El recién designado directivo en la Junta de Supervisión Fiscal (JSF), John Nixon, indicó este viernes que más allá de conseguir presupuestos balanceados es necesario “revitalizar” la economía de Puerto Rico o el territorio estadounidense continuará encarando los mismos problemas que le trajeron a la bancarrota.

Nixon señaló que habrá que buscar un balance donde no hay “respuestas fáciles” y que se necesita conseguir un plan fiscal que el gobierno de Puerto Rico pueda sufragar a largo plazo.

Para ello, agregó el directivo, será necesario que las partes “se enrollen las mangas” y que con un sentido de “cooperación” estén dispuestos a negociar y a trabajar para solucionar la crisis fiscal y económica que encara la Isla.

Las expresiones de Nixon se produjeron en una conferencia de prensa luego de que el contador público autorizado participara en su primera reunión pública tras ser recomendado por el líder de la minoría en el Congreso, Kevin McCarthy, y nombrado por el presidente Donald J. Trump.

En la actualidad, Nixon labora en CNSI, una empresa de tecnología en salud, pero antes se desempeñó como director de presupuesto de los estados de Utah y Michigan, y fue nominado por el líder de la minoría republicana en el Congreso, Kevin McCarthy.

A Nixon, quien también se desempeñó como director de Presupuesto en la ciudad de Detroit, se le da crédito por haber eliminado un déficit estructural prolongado parecido monetariamente hablando al que ha exhibido Puerto Rico -unos $1,500 millones- por los pasados 15 años. En el caso de Michigan, con un presupuesto de unos $52,000 millones, en parte, el balance estructural se alcanzó tras reducir las obligaciones de largo plazo del estado por unos $20,000 millones.

Nixon, también pasado presidente de Asociación Nacional de Oficiales Estatales de Presupuesto (Nasbo, en inglés) y quien dijo haber vacacionado en Puerto Rico, sostuvo que su interés es utilizar la experiencia ganada, incluyendo aquella en Detroit, en favor de la Isla. Explicó que no fue parte activa en las negociones con bonistas, pero sí de los procesos para fortalecer los principios fiscales que necesitaba la ciudad, que hasta el caso de Puerto Rico figuró entre las bancarrotas municipales más grandes de Estados Unidos.

En iguales términos, aunque más brevemente, se expresó Betty Rosa al reiterar su deseo de contribuir a la reactivación de la economía de Puerto Rico. La comisionada interina de Educación del estado de Nueva York y presidenta de la Universidad de Nueva York se mostró interesada en contribuir a la Isla, asegurando que el gobierno desarrolle las capacidades que necesita no solo en materia financiera, sino también en el ámbito educativo.

Minutos antes de participar de la conferencia de prensa, Rosa se mostró comprometida en ayudar a la transformación económica de Puerto Rico y mostró preocupación tras conocer los hallazgos de una encuesta efectuada por la JSF a empresarios locales. En dicha encuesta salió a relucir que la falta de financiamiento y los escollos en procesos de permisos es uno de los principales escollos que enfrenta el sector en la Isla.

Rosa fue nombrada por Trump, tras ser recomendada por el líder de la minoría en el Senado, Charles Schummer, según establece la ley federal Promesa.

Las expresiones de Nixon y Rosa ofrecieron un contraste a las expresiones que ofreció el directivo Justin Peterson, justo después de su nombramiento por el presidente Trump. Peterson criticó duramente el funcionamiento de la JSF, se ha mostrado en favor de los bonistas -hace unos dos años representó a algunos de estos a través de su firma, DCI Group- y ha cuestionado las proyecciones utilizadas por el organismo fiscal.

Continuidad y nuevas perspectivas

Tras las expresiones de Nixon y Rosa, el presidente de la JSF, David Skeel, quien ha sido recomendado para continuar en el cargo por el líder de la mayoría en el Senado federal, el prominente republicano Mitch McConnell, se mostró optimista en que el organismo pueda alcanzar sus objetivos.

Skeel celebró que el organismo al que se integró hace unos cuatro años cuente con una combinación de talentos que permitan dar “continuidad” a lo hecho y a su vez, incorporar las “perspectivas frescas” que ofrecerán los nuevos directivos de la JSF.

“Estamos bien posicionados para hacer una diferencia en el 2021”, subrayó Skeel, quien se mostró confiado en que podrán presentar un plan de ajuste enmendado en o antes del próximo 10 de febrero, según ordenó recientemente la jueza Laura Taylor Swain.

Mientras Skeel -cuyo término expiró en agosto del año pasado- permanece en su puesto bajo la premisa de “holding over” que establece Promesa. Trump acogió la recomendación de McConnell de renominar a Andrew Biggs para continuar en el organismo.

La semana pasada, la Casa Blanca también anunció el nombramiento del exdirector de Pridco, Antonio Medina, pero el trámite de su nombramiento no se había completado por lo que no pudo participar en el último cónclave del 2020.