Joven toabajeño logra internado para desarrollar nuevo helicóptero militar
“La clave es no quitarse”, afirmó el estudiante de ingeniería mecánica del RUM.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Luis Enrique “Ricky” Cabán-González es un joven toabajeño que soñó en grande y a sus 22 años ya logró una de sus más anheladas metas: trabajará por siete meses en la compañía Lockheed Martin, en Connecticut, en un internado en el que realizará investigaciones para el desarrollo de un nuevo prototipo de un helicóptero militar.
El joven se emociona cuando habla de cada detalle de lo que hará entre enero a agosto del 2021 en la prestigiosa empresa, actualmente a cargo de fabricar lo que será el nuevo y lujoso Presidencial Marine One.
La paciencia y el empeño que ha tenido, especialmente desde escuela superior, es lo que le ha ayudado a cumplir este sueño.
“No me gustaría decir que soy un ejemplo (para la juventud), con toda la humildad. Lo que puedo decir es que yo también fui un chico que tuvo sus momentos, pues, de janguear. Pensaba que esto era un proceso demasiado largo para llegar hasta donde estoy ahora mismo, pero a la que das un paso y vas poco a poco, de poco a poco se llega a mucho. Con pensar que es mucho trabajo y no hacer nada, no estás logrado nada. Es mejor pensar que es mucho trabajo, tenerlo realizado en la mente, pero dar pasos pequeños, poco a poco, porque con esos pasos, cuando vienes a ver, pasa tiempo y ya estás lejitos, comparado en si no hubieses hecho nada nunca. Lo que le puedo decir a la juventud es que sueñen en grande, porque se puede. Soñar en grande es posible realizarlo siempre y cuando tengas la determinación de seguirlo”, puntualizó.
Con esta filosofía como motor de vida, este joven criado en Levittown irá a Connecticut a poner en alto el nombre de Puerto Rico y del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), de la Universidad de Puerto Rico.
Ricky comenzó a labrar su camino a la adultez cuando cursaba el undécimo grado en el colegio De La Salle, en Bayamón. Según contó, fue en ese momento cuando conoció a la maestra de Física, Nelly, quien lo enamoró de la ingeniería. También para esa época inició su primer trabajo haciendo promociones por la Isla, el que realizó por espacio de cuatro años.
Fue la experiencia de ese primer trabajo, del cual llegó a convertirse en supervisor, lo que más captó la atención de la empresa y lo llevó a ser aceptado en el internado. Por ello, el joven se encamina a interrumpir los cursos del quinto año de Ingeniería Mecánica, con concentración en Diseño Aeroespacial del RUM, para dedicarse a colaborar en el desarrollo del nuevo SB-1, que se encuentra en etapa de pruebas.
Emocionado al hablar de lo que será su trabajo, explicó que en su internado se dedicará al desarrollo de “un nuevo tipo de helicóptero que tiene dos rotores coaccionales, que es uno por encima de otra y la velocidad angular va en direcciones opuestas”.
Señaló que lo que se busca es que es SB-1 de Lockheed Martin no se vire mientras está en el aire con estos dos rotores coaccionales.
“Ha sido el mayor logro que he tenido en mi vida”, contó el joven toabajeño.
Ricky aseguró que ha trabajado duro para alcanzarlo. Por ello, presentó “un buen resumé”, lleno de experiencias de vida.
“Me fajé y di bastante para que se diera y se dio”, argumentó, al señalar que cualquier otro joven de Levittown puede lograr todas las metas que se fije.
Esta tarea de llegar a comenzar a posicionarse donde quisiera trabajar en un futuro no ha sido fácil. Ricky acumula muchas amanecidas estudiando. Hasta ha enfrentado el desánimo de pensar que se colgará en una clase. Aun así, dice que le pone mucho empeño y las pasa. Por ello, cuando supo de la noticia toda la familia gritó de la felicidad.
“Nos fajamos demasiado y lo logramos”, afirmó el joven universitario, al incluir a sus padres en este logro.
Pero más que nada, a lo que aspira Ricky es a convertirse en un ejemplo para su hermano de 17 años, Carlos Cabán González.
“A los jóvenes, que no se quiten, sueñen en grande. Siempre hay tropiezos en el camino, siempre hay momentos difíciles, que dices: ‘no puedo más’, pero la clave es no quitarse”, concluyó.
El internado con Lockheed Martin es el segundo que realizará Ricky. En el 2019, ya participó de uno con la empresa Carrier, en Syracuse.
Tras graduarse del RUM, espera continuar estudios en Project Management, así como trabajar en la empresa Lockheed Martin, la NASA o en Boeing.