La clave para que una víctima de agresión sexual no sea revictimizada
El silencio pone en riesgo la seguridad de la víctima y de otros potenciales afectados.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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Ante el silencio que aprisiona muchos casos de abuso sexual de menores en el País, la sicóloga clínica Gilda Rodríguez Díaz alertó sobre la urgencia de detener este tipo de maltrato mediante la denuncia de los perpetradores.
Según Rodríguez Díaz, el silencio pone en riesgo la seguridad de la víctima y de otros potenciales afectados. Por eso, la denuncia es clave.
La doctora explicó que ese menor podría estar más vulnerable, además, hacia “otras experiencias, otro tipo de victimizaciones por parte de otros agresores” y tampoco van a poder recibir servicios a tiempo.
De acuerdo con el Perfil del Maltrato de Menores en Puerto Rico, la cifra de víctimas de 2012-2013 sumó 7,847. De esos, 325 fueron víctimas de abuso sexual. Mientras, la mayoría de estos menores (246) eran féminas. De ese grupo identificado en el citado año fiscal, además, la mayoría de los afectados pertenecía al grupo de 12 a 14 años y el 77.2 por ciento de los perpetradores eran varones.
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“El quedarse callado perpetúa la problemática del abuso sexual, continúa dándole poder a los ofensores sexuales”, subrayó Rodríguez Díaz en entrevista con Primera Hora.
De otro lado, si la víctima mantiene el delito en silencio, y por ende no trabaja la experiencia traumática, varias áreas de su vida podrían verse afectadas negativamente, dijo.
“El abuso sexual no es un diagnóstico clínico es un evento de vida que se le da atención clínica a los síntomas, porque no es uniforme”, precisó.
“Y mientras más temprano se interviene con un menor, cuando revela la experiencia, más rápido será su camino en un proceso de recuperación”, agregó.
En cuanto a la prevención, Rodríguez Díaz manifestó que es necesaria desde la niñez e incluye darle conocimiento al menor de su cuerpo e informarle de sus derechos.
Además, destacó la necesidad de programas de prevención que tengan seguimiento e involucren a los participantes jóvenes. En cuanto a la prevención de agresores, la doctora señaló la necesidad de identificar a tiempo “banderas rojas” en los menores de edad para prevenir que “un futuro agresor lamentablemente incurra en esa conducta”.
Para buscar ayuda, puede llamar a la Oficina de la Procuradora de las Mujeres al (787) 722-2977.