Se habían comido todo, hasta los intestinos”, agregó Colón.
Otra ave señalada como posible “gárgola” es el halieto u Osprey (pandion haliaetus), ya que también frecuenta el área, y al igual que el aura tiñosa, cuando tiene las alas desplegadas puede alcanzar los seis pies de largo, un espectáculo bastante intimidante para quien no esté acostumbrado a ver pájaros tan grandes.
Sin embargo, tanto el doctor Burgos como Colón le dieron menos posibilidades al Osprey de ser el causante del revuelo allá en la antigua central azucarera de Guánica.
Además de que el Osprey es blanco y negro, los expertos lo descartan como candidato a causante de la confusión, porque a pesar de ser un ave de rapiña, su principal alimento son los peces.
“El Osprey es un tipo de ave de rapiña que su alimento principal son los peces. Ella frecuenta las lagunas, charcas, donde hayan peces”, dijo Colón mientras agregaba que, en cuanto a localidad, el Osprey también frecuenta el área suroeste en la época migratoria.
“Ya que hablan de la gárgola, en la zona suroeste esta ave se ve con frecuencia en la laguna de Cartagena”, contó Colón.
Pero que no cunda el pánico. Si en efecto, alguno de éstos dos espécimenes es el causante de la histeria generada por la supuesta gárgola, ninguno de ellos representa peligro alguno para la vida humana.
De hecho, ni siquiera para la mayoría de la fauna del área, ya que una se alimenta de carroña y la otra, de peces.
“Ningún ave en Puerto Rico presenta peligro para el ser humano. No hay nada de qué preocuparse si lo que están confundiendo con la gárgola es a esa ave”, aseguró Colón.
Inclusive, Colón fue más allá y aseguró que la presencia del aura tiñosa en el área es de beneficio, ya que “en cierta forma controla las pestes y epidemias de los animales muertos”.
No obstante, aunque ambos conocedores aceptan que por sus características físicas al aura tiñosa le pueden estar adjudicando cualidades monstruosas dignas de comparación con una gárgola, destacan un elemento que echa por la borda toda la teoría: el aura tiñosa no es un ave nocturna. Para los efectos, el Osprey tampoco.
“De las dos opciones que tenemos, el aura tiñosa es la que mejor se acomoda. Ahora, hay que ver los detalles de los avistamientos y cómo lo vieron. Porque estas dos aves están activas de día. Ninguna es observada de noche”, aseguró Burgos, quien afirmó que en cuestión de comportamiento nocturno, entonces habría que mencionar a los búhos, sin embargo éstos son muy difíciles de confundir con alguna otra criatura.
Según el veterinario, si los avistamientos hubieran sido registrados, “durante el día tendría más sentido que fuera un buitre”, pero como han sido de noche, “ahí es que se complica la cosa un poco. Sería raro ver a un buitre en la noche, a menos que sea temprano en la noche y que el ave esté devorando una presa que haya encontrado”.
¿Habrá o no habrá gárgola? ¿Será el aura tiñosa? No sabemos, eso lo dejamos a su discreción.