Joven boricua vive una experiencia única en Rusia
Fue seleccionado al selecto programa National Security Language Initiative del Departamento de Estado federal.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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Para el joven Alihelmael Avilés Sánchez, los boricuas deberían ser algo así como abejas: ir a diversos lugares, extraer lo más que puedan, regresar a casa y polinizar al país para que florezca.
Esta idea la afianzó este verano cuando estuvo seis semanas en Rusia. Solicitó al programa National Security Language Initiative del Departamento de Estado de Estados Unidos y, de entre 3,500 estudiantes, fue el único puertorriqueño seleccionado de un grupo de 16 jóvenes.
Para él, no hay fugas de cerebros sino boricuas que han ido a otros países para extraer conocimiento y que, en un futuro, Puerto Rico podría utilizar a su favor.
“Yo creo que esa es la única manera que vamos a poder llevar este país adelante. Lo que uno tiene que hacer es buscar las oportunidades y traerlas devueltas para que todas las personas tengan esa oportunidad, esa es la única forma que vamos a poder arreglar la economía de Puerto Rico, mejorar la situación aquí. La misma fuga de cerebros podría utilizarse a nuestra ventaja porque la fuga de cerebro es, básicamente, gente que tenemos afuera, pero que aportarían a las situaciones que están pasando en Puerto Rico", sostuvo el estudiante de 17 años.
Aunque fue a aprender ruso, Avilés Sánchez no pudo dejar de ver oportunidades de desarrollo para el archipiélago borincano en las experiencias vividas.
"Yo siempre he pensado que uno tiene que tener una perspectiva bien internacional. En Rusia, por ejemplo, yo vi que en la industria habían muchas cosas que era bien relevantes y había un desarrollo que tú lo podías ver. Esas oportunidades que se encuentran en Rusia se pueden utilizar para traer ideas a Puerto Rico, para traer dinero a Puerto Rico", indicó.
Entre las áreas que se podrían desarrollar localmente destacó los bancos y la tecnología.
"Eso es algo que yo veo que Puerto Rico podría hacer bastante bien, hay oportunidades en la industria tecnológica como método de diversificar la economía porque, si lo piensas, el futuro de las economías mundiales es la tecnología", aseguró.
Viviendo en Rusia
El sanjuanero estuvo en Rusia desde el 17 de junio hasta el pasado 6 de agosto. Allí, como el programa exige, tenía que coger clases de ruso cuatro horas al día, cinco veces a la semana. El resto del día tenían actividades culturales de inmersión, así como reuniones con empresas privadas y públicas.
Y, como si fuera poco, el programa requiere que los fines de semana se quede con una familia que solo le hablara en ruso. A Avilés Sánchez le tocó un matrimonio mayor, en el que el hombre era un geólogo retirado.
"Yo siempre he querido aprender ruso porque es una lengua que me ha interesado, tanto por la cultura, la historia y distintos detalles. Siempre he pensado que aprender un lenguaje es una oportunidad para abrir muchas puertas en otras áreas. Por ejemplo, yo estoy muy interesando en la física nuclear y mucho de los documentos y las investigaciones más importantes son en ruso. De hecho, muchas escuelas te requieren que para el doctorado en física nuclear aprendas ruso o alemán", explicó.
Mientras estuvo por allá se desarrollaron las diversas manifestaciones multitudinarias en Puerto Rico que culminaron con la dimisión de Ricardo Rosselló como gobernador.
"El cogió una clase de las matrushkas. Entonces, con todo este revolú de la política, él estába pendiente acá porque el corazón siempre está donde la patria está. Pues él me mandó una foto y me dijo: 'Mira mamá este fue mi modo de expresarme'. Entonces, hizo la matrushka como si fuera su madre patria -porque las matrushkas son madres- y la hizo con una bandera de Puerto Rico", contó su madre, Alizabeth Sánchez López.
El joven tenía planificado entrar antes al programa, pero el huracán María retrasó su primer intento ya que el periodo de solicitudes era en septiembre y la falta de energía eléctrica e Internet le dificultaron el acceso.
El National Security Language Initiative busca desarrollar en los jóvenes idiomas de “necesidad crítica” para Estados Unidos como el árabe, ruso, mandarín y persa.
"Uno no tan solo está aprendiéndolo en el salón de clases, sino que afuera también. Son cuatro horas al día, que es bastante. Uno está constantemente aprendiendo nuevas cosas en ruso. En una semana uno podría aprender el equivalente a un mes en una clase de ruso normal", dijo.
Una de las ventajas que tuvo al realizar la inmersión en el país fue darse cuenta que “el acento no es como uno lo ve en las películas, es bien diferente".
Gracias al programa, Avilés Sánchez siente que lee y escribe bastante bien el ruso, que lo tiene dominado. Y que, en seis semanas, logró el nivel que le tomaría un año aprendiendo el idioma.
"A las personas que son de mi edad, hay muchas oportunidades ahí afuera y deberían atreverse a hacer este tipo de cosas”, recomendó.
En unos días, el joven partirá a Estados Unidos para estudiar ingeniería eléctrica en la Universidad Estatal de Michigan con el interés de seguir estudios graduados en física nuclear.
Alihelmael se irá nuevamente de Puerto Rico para seguir absorbiendo conocimientos e ideas para, algún día, regresar a su país y ayudarlo a florecer.